He leído Colección Extra Superhéroes Aniquilación Integral.
Tras varios días sumergidos en este mamotreto por fin he podido concluir su lectura y mi opinión es que en líneas generales ha sido una gran historia. Estamos ante una space opera que incluye todos los elementos necesarios para ofrecer una saga cósmica, cargada de dramatismo, emoción y muchas dosis de épica. La verdad es que las dimensiones del tomo han provocado que retrasara una y otra vez su lectura, pero lo cierto es que sus más de 700 páginas se han leído con bastante rapidez y una vez sumergido en la trama, acabas totalmente enganchado. No obstante, debo decir que, aunque Panini ha reunido todo el material en un solo tomo, con mucho acierto, no todas las miniseries tiene la misma calidad. Destacan especialmente los guiones de Keith Giffen y los de Abnett y Lanning, lo demás tiene cierta irregularidad. Lo mismo ocurre con el apartado gráfico, en el que destaca especialmente Andrea Divito, mientras el constante cambio de ilustradores en muchos puntos del tomo no le beneficia demasiado. Obviamente, no iba a dibujarlo todo el mismo, teniendo en cuenta la procedencia de diversas miniseries, pero si hubiese estado bien que se estableciese algún tipo de criterio de estilo similar, para evitar ver a personajes con diferentes diseños o que directamente cueste reconocerlos según quién los dibuje. A pesar de todo, como conjunto, el tomo ofrece una lectura sumamente entretenida, salvo momentos puntuales, que sirve como perfecto punto de reencuentro con la faceta cósmica del Universo Marvel, incluso como vía de entrada si nunca antes se ha leído nada de ella. Además, Giffen ha tenido todo el detalle de homenajear con un guiño a Jim Starlin, convirtiéndose así en un relevo perfecto.
La estructura de la historia es muy interesante, ya que a pesar de estar ante un evento, tenemos una simplificación que ayuda a no perderse a los lectores en crossovers absurdos que no conducen a nada o son un sacacuartos innecesarios. Comenzamos con una miniserie protagonizada por Drax, la cual sirve para devolverle la gloria al personaje, que se convierte en una especie de Kratos marveliano dispuesto a concluir aquello para lo que fue creado. Pero lo más interesante de todo es el nacimiento de su relación con Cammi, un personaje de nuevo cuño que se presenta como una niña difícil, cargada de cinismo y con muchas ganas de dejar su hogar por una vida más excitante. Desde luego, no se puede decir que no lo consiguiera. Esa actitud cargada de vehemencia será perfecta para unos diálogos inclinados hacia un humor negro y bastante procaz, en los que una invasión alienígena pierde su importancia ante otros aspectos más acuciantes en la vida de Cammi.
A continuación tenemos la miniserie protagonizada por Richard Rider, en la que aquel muchacho que todos conocimos se convierte en un hombre. Estamos ante el prólogo de la saga, en la que se notarán las consecuencias de la Oleada Aniquiladora de Annihilus, comenzando una guerra que pondrá en peligro a todo el Universo. Además, sirve de puente a la anterior miniserie, perfilándose así una de las principales características de toda la saga: para vencer a Annihilus, o por lo menos tener alguna posibilidad, tendrá que haber alianzas de lo más inesperadas e insólitas. La primera, obviamente, es con Drax, el Destructor, casi nada.
Después tenemos varias miniseries en las que la calidad es bastante variable. Quizá la que se mantenga en la línea de lo anterior es la protagonizada por Estela Plateada que, además, añade información interesante a la premisa inicial. La del Superskrull no pasa de entretenida, a pesar de tener varios momentos muy destacables, mientras que la de Ronan me ha parecido la más aburrida de todas. No obstante, también tiene ciertos elementos de importancia para la siguiente fase de la historia, que nos introduce de lleno en Aniquilación durante seis magníficos números que nos muestran la guerra en un estado avanzado con su posterior desarrollo y su desenlace final. Keith Giffen da en el clavo a la hora de retratar a todos los personajes implicados, que son muchísimos, aunque algunos estén ligeramente cambiados, pero con un objetivo claro y un excelente resultado. Gamora es sexy, pero también letal, en las antípodas de la versión de Bendis, al igual que Peter Quill es un compañero ácido y locuaz, que aporta una vía de escape a un escenario tan dramático. Thanos, Drax, Galactus, los heraldos del Devorador de Mundos y muchos más tiene un papel adecuado a lo que conocemos de ellos en una historia muy bien hilvanada que no deja de ser otra versión más de lo que supone un conflicto bélico: por un lado, el deseo de poder y conquista; por el otro, la férrea voluntad de la supervivencia y el deseo de evitar la aniquilación.
Finalmente, tenemos una miniserie que sirve de epílogo, en la que conocemos el destino de los heraldos de Galactus y del propio Devorador de mundos, cuyo papel fue muy importante a lo largo de la saga. Una vez más, Giffen demuestra ser el guionista verdaderamente aventajado, siendo su historia la mejor de todas.
En definitiva, una lectura muy entretenida y recomendable, además de un ejemplo de como debe ser una saga épica, dramática y sin perder la esencia de los personajes, aunque no sean del todo aquellos que fueron. Y es que una guerra de estas características puede cambiar a cualquiera.