De Chapuzas de amor por Jaime Hernández
"Tengo unos seis o siete años y voy en una ranchera dorada con una señora a la que no conozco, pero no estoy asustado ni nada. Aunque la señora sea una extraña, en realidad no lo es, ¿entiendes? En este sueño nos conocemos, compartimos coche en un viaje urgente. Hay algo cálido y de fiar en esa señora. Es guapa además de ser mi protectora. Vamos por una autopista y de pronto me veo arrojado fuera del coche y cayendo del paso elevado hacia lo que debería ser mi muerte, pero como es un sueño aterrizo en la grava ileso. La señora llega corriendo, preocupada, para ver si estoy bien. Estoy enamorado de esa mujer a la que nunca he visto. Entonces me despierto para no verla y no volver a soñar con ella".