A mí a nivel de historia la Broma Asesina me parece un cómic normalito. Seguramente, habría necesitado más espacio, porque todo es muy apresurado... no da tiempo a crear tensión, no te interesas por los personajes.
Por no darle tiempo, no da tiempo ni a que haya historia. Bueno, sí, ocurren un par de anécdotas que los fans han magnificado con el tiempo. De todas formas, yo me dí por satisfecho cuando descubrí que el Barbas renegaba totalmente de este cómic.
A La Broma Asesina le podéis buscar toda la conceptualidad y todos los palabros biensonantes que queráis, pero nadie hablaría de este cómic tan normalito (que no malo) si no es por dos cosas:
1) Un Brian Bolland en estado de gracia, impresionante. Punto.
2) El estatus adquirido por Alan Moore. Obviamente, me parece un genio y ya he dicho antes lo que opino de él, no me voy a repetir. En mi opinión, los genios también tiene derecho a hacer trabajos tan alimenticios como éste (ni fue el primero que hizo, ni el último), que un tío dotado como él debe pergeñar en cuestión de minutos. Y uno no dotado también.
En plena Batmanía triunfante, el formato para este cómic (Prestige, el más encumbrado en ese momento) y el color de John Higgins, mal que le pese ahora a Bolland, le daban una dimensión especial. Y encima con ese aspecto de tebeo "para mayores", qué miedo y qué mal rollo transmitía.
Pero si cogemos de la misma época el Annual 11 de Batman, Moore aquí hace una historia también menor, pero en mi opinión superior a la de La Broma Asesina. Es de nuevo una anécdota, pero con una enjundia, un desarrollo, una gracia en el concepto y una desenvoltura en la escritura que no está al alcance de cualquiera, ni entonces ni ahora. ¿Y por qué no la menciona nadie y a La Broma Asesina sí? No es sólo porque al Annual 11 de Batman le falle el formato en detrimento de La Broma, es que le falta lo principal: un Brian Bolland en estado de gracia, impresionante. Punto.