En mi opinión, lo más perverso de todo esto no es lo ridículo, políticamente correcto, tardío, falsamente reivindicativo, "cuotístico" y propagandístico que resulta.
Lo peor es ese conato de no dejar lugar a réplica desde una muy falaz posición de superioridad moral.
Crea una heroína negra, homosexual y musulmana y, si me gusta, la amaré.
A Superman, Spider-Man, Batman o Capitán América los quiero masculinos, blancos, caucásicos, heterosexuales, cristianamente agnósticos y tan USAmericanos como la tarta de manzana en el alféizar.
Punto.
De la misma forma que me gustan Wonder Woman, René Montoya o Apolo tal y como son y no de otra forma.
Crea personajes, no me travistas a mis iconos de toda la vida. Y si lo haces, acepta que si no gusta no es por fobia. Que no todos los disidentes llevan capucha del Klan.
Y sobretodo, deja de intentar predicar chorradas progre-guays y empieza por reconocer y pagar a tus autores, empresas ladronas.
Ahí nos entenderemos.
Ahora, credibilidad cero.