CAPÍTULO VI: LOS ETERNOS
23.000 a.C.
En Titanos, dos Eternos hermanos se enemistan. Urano quiere iniciar un conflicto con los seres humanos, mientras que su hermano Kronos aboga por una coexistencia pacífica entre razas. La enemistad de ambos divide al resto de Eternos, que se decantan por una de las dos opciones y forman sendos bandos, lo que lleva a una violenta guerra civil que acaba con casi el noventa por ciento de habitantes y destruye la ciudad por completo.
Finalmente, las fuerzas de Kronos prevalecen, y erigiéndose como líder de los Eternos usa su poder para transformar a Urano y sus seguidores en energía viviente y los exilia en el espacio. Con los rebeldes fuera del planeta, Kronos destruye su espada, abandona su actitud belicista y promete dedicarse a la ciencia y a adquirir conocimiento.
La ciudad de Titanos comienza a ser reconstruida.
Urano y el resto de Eternos exiliados viajan por el espacio en su forma de energía viviente, y cerca del límite del Sistema Solar logran redirigir su rumbo mentalmente, siendo atraídos finalmente por la gravedad del planeta que será conocido como Urano.
Una vez en el planeta, descubren el puesto avanzado construido por la raza Kree milenios atrás, y de nuevo mentalmente logran dirigirse hacia él. Al atravesar el campo de fuerza que rodea la base armada, este absorbe la inercia de la corriente de electrones, provocando que Urano y sus seguidores recuperen su forma física.
Mientras exploran la base armada, Urano y sus seguidores se encuentran con el Centinela 213 depositado por los Kree para protegerla. En un breve enfrentamiento, los Eternos logran destruir al robot, quien poco antes envía un mensaje de alarma trans-galáctico.
Urano y los suyos comienzan a emplear la tecnología Kree para construir un navío que les permita regresar a la Tierra, mientras designan a cuatro de ellos para quedarse y establecer una colonia a partir de la base armada.
Una vez completada la nave, Urano y sus seguidores abandonan el planeta y se dirigen a la Tierra, mientras que una armada Kree llega al Sistema Solar para investigar el por qué de la destrucción del Centinela 213, que ellos achacan a los Skrull.
Al divisar la nave en la que viajan los Eternos asumen que ellos son los responsables y disparan contra ella, reduciéndola a escombros y dejando a sus ocupantes a merced del espacio. Al no estar familiarizados con los Eternos, capturan a uno de ellos para examinarlo y regresan hacia Kree-Lar, ahora la ciudad capital de Hala.
La mitad de los Eternos a bordo de la nave destruida por los Kree logran sobrevivir al ataque. Uniendo sus fuerzas consiguen conservar una cantidad de oxígeno a su alrededor suficiente para viajar hasta una de las lunas del planeta que será conocido como Saturno.
Una vez en la luna, que será denominada Titán, usan sus poderes de manipulación de energía para convertir la parte interior del satélite en una sociedad, que poco a poco va adquiriendo grandes avances tecnológicos.
Los Kree descubren que el Eterno capturado al que han estudiado es resultado de los experimentos de los Celestiales en los habitantes de la Tierra, tras lo cual piden a la Inteligencia Suprema realizar sus propios experimentos con sujetos humanos. Supremor accede a sus deseos, pretendiendo crear una raza de superguerreros al servicio de los Kree.
Los Kree viajan a la Tierra, donde inician una serie de experimentos genéticos sobre una pequeña población, con el objetivo de convertirlos en seres más avanzados.
Veinticinco años después de su llegada, los Kree abandonan la Tierra, dejando tras ellos a la tribu con la que han experimentado y al Centinela 459, situado en una pequeña isla del Pacífico Sur con el objetivo de monitorizar posible actividad Skrull y seguir los progresos de los sujetos humanos.
Nacen Zuras y Alars, hijos de Kronos y su esposa Daina, en Titanos.
22.000 a.C.
La colonia de Eternos en el planeta Urano, completamente libre de la influencia de su anterior líder, comienza a dedicarse a la ciencia y la filosofía de forma pacífica, centrándose en los misterios del universo y tratando de descubrir una teoría unificada que responda a todo.
La colonia de Eternos en Titán, dirigida por el belicoso Urano, vuelve a cometer los mismos errores que en la Tierra y se enzarzan en una guerra civil que extermina a toda la población, a excepción de una única superviviente llamada Sui-San.
En Titanos, Kronos indaga en la capacidad de los Eternos de manipular la energía. Finalmente logra aislar el poder cósmico, pero sus utensilios de trabajo no pueden soportarlo y el contenedor donde lo retiene explota. La explosión desintegra a Kronos, destruye Titanos de nuevo, y bombardea a los Eternos con partículas cósmicas. Aunque los átomos de Kronos son dispersados por toda la ciudad, la energía liberada por la explosión expande su mente y su forma astral, lo que le concede poderes a nivel cósmico.
La forma astral de Kronos aparece ante sus hijos Zuras y Alars, informándoles de lo que ha pasado. El bombardeo de partículas cósmicas procedentes de la explosión ha conseguido llevar a límite todo el potencial genético de los Eternos, convirtiéndoles en seres virtualmente inmortales e invulnerables capaces de transmitir estos atributos a sus descendientes. Tras esto, Kronos se despide de sus hijos y abandona la Tierra.
La onda expansiva de la explosión producida en Titanos comienza a recorrer el Sistema Solar lentamente. Los Eternos de Urano y Titán son bombardeados por las partículas cósmicas, mucho más dispersas que en la Tierra, lo que no les concede la inmortalidad pero aumenta su esperanza de vida.
Tras la marcha de su padre, entre las ruinas de Titanos, Alars y Zuras dan comienzo casi por instinto a una unión de todos los Eternos en una sola identidad colectiva en la que comparten sus mentes y a la que denominan Uni Mente. En este estado, los habitantes de la ciudad deciden nombrar a Zuras como su nuevo líder.
Cuando el estado de Uni Mente concluye y todos recuperan su individualidad, Alars no se opone a la elección de su hermano como gobernante, consciente de la guerra civil que libró su padre por motivos parecidos, y se autoexilia en el espacio. Una vez fuera de la Tierra, decide viajar al área del Sistema Solar dónde fue exiliado su tío Urano.
Zuras comienza a actuar como gobernante de los Eternos, y, tras decidir no reconstruir Titanos nuevamente, los encamina hacia el monte más alto de la zona que será conocida como Grecia. Allí, fundan una ciudad llamada Olimpia.
Zuras ordena la construcción de otras dos ciudades más. Polaria, situada en la zona que será conocida como Siberia, y Oceana, situada en el océano Pacífico. Olimpia, en la que Zuras habita, es la ciudad capital. A partir de este momento los Eternos deciden no entrar en contacto con los seres humanos u otras razas inteligentes excepto en casos especiales.
Alars llega en su viaje por el Sistema Solar hasta Titán, dónde halla a Sui-San viviendo entre las ruinas de la ciudad que antaño se levantaba allí. Rápidamente se enamoran, y comienzan la tarea de reconstruir y repoblar el satélite.
Debido a que Sui-San no se encontraba en Titanos cuando se produjo la explosión que le concedió la inmortalidad a Alars, sus descendientes tienen una elevada esperanza de vida, pero no tanta como la del propio Alars.
Las tribus descendientes de aquellos manipulados por los Kree recorren los continentes que serán llamados Europa y Asia.
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.