La Rosa de Versalles #5, de Riyoko Ikeda
Comentario del anterior volumen aquí:
La Rosa de Versalles #4Seguimos con la lectura de este clásico, y tras terminar el quinto tomo ya, me sorprende la cantidad de cosas que pasan en cada volumen, además, con La Rosa de Versalles tenemos un buen rato de lectura, no como otros mangas que, aunque son muy buenos duran un suspiro (Rastros de Sangre)
Sigue cocinándose a fuego lento la Revolución Francesa, cada vez queda más claro el descontento del tercer estado y el despotismo de la aristocracia. El pueblo francés muere de hambre mientras que los poderosos sólo piensan en subir los impuestos y pedir préstamos para que la corona no entre en bancarrota. Y como ya veíamos en los volúmenes anteriores, una figura importante en el manga para idealizar este descontento del pueblo es El Caballero Negro, al que Oscar y André hicieron la trece catorce en el tomo anterior para intentar capturarlo, y en este tomo, por fin, se desvelará su identidad
El Caballero Negro sirve una vez más, para mostrarnos cómo Oscar se va dando cada vez más cuenta de lo injusto de la situación, y poco a poco, se va poniendo de lado del pueblo, y buena prueba de ello es su petición de degradación para dejar de ser un florero más en la guardia imperial y pasar a ser capitán en las guardias francesas, con el resto de soldados, pero su recibimiento será de todo menos cálido, por dos motivos; Oscar es una mujer, y Oscar es de familia aristócrata. Así que las cosas se le pondrán muy complicadas, y tendrá que demostrar injustamente su valía en reiteradas ocasiones, siempre con su fiel André a su vera.
Oscar es de los mejores personajes, no hay la menor duda, plantea muchas cuestiones interesantes sobre la injusticia de ser menospreciada por ser una mujer, ya que está en una posición compleja, a la vez que interesante; una mujer que se siente como tal, pero que ha sido educada como un hombre y ocupa un puesto militar pensado para un hombre. Por suerte Oscar demuestra una y otra vez estar a la altura de las circunstancias, y siempre con ese glamour que sólo tiene ella. Sorprende mucho cuando la vemos vestida como una dama o sufrir de amor, pero no debemos olvidarnos que es una mujer, pese a todos los esfuerzos en su vida, debidos a su padre, por aparentar lo contrario.
Pero este tomo, que sirve más para profundizar en la pésima situación de la sociedad francesa que para avanzar en sí, está cargado de drama romántico, porque no nos olvidemos de que esto es un shojo, y como tal, el contenido romántico es parte de su esencia. Ya conocíamos muchos amores, casi todos no correspondidos o no lícitos, pero son amores de los que arden en el pecho y pueden matar, o hacerle a uno perder la cabeza, como se puede corroborar en una escena en concreto de este volumen, relacionada con el abuso, que personalmente no me ha gustado nada ver, era algo que no me esperaba y no me termina de cuadrar con los implicados... pero también comprendo que es parte del método de Ikeda de demostrarnos cómo el fuego consume las entrañas de los implicados.
Un volumen que continúa al buen nivel de los anteriores y en el que, aparte del drama, tenemos mucha acción, y cada vez hay más ganas de que estalle ya la revolución, porque hay de cada aristócrata en el manga, que dice unas cosas que merecen claramente la guillotina. Por supuesto, Maria Antonieta, Luis XVI y Von Fersen siguen por aquí, y pasa algo entre ellos que me ha parecido muy bonito por parte de Luis XVI, pero cada vez se va perdiendo más protagonismo por parte de Maria Antonieta en favor a Oscar. Por cierto, Maria Antonieta ha pasado de sonreir perpetuamente a un estado de casi continua desdicha, parte de la culpa es la terrible enfermedad de su hijo; la caries vertebral.
Me gustaría comentar también que en este tomo he experimentado una ligera dificultad para leer varios bocadillos de los que están en la parte de la unión de las páginas, se puede leer, pero es un poco incómodo.