He leído
Los 7 soldados de la victoria vol. 2 de ECC
Y
Morrison sigue siendo la estrella. Vamos, que el dibujo es bastante meh, pero lo suplen esos diálogos ácidos, soberbio ese conductor cadavérico de autobús que lleva las almas de los muertos a su residencia definitiva y mientras bajan del bús les advierte: "¿Queréis mirar por última vez y aseguraros de que lo habéis olvidado todo?"
Este tomo sigue la premisa del anterior y que parece es la norma de toda la serie, es decir
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
No voy a hacer reseña porque ya la hizo
oskarosa en su momento
aquí, pero si voy a poner unos cuantos detalles de la creatividad de
Morrison.
Los dos números dedicados a
Klarion me han gustado mucho, en especial por esas ideas locas como un
Leviatán formado por todos los niños asesinados por "el cazador de niños", y sobretodo, la naturalidad con que nos muestra algo tan teórico como el punto donde se pasa de un mundo a otro. Aunque no entiendo al traductor que deja a uno de los antiguos miembros de la banda de
Los Aberrantes con el nombre de
Goldenboy y en cambio traduce a
Klarion the Witchboy como Klarion el niño brujo.
Tan sutil como siempre, Morrison juega con los nombres de manera magistral. Así lo mismo te encuentras con que Klarion, que abandona la ciudad donde vive, por ser un sitio aislacionista y por tanto carcelario, resulta que residía en la
Calle Grillete o la pandilla de distribuidores de periódicos que paradójicamente, se autodenominan como
los repartidores de la calle Ninguna Parte.
Otro toque Morrison es el de los
Newsboy o
Paper Boys, unos repartidores de periódicos (y mucho antes de que
Vaughan nos trajera sus
Paper Girls) muy particulares con un pasado muy aventurero, en el que ellos mismos publicaban su periódico y que por supuesto perdieron su batalla cuando dejaron de ser 7. Niños con menos de 12 años que perdieron la inocencia de su "nada ni nadie nos separará nunca" por la acción de "sastres temporales" (sí, habéis leído bien) y por la culpa (nada que ver con ese engendro destructor de mentes, que mata con las palabras y que responde al nombre de
Culpa).
¡Menuda panda! 6 niños y un perro millonetis, con un recién nacido como jefe de operaciones al que pasean en un carrito de bebé.
¡Ah! que no acaba ahí la cosa, que tanbién tenemos Princesas de cuentos de hadas (esto era de esperar, claro) que pierden más y más memoria cuanto más tejen en un telar, a
Chico Azul, un chaval mexicano con un cuerno que emite impactos sónicos, y que recuerda enormemente al
Chico de Azul de las
Fábulas de
Bill Willingham en el que era el asistente personal de
Blancanieves, o reinas malvadas que muerden manzanas con jugo de sangre y almas redentoras de deben matar a su amor platónico para salvarle.
Lugares intermedios entre mundos, como la
Ciénaga Maldita o la
Meseta Milagro, superhéroes de segunda que son "hechizhólicos",
Clark Kent dejando unas monedas a un anciano que pide lismona, ancianos de 75 años con cuerpos de niños traumatizados porque no les sirven las copas en los bares, piratas del siglo XXI con trenes subterráneos en vez de galeones y con un mapa de metro semejando el mapa del tesoro, o una tierra de sombreros de copa dorados. Pero esa es ya otra historia...
Vamos a por el tercer tomo.