He leído Locke & Key Nº 6: Alfa y Omega.
Con este tomo concluye la serie revelación de del año pasado y la verdad es que no me quiero enrollar demasiado, porque creo que una recomendación como esta bien merece un café. Baste decir que Joe Hill lo ha bordado en un final que combina el terror, la ficción más imaginativa que yo recuerde desde hace mucho tiempo y la representación de unos personajes con los que es imposible no encariñarse, de forma que los momentos dramáticos finales adquieren una mayor fuerza. Todo encajado como una máquina perfectamente engrasada para la diversión y el disfrute del género que tiene una estrella emergente en ciernes. ¡Y tan prolífica como su padre!
Creo haberlo destacado en más de una ocasión, pero Joe Hill tiene un talento especial para que el desenlace de sus historias sea orgánico y transmita la sensación de círculo cerrado. Si bien es cierto que yo también tengo la duda que comenta Gárgola más atrás, no deja de ser una herramienta para dejar una pizca del suspense que nos ha acompañado a lo largo de toda la serie. Un elemento que ha convertido la lectura en adictiva por momentos y que me hizo engancharme a la serie desde el primer momento que abrí el primer tomo. Una lástima que por diversas razones haya tenido que postergar la lectura de este volumen, ya que en cierta forma se pierde un poco de la fuerza que venía arrastrando la trama. No obstante, he disfrutado mucho de él y buscaré tiempo de debajo de las piedras para releerme la serie de una tacada y poder disfrutar de ella como se merece.
Se me ocurren muchas razones por las que todo el mundo debería leerla, incluida la reflexión final que nos deja el autor, pero seguramente lo mejor sea que vosotros mismos introduzcáis la llave en la cerradura para entrar en un mundo de fantasía inimaginable. Eso solo será, el principio del fin. Os lo prometo.