Universo Marvel 3.0


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1
Gracias, amigos.  :birra:

Ya hay ganas de meterme con el segundo tomo, pero tendrá que esperar un poco.

2
Los Cuatro Fantásticos: Mavel Héroes 1: Los 4 Fantásticos de John Byrne 1 (1981-1983)




Reseña en la web de Universo Marvel:
https://www.universomarvel.com/resenas-los-cuatro-fantasticos-mavel-heroes-1-los-4-fantasticos-de-john-byrne-1-1981-1983/


Llegamos finalmente a la que es, sin duda alguna, una de las etapas más míticas de la colección de la familia más querida del cómic americano, la realizada por John Byrne como autor completo. Una etapa que también marca un cambio de contenedor en esta serie de ediciones que uso como referencia en estas reseñas cronológicas.

Dejando aparte puntuales episodios en diferentes colecciones, los Cuatro Fantásticos es la primera obra de John Byrne en la que se ocupa tanto del guion como del dibujo. Bien es cierto que, en su inolvidable etapa como dibujante de la Patrulla-X, Byrne ya coargumentó buena parte de las tramas junto a Chris Claremont, pero evidentemente nada que ver con esta etapa de los Cuatro Fantásticos, donde su control creativo es absoluto.

Este primer tomo (de cuatro totales) podríamos decir que comprende la fase de rodaje de Byrne en los Cuatro Fantásticos. Ya desde el primero de los episodios constatamos la mirada al pasado que nos propone el autor. Una vuelta a los orígenes de la colección que dio inicio al Universo Marvel, a los gloriosos tiempos de Stan Lee y Jack Kirby que marcaron la adolescencia del británico e iniciaron su idilio con el cómic de superhéroes. De hecho, sea de forma casual o intencionada, Byrne parece emular a sus maestros Lee-Kirby abriendo su etapa con una larga consecución de episodios autoconclusivos sin apenas hilos de continuidad. Y eso en plena era de las grandes sagas y los ciclos argumentales de medio alcance.

Que Byrne apuesta por recuperar la esencia de la era más clásica de la colección es algo que podemos advertir ya desde el episodio que abre el volumen y la etapa, un enfrentamiento de los Cuatro Fantásticos ante cuatro monstruosidades que representan los cuatro elementos, siendo el clásico villano Diablo, maestro de la alquimia, quien está tras ello. Pura acción al más puro estilo Marvel y un espectáculo visual de primera para un guion que no necesita más.

Pero quizás la aventura que conmemora el 20 aniversario del número 1 de los Cuatro Fantásticos sea la más representativa en este sentido.
Se trata de un número de triple grosor que representa el regreso del Doctor Muerte. Un relato en base a una idea fantástica, inocente en su inverosimilitud, que automáticamente nos retrotrae a los primeros tiempos de Stan Lee y Jack Kirby. El cuarteto protagonista, Alicia y Franklin aparecen extrañamente atrapados en una ciudad en miniatura llamada Liddleville, en lo que resulta ser una nueva treta del Doctor Muerte. Un Muerte que se vale de un frágil Amo de Marionetas y sus habilidades para su propósito. Un relato en el que la Cosa juega el papel más emocional, una vez más con relación a su realidad monstruosa. Seguramente, el episodio más brillante de la primera mitad del volumen que nos ocupa. Un episodio que en realidad no es el único que incluye este número conmemorativo.
En una insólita iniciativa, los editores deciden rendir un bonito homenaje a los creadores de los 4 Fantásticos insertando un episodio de la serie animada de 1978, obra de Lee-Kirby. Concretamente el capítulo que adaptaba la historia del Fantastic Four #5, la del debut del Doctor Muerte. De este modo, estamos ante lo que sería el primer relato de los Cuatro Fantásticos realizado por sus creadores publicado en mucho tiempo. Por si fuera poco, el acabado sobre los bocetos de Kirby se lo reparten casi todos los nombres que trabajaron como entintadores en aquella mítica etapa, los Stone, Ayers, Milgrom, Sinnott y así hasta diez nombres. El resultado es muy desigual, pero poco puede importar en un caso como éste.

Siguiendo con más particularidades de esta serie de cómics que guardan el espíritu de bendita ingenuidad de Lee-Kirby, Reed Richards vuelve a ser aquí el genio para todo, capaz de reparar o dar solución a cualquier problema por quimérico que parezca. Un recurso del que Byrne echa mano en no pocos de los episodios de este tomo.
También está esa amalgama imposible de géneros en el episodio de Wakanda. Byrne se pone en la piel de Jack Kirby en un imaginativo episodio en el que mezcla ciencia ficción, el imperio romano y la jungla africana. O un nuevo intento de Reed de devolver a Ben Grimm su apariencia humana, una de las tramas más recurrentes de los primeros años de la colección.

En el mismo orden de cosas, en este inicio el autor echa mano mayormente de personajes creados por Stan Lee y Jack Kirby en este título. Y cuando no, hace lo propio con héroes y villanos propios de otras colecciones, pero el caso es que casi todos los personajes de nuevo cuño desempeñan un papel funcional y exclusivo para la historia de turno, por muy central que pueda ser el papel. Esto nos trae irremediablemente a la memoria aquellos relatos de ciencia ficción y misterio de la era pre-Marvel.
Éste sería el caso del episodio de la alienígena de tres metros que se encuentra perdida en Nueva York. Un bonito relato de ciencia ficción cuyo peso no recae en el cuarteto titular, que también guarda ese espíritu de bendita ingenuidad de la época Lee-Kirby.
En esta misma línea de relatos autónomos estaría un excelente episodio sobre un corriente ciudadano y padre de familia, desconocedor del inmenso poder que posee. Un poder según el cual se cumple cuanto desee. O también la hermosa historia que acaece en un pueblecito del Oeste en Arizona, lugar dónde azota una misteriosa plaga por la cual sus habitantes están muriendo de miedo.
Incluso podríamos incluir en este apartado el número que protagoniza la Antorcha Humana en solitario. Johnny recibe una carta de un viejo rival de adolescencia, justo antes de ser ejecutado en la silla eléctrica, solicitándole un cometido. Una historia con componente de intriga cuyo principal interés se sitúa en su trasfondo emocional, porque la posterior irrupción de Cabeza Martillo como líder de la Maggia es más funcional que otra cosa.


El regreso de los grandes nombres.

En la segunda mitad de este tomo es cuando empezamos a degustar al John Byrne que nos encontraremos en los tomos que sucederán a éste. El autor echa mano ya de la plana mayor de personajes de la era clásica y empieza a desarrollar algunas líneas argumentales de más de un número.
Empezando por una serie de episodios, prácticamente consecutivos, en los que no ocurren pocas cosas importantes, precisamente.
En primera instancia nos encontramos con el paso de Frankie Raye al mundo de los superhéroes. La actual novia de Johnny descubre con sorpresa como emerge un poder que residía latente dentro de ella, convirtiéndola en una segunda Antorcha Humana. La impresión deshace el bloqueo mental de Frankie, que resulta ser hija, casualmente, del creador de la Antorcha Humana original, y víctima accidental de uno de sus experimentos. Frankie pasa a acompañar al cuarteto en sus aventuras, a modo de quinto miembro no oficial del grupo, hasta su transformación definitiva en personaje cósmico.
A continuación, está un nuevo experimento de Reed con Ben que acaba con una involución del aspecto de la Cosa a la masa deforme de aquellos lejanos primeros números. Luego, el forzoso traslado de Attilan, hogar de los Inhumanos, a la Zona Azul de la Luna, el nacimiento de la hija de Mercurio y Crystal, la presentación del inesperado nuevo heraldo de Galactus y, finalmente, la recuperación del trono de Latveria por parte del Doctor Muerte.

Más trivial es otra presentación sorpresa, ni más ni menos que la de la Tía Petunia. No parecía necesario este paso, el de ponerle cara a un personaje hasta ahora virtual, pero, en cualquier caso, la famosa tía de Ben resulta ser una alegre jovencita, para sorpresa de todos. De propina, también conocemos al tío Jake Grimm.

El escenario al que más recurre Byrne en esta serie de episodios es quizás el espacio. Empezando por el primer encuentro de los Cuatro Fantásticos con Ego, el planeta viviente, con diseños del descomunal villano a todo lujo de detalles, el género cósmico da posteriormente la bienvenida a los Inhumanos tras su traslado a la Luna.
En un único episodio Byrne es capaz de relatarnos con suficiencia la presentación de Mercurio en el edificio Baxter en busca de ayuda, la causa por la cual los Inhumanos están enfermando diagnosticada por Reed, el espectacular traslado de Attilan a la Zona Azul de la Luna y el feliz nacimiento de Luna Maximoff, hija de Crystal y Pietro, creo que el primer personaje Marvel nacido en el satélite natural de la Tierra.
Pero quizás lo más curioso del episodio está en que los villanos (el Enclave y Máximus) no aparecen físicamente sino tan sólo como referencia. Una especie de McGuffin de lo que es una historia no contada que desconozco si llegó a obtener desarrollo en el futuro.

Los Inhumanos regresan unos números más adelante en otro episodio también interesante en el que Byrne le da un nuevo significado al concepto de enormidad, hasta extremos inconcebibles para la lógica humana. Es esta insólita aventura, la Luna resulta engullida por una descomunal nave pilotada por un alienígena de 8.000 km de altura, ni más ni menos. La historia termina siendo una metáfora sobre el amor, en el sentido de que es capaz de sobreponerse a todo.

El tramo final de los episodios incluidos en este primer volumen recoge las tramas más extensas en número de páginas y también una larga lista de héroes invitados.
El mencionado episodio ambientado en los límites de Wakanda cuenta con las intervenciones de Pantera Negra y Nick Furia. Una historia, ésta, de pura fantasía bastante imaginativa, por cierto.
En el ciclo argumental de Galactus, por su parte, hacen lo propio parte de los Vengadores, concretamente Thor, Iron Man, el Capitán América y la Avispa, además del Doctor Extraño, Spiderman y Daredevil, estos dos últimos como poco más que cameos.

Este arco en el que regresa Galactus es posiblemente el mejor y más trascendente de todo el tomo. Toda la trama gira alrededor de la figura del heraldo de Galactus, en primera instancia con Terrax como heraldo saliente involucrando a los Cuatro Fantásticos en su huida de Galactus, y en segunda, con un Galactus agonizante y la entrada de su nuevo e inesperado heraldo como medida mitigante. En cualquier caso, espectacular trabajo narrativo y visual por parte de Byrne.

También Franklin Richards obtiene su protagonismo en un episodio que nos advierte de la peligrosidad de sus poderes, al mismo tiempo que los pone en pausa merced a un mayor control de estos. Todo sucede a través del paso del crío por una fase adulta, provocado por su naturaleza mutante.

Otro de los arcos argumentales destacados es el del Doctor Muerte. Tomando el hilo del estupendo número de Liddleville, Muerte se vale de un ejército de versiones robóticas de sí mismo para rescatar su cuerpo y su mente y disponerse a asaltar el trono de Latveria. En esta segunda parte está la parte interesante de la trama, cuando Byrne nos muestra la cara más amable y venerada de Muerte como soberano del pequeño país, logrando sembrar la duda tanto en los lectores como en los Cuatro Fantásticos, que terminan por ayudar al villano a recuperar su trono por el bien del pueblo de Latveria. Pese a todo, Byrne, con buen criterio, desvirtúa un tanto la devoción de los latverianos hacia el siniestro monarca condicionándola a la maldad superior del actual monarca, Zorba. En cualquier caso, un guion cargado de contenido que trata cuestiones como la capacidad de corromper del poder o la clásica hipótesis de tener que elegir entre libertad o bienestar.

El arco argumental final es una nueva aventura con premisa cósmica, y también con numerosos primeros espadas de la casa en su condición de héroes invitados. Concretamente, Spiderman, el Capitán América y una Patrulla-X que no es lo que parece. Pero el invitado que se lleva todas las miradas es un viejo conocido de la trayectoria de Byrne, el Gladiador, pretor de la Guardia Imperial Shi'ar, que obtiene así su primer papel importante fuera de su entorno intrínseco. El apartado de los villanos corresponde a otro de los clásicos de la etapa Lee-Kirby, los Skrull. En este caso, una historia con un guion más simple cuyo mérito está en las explosivas escenas de acción.
A nivel anecdótico, Byrne recrea la mítica portada del Amazing Fantasy 15 en una viñeta, a modo de evidente homenaje.


Otros cómics añadidos.

En el tomo también hay lugar para algunas historias ajenas al título y fuera de continuidad, con los Cuatro Fantásticos y John Byrne como elementos comunes.

El primer lugar, está un episodio de la colección What if?, contemporáneo a la etapa de los Cuatro Fantásticos reseñada, que además es obra de John Byrne. El título de la historia creo que habla por sí sola: "¿Y si los Cuatro Fantásticos no hubieran obtenido sus poderes?".

En 1984 Marvel decidió publicar una edición especial one-shot que reimprimía el clásico primer anual de los Cuatro Fantásticos. Lo que hizo especial esta edición fue la adición de cinco páginas de nueva factura realizadas por John Byrne, que son precisamente las que se incluyen aquí. El mini relato es un pequeño repaso al origen de Namor, dibujado por Byrne imitando la estética de las historietas de los primeros 60 o antes.

A continuación, nos encontramos con otra serie de páginas extraídas del Fantastic Four Roast one-shot. Se trata de un especial humorístico del cual se incluyen sólo las páginas de John Byrne.

Una entrevista a Byrne publicada en Marvel Age da paso al último relato incluido en el presente tomo.
Damos un salto hasta 1998, hacia otro episodio de What if?, está vez realizado por Bill Rosemann y Anthony Castrillo, pero dedicado a John Byrne. No en vano, la historia da una visión alternativa del episodio de Liddleville, incluido en el presente volumen, como hemos visto al principio de la reseña.


Conclusión.

Primer volumen de los cuatro de que consta esta etapa de John Byrne en los Cuatro Fantásticos.
Si bien la etapa todavía tiene que ofrecer sus más grandes historias y sagas, estamos ya ante un tomo muy recomendable merced a la notable factura del conjunto de historias incluidas, desde la serie de relatos semi-autónomos de la primera mitad, al desfile de estrellas más trascendente de la segunda.

4
Hola, no se si se siguen o no, relacionando lo números de los MLEs. En cualquier caso dejo el 1163 de AVENTURAS EN EL PLANETA DE LOS SIMIOS.

Todos los números los anoto cada dia en mi Excel. Otra cosa es que actualice la lista del foro con más o menos asiduidad. La semana que viene a ver si me acuerdo, que estos días estoy fuera.

5
Quisiera pensar que lo que queda de Ghost Rider (62-81) saldría en un MLE. En dos, serían muy, muy finos.

Mirando el contenido de los 2 últimos Essentials, hay unos cuantos números de relleno en esa etapa final:

Collects Ghost Rider #51-65, Marvel Two-in-One #80, Marvel Super-Heroes Fall 1992, and Avengers #214.

Ghost Rider (1973) #66-81, Amazing Spider-Man (1962) #274, New Defenders (1972) #145-146

El que no puede faltar es el de la historia de inventario perdida que acabó saliendo en el Marvel Super-Heroes v2 de 1992.

En términos completistas los números de "relleno" tienen sentido: el Two-In-One y el Avengers son apariciones normales del Motorista durante la colección, pero es co-protagonista. El tema es el de Spider-Man y los Defensores... en el primero es porque en ese cómic aparece Zarathos y en el otro por ser la única aparición de Blaze después de su colección y antes de los 90... bueno, es que ese último tiene un pase, casi.

Pero como bien dices el esencial es el número de relleno del Marvel Super-Heroes, está claro que lo meterán como han hecho con otros similares como el Capi Marvel e incluso Ms. Marvel. :thumbup:

Pues en esta ocasión creo que podrian saltarse todo lo no esencial,  que además casi todo está a punto de publicarse en sus respectivas colecciones en MLE,  y juntar los dos tomos en uno.

6
Capitán América: Marvel Gold: Sueños Americanos (1981-1982)




Reseña en la web de Universo Marvel:
https://www.universomarvel.com/resenas-capitan-america-marvel-gold-suenos-americanos-1981-1982/


Tras la etapa Stern-Byrne recogida en el tomo precedente a éste, el Capitán América inicia una nueva etapa, ahora sí, con un equipo de autores más persistente en el tiempo. Hablo del guionista J. M. DeMatteis y del dibujante Mike Zeck, a quienes veremos firmando estas páginas a lo largo de varios tomos.
Sin embargo, en esta primera entrega los dos autores todavía no participan en la totalidad de los números. Más que nada en el caso de DeMatteis, porque a Zeck lo tenemos en todos los episodios quitando un fill-in.

De este modo, el presente tomo abre con tres episodios de transición entre guionistas estables. Tres números que se suman a los que cerraban el volumen precedente, también de las mismas características.
Los dos primeros, ya con la novedad de Mike Zeck en el apartado gráfico, tienen a David Michelinie como guionista, aunque no como argumentista, labor que corre a cargo de Chris Claremont y Jim Shooter.
En el primero, el Capitán América se enfrenta al Demoledor, un mercenario armado con un traje lanzallamas metido a incendiario. El segundo es un episodio un poco sensiblero con el Doctor Octopus aprovechando la ocasión para amenizar la fiesta.
Cierra este inicio de tomo un fill-in a cargo de Al Milgrom y Alan Kupperberg. Sobre un dibujo lamentable se levanta una extraña historia de denuncia institucional. El Capi ingresa en la prisión Ryker con el propósito de poner en evidencia su sistema de seguridad.

En definitiva, tres historias de escasa relevancia que no pasan de correctas. Al menos, la segunda de ellas nos deja un regalito que pasará a ser parte ocasional de la acción a partir de ahora, la nueva moto tuneada del Capitán América.
Por lo demás, ningún cambio en el entorno cotidiano de Steve Rogers estrenado hace un par de tomos. Nuestro protagonista sigue en su trabajo de dibujante comercial y en su piso de Brooklyn acompañado de sus vecinos Anna Kapplebaum, Josh Cooper, Mike Farrel y Bernie Rosenthal. Esta última apunta cada vez más a rellenar el hueco vacante en el corazón de Steve.

Ahora sí, ya con la entrada de J. M. DeMatteis en la parte escrita la serie toma rumbo hacia líneas argumentales de mayor alcance.
El nuevo guionista empieza fuerte recuperando algunos de los personajes más emblemáticos e inesperados. En una saga abundante en giros de guion, DeMatteis se trae a dos nombres identitariamente vinculados al protagonista, el Ameridroide y el Nómada. El primero de ellos, un androide gigante con pautas humanas hecho a imagen y semejanza del Capitán América, tampoco hace tanto que se paseó por éstas páginas. Más impacto produce la aparición del Nómada, identidad que asumió temporalmente Steve Rogers en su crisis de identidad más recordada. El otro gran nombre no es otro que Cráneo Rojo, el archienemigo del Capi.

El Cráneo urde una compleja trama para desprestigiar y humillar a la personificación del Sueño Americano. Para ello reúne un ejército de creyentes, la Orden Nihilista, manipula al Ameridroide, y usa al Nómada farsante y la realización de una supuesta película sobre el propio Capi como cebos para nuestro héroe abanderado. Finalmente, todo ello no era más que una tapadera del verdadero plan: tratar la película con un potente hipnótico a través del cual el villano se hará con la voluntad de los televidentes.

Pese a que el guion sea lo suficientemente atractivo y rico en golpes de efecto para mantener nuestro interés, sumado al buen hacer de Mike Zeck, la impresión final es que tampoco te puedes tomar muy en serio la trama.
El plan del Cráneo Rojo es perversamente retorcido, como corresponde a tan despreciable ser, pero considero que le sobra alguna vuelta de tuerca. Y luego, al plano emocional le falta un pulido que lo haga más creíble. Especialmente en la escena de la supuesta cobardía del Capi y en la que el Ameridroide vuelve en sí.

El episodio que sigue es seguramente el más especial del tomo, no en vano es el que le da título. Una extraña historia autoconclusiva en la que la nación americana vive un fenómeno provocado por una máquina conectada a cuatro potentes telépatas. El artífice de ello es un idealista llamado Morgan MacNeil Hardy, presentado anteriormente en Spiderwoman. En la búsqueda y construcción de su América soñada, el tipo crea este artilugio de expansión de ondas mentales cuya capacidad es tal que puede dar un vuelco a la realidad. El resultado es un paseo del Capitán América por escenas de su trayectoria entremezcladas y fuera de toda lógica temporal y espacial.
Una propuesta tan seductora como inverosímil que, en realidad, no es más que un receptáculo para lo que nos quiere exponer DeMatteis: el enaltecimiento del Sueño Americano, y del Capitán América como símbolo de éste, en oposición a la América más racista y reaccionaria. Una propuesta seductora y sorprendente, pero que creo que peca de moralista.

Que J. M. DeMatteis no estaba todavía a pleno rendimiento lo certifica el paréntesis que se toma a continuación. Un hueco de dos números que rellena David Anthony Kraft, escribiendo un arco argumental en el que se trae de invitados a Spiderman y a Nick Furia. El adversario de turno es un cíborg llamado SULTAN, un ex trabajador de SHIELD despedido por Furia que viene en busca de venganza. Kraft y Zeck optan aquí por el entretenimiento y la acción heroica en una emocionante aventura donde no falta cierto tono de colegueo entre los tres protagonistas.

El episodio que cierra este tomo certifica por dónde van los tiros, de momento, en esta etapa guionizada por J.M. DeMatteis. Como ocurre en sus otras líneas argumentales, la de Cráneo Rojo y la de los telépatas, el escritor insiste en mostrarnos las excelencias del Sueño Americano en oposición a quienes quieren dinamitarlo.
El turno esta vez es para otro de los colectivos no creyentes de la imperante sociedad estadounidense, los antisistema.  De este modo, un enmascarado que se hace llamar el Hombre de la Calle, armado con un florete electrificado, se erige en el líder reverenciado por el colectivo, en un relato que termina cayendo en el sermón y el buenismo.


Conclusión.

Un primer tomo que aporta algunas buenas tramas, un magnífico arte de Mike Zeck, aunque también un mensaje algo panfletario.
Lo suficientemente para ser un buen tomo, pero lejos de llegar a cotas resaltables.

7
Gracias por la reseña!!!

La verdad que leyéndola no dan muchas ganas de comprarla, pero el hueco no se va a quedar ahí (el año que viene??) y aunque las historias no sean lo que van a ser luego con Stern si que tiene el interés de ver los inicios con el trepamuros, Además es el último para tener todo Spectacular Spiderman.

En teoría según la guía el tomo se llamará ALIENÍGENAS E ILUSIONES.

Bueno, se deja leer. Pero no pasa de un 5 pelado.

Muchas gracias por la reseña, rockomic , muy currada y detallada. Aunque es verdad que desanima un poco, agradezco mucho la objetividad de explicar las cosas tal como son.

¿Qué opinión hay sobre esos 3 volúmenes de Conway? ¿Es una buena etapa?

Gracias.

Bueno, no descartes que te pueda gustar este futuro tomo. Tampoco es un horror, ni mucho menos, y hay lectores que la disfrutan bien.

8
Gracias por la reseña!!!

La verdad que leyéndola no dan muchas ganas de comprarla, pero el hueco no se va a quedar ahí (el año que viene??) y aunque las historias no sean lo que van a ser luego con Stern si que tiene el interés de ver los inicios con el trepamuros, Además es el último para tener todo Spectacular Spiderman.

En teoría según la guía el tomo se llamará ALIENÍGENAS E ILUSIONES.

Bueno, se deja leer. Pero no pasa de un 5 pelado.

9
Peter Parker, el Espectacular Spiderman: tomo 3 (pendiente) (1980-1982)




Reseñas en la web de Universo Marvel:
https://www.universomarvel.com/resenas-peter-parker-el-espectacular-spiderman-tomo-3-pendiente-1980-1982/


Con el fin de no dejar huecos entre tomos dejo aquí la reseña del que será el tercer volumen Omnigold de Peter Parker, el Espectacular Spiderman.
Los números incluidos en el tomo deberán ser Peter Parker, the Spectacular Spider-Man 43-63 y annual 2-3.

Tras la etapa guionizada por Bill Mantlo, recogida en los dos tomos precedentes, cambiamos de autor en esta tercera entrega de la colección "complementaria" de nuestro querido Lanzarredes. Sin embargo, Mantlo ni mucho menos ha dicho su última palabra en estas páginas, puesto que su etapa en la colección en realidad son dos.
El guionista que corta en dos mitades la estancia de Mantlo en Peter Parker el Espectacular Spiderman no es otro que Roger Stern. La nueva mente creativa de la colección que nos ocupa extiende su trabajo escrito a lo largo de casi todo este tomo justo hasta el momento de su salto a The Amazing Spider-Man, la serie donde Stern realizará uno de sus trabajos más recordados, así como una de las etapas más míticas del Trepamuros. A Mantlo lo tenemos de regreso ya en el tramo final del volumen.

Esta etapa guionizada por Roger Stern no cuenta realmente con un artista gráfico estable. Quienes se acercarían a esa condición más serían Marie Severin y Jim Mooney, que se van a los cuatro o cinco episodios cada uno, pero en ningún caso consecutivos, sino siendo alternados por otros dibujantes que se limitan a uno o dos números. Nombres como los de Mike Zeck, Steve Leialoha, John Romita Jr., Denys Cowan, Rick Leonardi, Luke McDonell, John Byrne, Ed Hannigan y un Jim Shooter que realiza tan sólo bocetos en dos números. Una larga lista de dibujantes, algunos muy buenos, otros justitos, que choca frontalmente con la idea de bloque homogéneo que caracteriza a las etapas más reconocidas. De hecho, el propio Roger Stern se toma un descanso en un par de ocasiones, en sendos episodios guionizados por Marv Wolfman y Bill Mantlo. Lo mismo que ocurre con los dos anuales correspondientes a Peter Parker the Spectacular Spider-Man que se incluyen, donde tampoco participa Stern.

Un volumen, éste, que alarga el período de Peter Parker fuera de su entorno cotidiano usual, en cuanto a relaciones de amistad, sentimentales y laborales se refiere. El fiasco en la relación con Mary Jane, el alejamiento de sus amistades de siempre a causa de sus nuevos estudios de postgrado y su despido del Daily Bugle, resultaron en una importante renovación del plantel de personajes de apoyo, como ya pudimos comprobar en el tomo precedente. Desde la llorica de Debra Whitman hasta su nuevo entorno universitario formado por Steve Hopkins, Phillip Chang, Marcy Kane y Morris Sloan, desde luego, no son los secundarios más carismáticos que uno podría desear. En el apartado laboral, sin embargo, a mitad de tomo el Globe y su director Barney Bushkin desaparecen del mapa para volver a la normalidad del Bugle. Eso sí, todo el proceso de caída del Globe y de retorno de Jameson al foco es materia de desarrollo exclusivo en The Amazing Spider-Man, así que resulta imprescindible seguir también la colección principal del Trepamuros si queremos atar todos los cabos.

En el apartado dedicado a los supervillanos ocurre algo parecido. Stern opta por incorporar nuevos antagonistas o recuperar alguna cara conocida de tercera división, siendo la excepción un par de villanos clásicos de Spidey.
Una etapa que se caracteriza por las historias de corto alcance, a menudo autoconclusivas, sin apenas hilos argumentales que produzcan el clásico efecto de continuidad.
Las únicas dos excepciones en este sentido son los hilos de Belladona y del Contrabandista, que se reemprenden varios números más allá.
En el primero estamos ante una historia de intriga y crimen que está insólitamente ambientada en el mundo de la moda. Una buena historia, sin más, que nos presenta a la misteriosa Belladona, así como también a Roderick Kingsley, un diseñador de moda que en el futuro traerá algunas sorpresas inesperadas. Stern también recupera para la ocasión a un viejo villano de la era Lee-Ditko, el Gato, aunque esta vez enfundado en el traje del Merodeador.

El otro hilo nos presenta al Contrabandista, un personaje que no es nuevo en realidad. Se trata de la nueva identidad de Erik Josten, el que fuera conocido como Power Man, viejo oponente de los Vengadores (nada que ver con Luke Cage). El Contrabandista pasa de ser el villano de la función en su primera aparición a un papel muy diferente en la segunda, donde acaba luchando al lado de Spiderman frente a los asesinos de la Maggia. Es la primera piedra de su paso a los buenos en un futuro todavía lejano. De nuevo, una buena historia de género policíaco y mafioso.

Este tipo de líneas argumentales dentro del género de las mafias, el policíaco y el crimen local es lo que más abunda en esta etapa liderada por Roger Stern. No en vano, el escritor también incorpora a dos policías entre los personajes recurrentes, el teniente Kris Keating y el detective Lou Snider. Dos papeles bastante tópicos, todo sea dicho, como poli intransigente y poli sensato, respectivamente.

En este sentido, está el arco argumental, escrito a medias entre Wolfman y Stern, en el que el Buitre pretende hacerse con el control de las bandas de la ciudad. Un relato que no está mal, más que nada por su componente dramático y por la violencia batalla en la estación de tren narrada por Marie Severin.
Luego está el episodio en que Spiderman se enfrenta a Cobra, también correcto, mientras que el regreso de Mysterio deja bastante más que desear. En un flojo guion, el histórico villano viene en busca del viejo botín, escondido en casa de Tía May, cuya existencia provocó la muerte de Tío Ben. Además de lo absurdo que resulta esperar hallar el botín después de tantos años, es de risa encontrarnos con la complicidad de los supuestos alienígenas de aquella viejísima historia de presentación del Chapucero.

Precisamente, el Chapucero también protagoniza otro episodio aislado. Concretamente el de Bill Mantlo que viene intercalado en plena etapa Stern. Otra pobre historia con un Spiderman en apuros en la fábrica de juguetes asesinos del villano.
También los dos números anuales que se incluyen relatan aventuras autoconclusivas.
El Annual #2, guionizado por Ralph Macchio y dibujado por Jim Mooney, nos deja la presentación de un nuevo justiciero de tercera, un maestro de esgrima enmascarado que se hace llamar Florete. Otra floja historia con la clásica trama de venganza, en esta ocasión con Cabello de Plata y la Maggia en el lado antagonista y un Jameson más valeroso de lo habitual como víctima.
El anual número 3, por su parte, lleva guion de David Kraft y arte de Jim Sherman y Alan Weiss. Un episodio que, de entrada, guarda mayor interés al constituir un nuevo capítulo en la saga del Hombre Lobo John Jameson. Ante la incredulidad de su padre Jonah y su novia Kristine Saunders, que le creían muerto, John reaparece desesperado por librarse de su maldición de una vez por todas. La solución pasa por las manos del Doctor Connors, pero un desconfiado J.J.J. casi lo hecha todo a perder. El episodio es un vehículo de Kraft para dar un cierre a su crónica del Hombre Lobo, pero creo que no hace justicia a los anteriores capítulos del licántropo, siendo más bien discreto, tanto en guion como en dibujo.

Entre las líneas argumentales que tienen algo más de trascendencia está la del Tigre Blanco. Más que nada por significar un punto y aparte para el personaje. Curiosamente, Roger Stern inicia la trama en una serie de tres historias de complemento protagonizadas por el Tigre Blanco, con Denys Cowan al lápiz, finalizando en un episodio completo dibujado por Rick Leonardi. Otro relato de venganza que no está mal. Una historia especialmente cruda y violenta, figurando como villano Gideon Mace, un psicópata exmilitar ya presentado anteriormente en las páginas de Luke Cage.

Más discretos son el enfrentamiento con Nitro, el hombre explosivo, o el episodio de Jack O'Lantern. Este último es una especie de Duende Verde de segunda, ya presentado en la difunta serie del Hombre Máquina, que aquí se incorpora como villano del Trepamuros.
Igualmente discreto es el número de regreso de Fuego Fatuo. Una historia un tanto dispersa con la también reaparición de un personaje anodino como es la Urraca Asesina, el papel de improvisada heroína de Marla Madison (pareja de Jonah Jameson) y la Corporación Brand de por medio.

Además del componente superheroico y de acción, toda esta serie de números lógicamente también se ocupa del lado más cotidiano de Peter y su entorno. Un apartado en el que cabe destacar la irrupción de un personaje de lo más inesperado, más que nada por cómo afecta a Tía May. Se trata de Nathan Lubenski, un viejo inválido, pero que los tiene bien puestos, con quien May se promete en matrimonio al poco de conocerse en la residencia. Pero poco más hay para rascar en este apartado que merezca la pena. Porque el quiero y no puedo de la relación entre Peter y Debbie entra en un bucle cansino, mientras que del ridículo conflicto a causa del peinado de Marcy Kane mejor no hablar.

Roger Stern se guarda lo más parecido a una saga para el final de su etapa en la colección, justo antes de dar el salto a Amazing Spider-Man.
Tres números que siguen un mismo hilo argumental, pero que tampoco se libran del constante baile de dibujantes. John Byrne, Jim Mooney y Ed Hannigan se reparten los lápices en una historia que tiene al Escarabajo como supervillano central, pero donde también se turnan otros dos malosos que comparten cacao mental, así como el hecho de dejarse utilizar como pardillos por el Escarabajo. Estoy hablando del Anillador, presentado anteriormente en los Defensores y del Gibón, viejo conocido del Trepamuros.
Eso y la presentación de Greg Salinger, un nuevo personaje secundario, es lo que nos ofrece un arco argumental que tampoco pasa de correcto. Salinger es un alumno de Peter que esconde algún secreto turbio.
El Escarabajo y el Anillador, por cierto, pasan a engrosar la ya larga lista de "creaciones" del Chapucero, en cuanto a que los nuevos uniformes de ambos provienen de la factoría del viejales. Sorprende que un villano tan literalmente chapucero en su concepción, entre unos y otros lo hayan acabado convirtiendo en el genio detrás de un montón de oponentes disfrazados. Oponentes mayormente de segunda fila, dicho sea de paso.

Los últimos episodios incluidos en el tomo ya representan el regreso de Bill Mantlo a su antiguo puesto en la colección.
En el primero de ellos Stern y Mantlo comparten el guion, mientras que Ed Hannigan parece haberse hecho con el puesto de dibujante más o menos estable. La villana Piedra Lunar roba el enervador del Doctor Connors con el objetivo de multiplicar sus poderes y liderar el hampa, inconsciente del riesgo al que se expone. Bastante correcto.
Como pequeña anécdota, con Piedra Lunar ya son tres los futuros Thunderbolts que han participado en la serie de episodios recogidos en este volumen. Los otros dos son el Contrabandista y el Escarabajo.

Los dos números de Bill Mantlo que cierran el presente tomo no son un buen augurio para lo que nos podamos encontrar en el volumen que continua éste.
Bajo los lápices de Ed Hannigan, otro villano rescatado del título de Power Man, el Bicho Dorado, asalta la Universidad de Peter para robar una tonelada de lingotes de oro radiactivo con los que acababan de realizar ex experimento químico.
Guion sin pies ni cabeza, tan flojo como el del episodio que le sigue. Greg Larocque dibuja en esta ocasión una historia que significa el regreso del Hombre Ígneo, que viene a dinamitar la feliz vida matrimonial de Harry Osborn y Liz Allen.


Conclusión.

Bastante decepcionante esta etapa de Roger Stern para lo que nos tiene acostumbrados. Aunque vale decir que la serie de números recopilados en este volumen es un poco anterior a sus trabajos más gloriosos para la editorial.
Tampoco ayuda a la estabilidad de la etapa la numerosa lista de dibujantes que se van alternando. O que ni una sola de las líneas argumentales que se suceden alcance un nivel notable.
En todo caso, un tomo que, a lo sumo, no pasa de lo aceptable en su conjunto. Bastante por debajo de sus dos precedentes.

10
Mae mia... Me está venciendo vuestra positividad con el material de monstruos, voy a banearme por qué lo voy a acabar comprando.

Por otra parte, hoy andaba (como siempre) bicheado tomos de la estantería, concretamente los MLE de Los invasores.

En el segundo tomo hay mucho material moderno.
Los Invasores serán 5 Tomos Flacid MLE, ¿cabrán en los tres primeros todos los de Roy Thomas y quizá la limitada de los 90?? O quizá en los 4 primeros quedando un quito más gordete..

No me veo a muchos comprando lo demás del Capi etc que sería el tomo 4/5 quizá...
Precisamente quería preguntar, sobre los Invasores, merece la pena o es para  muy cafeteros?


https://www.universomarvel.com/resenas-los-invasores-marvel-limited-edition-1-muy-bien-ejealla-vamos-1975-1978/

https://www.universomarvel.com/resenas-los-invasores-marvel-limited-edition-2-tiempo-de-titanes-1978-2005/

 :birra:

12
Muy interesante el enlace! Gracias!

En el enlace de mi firma tienes las de la BM y también las de los tomos gordos mías que salen en el enlace del foro que ha puesto el Melenas, aunque en ese enlace del foro faltan algunas.

13
Bueno, son un montón de tapas gordas innecesarias.
En tapa blanda sí me la volvería a comprar.

Espero que no te moleste la pregunta, si la quieres responder: ¿qué te aporta comprar en tapa blanda algo tienes en MLE? Entiendo a la gente que tiene vértices o BMs y vuelve a comprar algo en formato USA y color (aunque yo no lo haga), pero en este caso la verdad es que no lo entiendo, hay algo que se me escapa...

 :birra:

Pues porque me gusta mucho más el formato y el diseño.
No hay mucha más explicación.
Luego los MLE me los vendo y recupero buena parte de la inversión.

Ah, vale. Creía que conservabas ambos formatos (supongo que habrá gente que lo haga). Oye, pues más gente como tú hace falta, que el mercado de segunda mano está muy parado últimamente. :lol:

 :birra:

Ulti, toda la mañana esperando tu comentario en el foro del ataque ayer a Fandogamia por el que tuvieron que cerrar la web, y ni mu.

Desde luego...

Cuéntame más.

Es off-topic.en este hilo, así que no me extenderé mucho, que aquí se ve bien:

https://twitter.com/Studio_Kat/status/1789018774202708194?t=6-XxxPhw24ixq5YyqZVC2Q&s=19

Amazon la lío con la clasificación de edades y comenzó un ataque en redes que acabo con la web de Fandogamia cerrada. Y el cómic en cuestión en el más vendido de Amazon, todo sea dicho también.  :)

Ostras, pues sin querer Amazon les ha hecho un favor con lo de las ventas. Qué cosas...

Por otra parte felicitar a quien haya que hacerlo por el precio contenido de los nuevos MLE's tapa blanda. Así sí se hacen las cosas, ojalá tengan éxito. Aunque mucha gente ya los tendrá en tapa dura, lo mismo el no estar disponibles y el precio hacen que haya mucha gente que se lance a leerlos.

Ah. Y muchas ganas también de los tomos de monstruos. Creo que esas eran algunas de las historias de complemento que salían en los cómics de Vértice. Junto a otras de miedo o suspense del resto de las cabeceras ST, JiM, ToS y TtA.

Lo que no sé es si se repetirán muchas historias de los tres MLE's Maestros del Suspense (perdón si se ha dicho ya).

Edito: no parece que se incluya ninguna, según veo en la ficha que han puesto en el hilo de Panini. Los monstruos es una cosa y el suspense otra.  :smilegrin:

Mejor di que Ditko es una cosa y Kirby otra.  ;)
Es imposible que se repitan historias.

14
Se puede comprar luego el 100% de XMen Graduación, con Thomas y Adams, yo lo tengo en el punto de mira.

Una posibilidad muy interesante.
Personalmente, me ha encantado la edición de esta BM, tanto que me vine arriba y me subí a muchas series. Con la subida de precios me llevé un jarro de agua fría. En Namor no llegué a entrar, y han ido cayendo Daredevil, Hulk e Ironman.

Tengo claro que seguiré adelante con 4F, también con Spiderman y quizás Thor hasta el #145 para dejar cerrado los relatos de Asgard.

Me interesa mucho cerrar el vol 1 de Dr. Strange y los Tales of Supense del Capi, o quizás un poco más para llegar a Steranko, en el caso de éste último.

Pero ya con Vengadores, Patrulla-x o Nick no sé qué hacer. Me he parado y no he cogido ya los de este mes.

Pero me gustaría conocer otras opiniones. ¿Me he equivocado con alguna serie?

Bueno, cada uno tiene sus gustos, es algo difícil de responder.

Todas tienen etapas buenas, eso es lo que tienes que tener claro. Por lo que la principal equivocación seria bajarse de todass para siempre.

Yo no me bajaría para nada de Hulk, porqué me parece un disfrute a partir de la entrada de Severin y Trimpe.
Thor no baja de nivel en otros diez años o más y el Capi más o menos parecido.
Vengadores, Patrulla-X o Doctor Extraño bajan para volver a recuperarse, Namor va manteniendo un nivel digno y para Daredevil y Iron Man ya hay que esperar unos cuantos años.

Pero claro, el factor económico también lo marca todo.

Lo mejor es que vayas leyendo reseñas y decidiendo sobre la marcha.

15
Ya aparece en SD el primer tomo MLE TPB de Campeones:

https://www.sddistribuciones.com/TPB-CAMPEONES-1-DE-2-MARVEL-LIMITED-EDITION-ISBN-978-84-18814-64-8-Codigo-MLE,SMALB001

20€.

Pues todo un acierto el precio, equiparable según número de páginas a la Biblioteca Conan,  que es la que sigo pensando que originalmente salió a 13,95 y compré.  La BM compré a 12 y pegó un subidon para mí todavía incomprensible.

Pero respecto a lo que sí comprendo, este precio me parece un acierto,  y  al igual que en otras ocasiones critico,  esta vez quiero felicitar a los de marketing de Panini.  Y es que el precio de 20 euros creo que no nos lo esperábamos ninguno.

Sigo pensando que en el lomo deberían figurar los años que abarca, como en la BM.

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