He leído
Happy hour de Peter Milligan y Michael Montenat
1. Sonreir no da la felicidad.
2. El radicalismo como arma de protesta no es nunca una solución válida, por tanto la tristeza como arma revolucionaria contra la felicidad solo genera otro fanatismo igual de extremista, haciendo que felicidad y tristeza sean iguales aún siendo opuestos.
3. Este comic me ha hecho reír, nunca llorar. Y a carcajadas por momentos.
En realidad, aunque pueda parecerlo por los tres puntos anteriores, esta no es una obra redonda. Ni siquiera da una pequeña parte de lo que se podría esperar de una premisa tan sugerente como es un gobierno fascistoide que obliga a todo el mundo a ser feliz, aunque literalmente te estés muriendo.
Ciertamente tiene momentos muy buenos en los que te descojonas y otros tan cogidos por los pelos que no acabas de creértelos. También tiene alguna frase para el recuerdo y por contra algún diálogo que chirría un poco.
Eso sí, esta es una obra sátirica y eso es lo que se respira en cada página, así que si buscas cualquier otra cosa ni te acerques porque vas a salir espantado. No la recomendaría efusivamente, pero se deja leer. Disfrutarla o no ya es cosa de cada uno.
Tiene un buen comienzo que se apaga en los siguientes números y que luego vuelve a encontrar la senda hasta llegar a un, hay que decirlo, espléndido final. Insólito por esas gratificantes carcajadas que vuelve a robarte Milligan e inesperado por lo resultón de un relato tan bien cerrado.
Para colocar al lado de Billionaire Island, pero bastantes escalones por debajo, siempre claro IMHO.