He leído
Colección Extra Superhéroes X-Statix: Buenos presagios.
El tomo contiene los 10 primeros números de la serie protagonizada por este peculiar grupo mutante, dirigido por Peter Milligan, cuyo principal objetivo es la fama y el
merchandaising, dejando en un segundo plano temas tan triviales como salvar el mundo y luchar por los inocentes. En la que podríamos llamar la segunda temporada de X-Statix, tras dejar atrás la colección y el nombre de Fuerza-X por motivos de derechos, nos encontramos con como afronta esta alineación la perdida de uno de sus últimos componentes,
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Especialmente su líder, Huérfano, cuya depresión le lleva a estado de animosidad baja hasta el punto de jugar a la ruleta rusa por pura diversión. De ese modo, seguimos la línea de serie mutante que rompe todos los moldes y donde lo políticamente correcto está fuera de lugar. En un dechado de imaginación en ingenio, gracias al arte de autores como el matrimonio Allred, Paul Pope o Darwyn Cooke, Milligan consigue imprimir un estilo diferente, gamberro, crítico y en cierta forma bastante humano, construyendo una serie de mutantes, pero con un estilo particular y muy interesante.
El desarrollo de los personajes es vital y es la base de este título. Huérfano, más tarde Guy Smith, Mr. Sensible, es uno de los principales exponentes de ello, pero también tendremos la pugna del liderazgo con Anarquista, las nuevas incorporaciones como Venus Dee Milo, o un complicado enemigo mutante capaz de controlar el destino de todo un pueblo. Además, nuestros protagonistas seguirán muy ligados a los medios y la propaganda viral, llegando incluso a tener rivales mediáticos como Fuerza-O. Tampoco podían faltar los invitados de excepción como el Profesor X, muy centrado en su faceta creativa de uniformes, quién lo hubiera dicho, teniendo en cuenta los que él mismo ha llevado. Así, aunque la serie está en una línea muy diferente del cosmos mutante de la época, sigue manteniendo su nexo de unión con ella. Cohesión y buen desarrollo de los personajes.
Si estos dos aspectos no fueran suficientes, habría que resaltar lo entretenida y dinámica que se presenta la lectura, lo bien dibujada que está y la frescura que destila el concepto, posiblemente gracias al tono pop de sus ilustradores, más propio del cómic
underground que de la Marvel de principios de este siglo. Aún así, quizá estemos ante uno de los mejores títulos de los mutantes de la primera década de los 2000, demostrando que siempre se pueden hacer buenas historia en un escenario conocido, sobre todo si no se tiene miedo a arriesgar.
Para cerrar el tomo, tenemos una miniserie protagonizada por Doop y Lobezno, que alcanza niveles psicodélicos en la búsqueda de un visón rosa y una extraña enfermedad mutante: el Gen-X. Ambos forman una pareja interesante y muy compenetrada, a pesar de que a priori podría parecer todo lo contrario. No cuesta nada ver el potencial de Logan en cualquier tipo de historia, además de su sobreexplotado éxito. Sin embargo, hay que decir que aquí Milligan no utiliza clichés, aunque no deja de ser nuestro Lobezno. Por otro lado, tenemos a uno de esos personajes carismáticos, que a mí me encantan, pero debo reconocer que estar traduciendo sus diálogos constantemente me saca de la lectura, sobre todo si es un diálogo fluido como vemos aquí. No negaré que tiene su gracia ver como se expresa el personaje y forma parte de su encanto, pero la experiencia lectora sufre bastante. Si bien es cierto el relato es toda una ida de olla, me gusta mucho este tipo de locuras y la he disfrutado bastante.
El aspecto más negativo se lo lleva el encolado del tomo, que aunque no se ha despegado la cubierta, tras esta primera lectura sí que se ve como los pliegos se han despegado de la cola del lomo, salvo los de los dos extremos. Esto solo nos indica que tiene los días contados antes de tener que pegarlos. Sinceramente, Panini tiene un serio problema con los encolados de muchos de sus tomos, menos mal que al estar cosido no hay síndrome otoñal, pero no es normal que la cola se despegué así de un tomo, prácticamente como si no se hubiese adherido. Una pena, porque el formato me gusta, y ´los volúmenes de 12 números están bien de precio y manejabilidad, pero habría que cuidar un poco más las calidades. Afortunadamente, no todo es malo, ya que tenemos un estupendo prólogo de cierto colaborador habitual que sigue demostrando que sus textos son un importante valor en esta colección y nos hace reflexionar sobre qué es un X-Statix, algo que posiblemente muchos ni lo habían pensado. Lo malo es que tras leer el tomo, tampoco he encontrado la respuesta...