He leído
Bad WeekendBrubaker y Philips. Philips y Brubaker. ¡Menudo par!
Son capaces de prescindir de la
femme fatale de turno con su belleza animal que engatuse con su arrebatadora presencia al duro detective. Pueden prescindir también del apuesto
detective de mirada cautivadora que hace tiempo aprendió a bucear entre escoceses mal destilados en garitos de dudosa reputación. Incluso pueden atreverse a renunciar a que haya un
asesinato y aun así, les saldrá una obra redonda de indiscutible calidad. Por supuesto, este es el caso.
Edición y antecedentes Recordemos que
Brubaker y Philips comenzaron
Criminal allá por 2007 y que Panini nos lo trajo en 6 tomos que luego fueron recopilados en 2 integrales con unos jugosos extras. Más tarde sacaron dos “one shots” que Panini trajo en un séptimo tomo,
“Mal momento, mal lugar”, y entonces, cuando se pensaba que
Criminal estaba más que finiquitada, los Brulips se sacaron la chorra y hicieron esa maravilla de novela gráfica titulada
“Mis héroes siempre han sido yonkies” y fue tal el éxito que decidieron relanzar
Criminal, lo cual nos lleva a este
Bad weekend (#2 y #3 de la actual serie al que han añadido unas 10 páginas más) al que en breve sucederá en España
Cruel Summer.La edición de
Panini, con un precio de 15€ es un tomo en cartoné de 72 páginas con un tamaño de 18X27,5cm y sin ningún tipo de extra, de las cuales 62 son el comic en sí y el resto son hojas de créditos, títulos y biografía escueta de los autores. Solo 62 páginas, pero madre mía, ¡qué 62 páginas más bien aprovechadas!
Metacomic noirBad weekend por mucho que lo pretenda, no llega al nivel supremo, en mi modesta opinión claro, de
“Mis héroes siempre han sido yonkies”. Ni por asomo.
Le falta el magnetismo salvaje que siempre va asociado a la juventud del rebelde inadaptado. Y sobre todo, carece de ese tono poético que destila
"Mis héroes siempre...", capaz de citar a
Stevie Smith y su famoso
"Not Waving But Drowning" con una naturalidad asombrosa, para así crear un muy logrado paralelismo entre el poema y los dos jóvenes protagonistas que piden a gritos que los salven. Pero se acerca mucho a su nivel. Además
Bad Weekend cuenta a su favor, y esto hará que muchos aficionados la encumbren con todo merecimiento, con un argumento lleno de guiños al comic, a sus autores y a los entresijos que pueblan esta industria. Sí, esto sigue siendo un noir, pero nos acercaremos más a la realidad si lo definimos como el metacomic noir de Bru y Phillips.
Jacob es contratado para hacer de chofer y acompañante de
Hal Crane, un afamado dibujante que durante una convención de comics recibirá el "premio a toda una trayectoria". Vamos, que
Jacob va a ser su “niñera” para que no se desmadre y cumpla con los eventos pactados, firma de comics, discursito, etc. etc.
Hal Crane se ha ganado una gran fama entre los aficionados y el respeto de sus colegas de profesión a pesar de su mala reputación. Fue a partir de la muerte de su mentor,
Archie Lewis en un accidente de tráfico, cuando se convirtió en un cascarrabias amargado y borrachuzo capaz de liarla en cualquier momento. por lo que los organizadores del evento contratan a
Jacob, el cual fue ayudante de
Crane entintando los fondos de sus dibujos. Tranquilos que no estoy spoileando nada, esto es solo el comienzo de la historia. Digamos pues para ponernos en situación que
Archie Lewis, mega famoso dibujante de las tiras de prensa de “Star King”, fue el mentor de
Hal Crane, el cual tuvo como ayudante a
Jacob.
Por lo visto en distintas reseñas que pululan por la web,
Archie Lewis es un trasunto de
Alex Raymond, el genial creador de obras como
Flash Gordon o
Rip Kirby, que murió también en un accidente de tráfico. Pero no quedan ahí las referencias a grandes del comic, también se nombra a
Gerry Conway, Joe Kubert, Will Eisner o Al Williamson. Ni que decir tiene que también hay cabida para fans en busca del autógrafo o especuladores de comics, así como las típicas conversaciones, más o menos “amables” con aficionados antes de la firma de turno.
Pero aunque encontramos a personajes que ya han aparecido anteriormente en otros números de
Criminal, tales como
Jacob o
Ricky Lawless, el gran protagonista de la historia es
Hal Crane con sus historias, su ironía levemente humorística, su pasado tumultuoso y sobre todo con su búsqueda, a veces inquietante, de algo que ha perdido y que necesita encontrar a toda costa, esto último, sin duda, el gran motor de la historia.
Hal Crane es pues, el personaje principal, lleno de matices y perfectamente caracterizado, del que página a página vamos descubriendo detalles esclarecedores de su pasado que han ido forjando su agrio carácter actual.
Dibujo¿Y
Sean Phillips? Pues a lo suyo. No esperéis delirios secuenciales ni nada del estilo. Phillips sigue fiel a su método, manteniendo esa atmósfera característica tan suya, sabiendo dotar de ese tono de tristeza atractiva a un bar de entorno humeante y mesas con marcas de círculos pegajosos de los vasos, o dotar de un ambiente más lúdico y colorista al edificio de la convención con un toque humorístico, léase hombres con pelo en pecho disfrazados de
Wonder Woman o
stormtroopers de una galaxia muy, muy lejana. Incluso mete por ahí a
Dos caras y a un
Joker con una sonrisa de oreja a oreja.
ConclusionesEl final que nos plantea
Brubaker es muy bueno, con un giro inesperado y muy acertado para un gran historia que nos adentra en un mundo podrido, poblado por una red de miserables y traidores que enturbian nuestra siempre amada industria del comic y mostrando también a gente honesta, enamorada de este mundillo y que guarda y colecciona con mimo esos tesoros que para otros solo son dibujitos garabateados en un papel.
Sin más, un
Brubaker en una sincera carta de amor y odio a partes iguales a la industria del comic.
Brubaker y Philips. Philips y Brubaker. Con ambos al timón nada podía salir mal y nada lo hizo.