Mi sensación es que ya fuera por su carácter o por sus principios morales, ambos muy respetables, debió sufrir mucho para encajar en la industria editorial. Pero me gusta pensar que en algún momento se dio cuenta de que Spidey nunca iba a pasar de moda, y que podría vivir dignamente para siempre, sin tener que seguir pasando por el aro, sólo de sus reimpresiones. No sabemos lo feliz o infeliz que pueda ser, le debemos tanto que espero lo primero, pero es imaginármelo en a premiere de Spiderman Homecoming y ahí sí que estaría fuera de sitio. Simplemente, eligió que le valoráramos por su obra, y adoramos su obra.
Ahora, igual que Stan y Jack tuvieron su reencuentro radiofónico, me encantaría que aunque privadamente y nunca lo sepamos, Steve también lo tenga.