Los Vengadores: Omnigold tomo 1: La llegada de los Vengadores (1963-1965) Los Vengadores era un paso inevitable en la recién creada casa de las ideas. Un supergrupo que aglutinara algunos de los principales personajes del Universo Marvel, un reflejo de la JLA de DC.
Los elegidos fueron todos los personajes con colección propia quitando a Spiderman y el Dr. Extraño. Y lógicamente los Cuatro Fantásticos.
El número de origen creo que es uno de los más inocentones y poco trabajados de estos años. No se aprecia ninguna evolución desde el primer número de los 4F dos años atrás.
Stan Lee echa mano de secundarios de las otras colecciones, como Loki y Rick Jones, para construir una historia que parece un tanto hecha a desgana, para cumplir el expediente.
Tenemos a un Hulk, que acaba de perder su colección propia, todavía sin acabar de definir, un tanto desorientado como personaje. Entiendo que los Vengadores fue en parte un intento de seguir la estela del personaje y darle continuidad dado su potencial. El resto de protagonistas, grises, cumplen un papel funcional.
Ya en el segundo número Hulk se despide del grupo. Algo muy coherente teniendo en cuenta el carácter insociable del Hulk de ese momento. Pero sigue apareciendo en algunos números más, ya más como contrincante que otra cosa.
Sin duda el acontecimiento más importante de esta primera etapa es el regreso del Capitán América en el número 4. Su “re-origen” es de lo mejor ideado del tomo. Tras una intervención accidental de Namor, que se paseaba por casi todas las colecciones en esa época, el Capi es descongelado del hielo ártico tras décadas y encontrado por los Vengadores. Bien!
Por supuesto, a los dos minutos de volver a respirar tras veinte años criogenizado e inmóvil, el Capi es capaz de salir airoso en una lucha contra los cuatro Vengadores a la vez. Así eran las cosas en esos tiempos.
Al final del número pasa a ser nuevo miembro de los Vengadores y Rick Jones, el chico para todo, pasa a ser el nuevo Bucky.
Una curiosidad sobre Namor, en estos primeros tiempos de la era Marvel, está en que en algunos números ejerce de puro villano, pero al final de la aventura de turno siempre hay algún comentario “perdonavidas”. Es de suponer que le estaban preparando el terreno para un posible retorno a sus aventuras en solitario, como así ocurrió.
A partir de aquí la serie tiene más puntos de interés. Kirby empieza a rayar a muy buen nivel y tenemos presentaciones de villanos esenciales (los de los primeros números no merecen mención). Como todo supergrupo necesita su némesis, en el número seis se nos presenta a los Amos del Mal, comandados por el Barón Zemo. Un grupo formado por villanos de cada uno de los Vengadores. Tras Zemo y los Amos del Mal viene Kang, villanos que protagonizarían la mayoría de los próximos episodios.
Pero la ingenuidad de los personajes sigue siendo una constante, no hay lugar para la reflexión o la profundidad. Casi todo ocurre sin más explicaciones. Además, el aterrizaje de Don Heck a los lápices empeora las cosas.
El principal logro de está etapa creo que está en ejercer de nexo de unión del Universo. Supongo que su supervivencia se debió a eso. No sólo están las obvias referencias a las colecciones de los integrantes del grupo, también tenemos, entre otras cosas, que Kang es fruto de la colección de los Cuatro Fantásticos y que dos de los nuevos integrantes de los Vengadores son ni más ni menos que mutantes y antiguos villanos de la Patrulla-X. O la historia del número 17, que ocurre en el mismo lugar que el número de Hulk en Tales to Astonish 69, pero sin concurrir y con la particularidad que se pone de manifiesto incluyendo viñetas de este último.
Quizás a partir del número 15 se nota una ligera mejora. En los diálogos, en la relación entre personajes. También ayuda la fugaz vuelta de Kirby y a continuación un Don Heck algo mejorado, aunque el entintado de Wally Wood seguro que contribuye.
La incorporación de tres nuevos miembros, la Bruja Escarlata, Mercurio y Ojo de Halcón, ofrece la oportunidad para su desarrollo, con el seductor añadido de que venían del lado de los villanos. Y, en efecto, rápidamente se va moldeando la personalidad de los tres, adquiriendo especial carisma el arquero, que los marcaría para el largo futuro que les esperaba como miembros del grupo. Este es sin duda el ingrediente más interesante de los números finales. Todo esto ocurre a partir del recordado número 16, donde la formación cambia casi por completo, pasando el Capitán, al fin, a liderar al grupo. Pese a todo, los guiones siguen siendo bastante planos.
No puedo dejar de mencionar las primeras apariciones del Hombre Maravilla y el Espadachin. Más que nada porque acabarían siendo Vengadores, porque sus números destacan tan poco como el resto.
Para resumir, una etapa bastante discreta, o mejor podríamos decir floja, que se sustenta en varios acontecimientos de notable trascendencia en la historia del Universo Marvel.