Por fin lo he terminado.
Jo-der. Qué buen sabor de boca me ha dejado. Quizás este segundo tomo me ha gustado un pelín menos que el primero (pero es que el primero me maravilló de principio a fin) pero es que el final ha sido tan jodidamente perfecto que todo lo demás ha dado igual.
Con esta serie he viajado a un montón de lugares inhóspitos, conocido razas alienígenas sacadas de las más crueles pesadillas, he visto morir a todos los amigos que he hecho por el camino y a los que inevitablemente coges cariño de lo bien creados que están, he visto genocidios, demasiados genocidios, he viajado hacia atrás y hacia delante en el tiempo, he conocido clones y versiones alternativas de amigos y enemigos... Y al final todo ha sido para que Remender me hable sobre el amor, sobre meter la pata hasta el fondo, hundirte en la miseria hasta que tocas un fondo que parecía insondable... Pero siempre, siempre, tener una segunda oportunidad que lo cambie todo.
Pero sobretodo, he seguido con muchísimo cariño las andanzas del que ya es uno de mis personajes favoritos de todos los tiempos.
Heathrow Huston.
See you Space Cowboy...