He leído
Ken Parker Nº 48.
Ya estamos prácticamente al final de la serie, a falta de dos volúmenes más. En este tomo tenemos la historia titulada
"Cuán lejos la mañana salta" , realizada por Giancarlo Berardi e Ivo Milazzo y publicada en 2015. Es curioso, porque tenemos un salto temporal importante de unos 20 años más o menos, en una colección que parece que fue interrumpida en algún momento, a pesar de quedar pendientes bastantes cabos sueltos. La historia está bastante bien, mostrando dos narrativas distintas. Por un lado, continúa el drama carcelario de Ken Parker, mientras que por otro la trama da un salto temporal de varios años, en los que nuestro protagonista viaja a Montana para encontrarse con sis viejos compañeros de prisión,
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Es una aventura de tono crepuscular, algo que cobra mayor sentido en la escena final,
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Posíblemente una de las tramas que más se ha acercado al
western a lo largo de toda la colección. Llama la atención ver a un Ken bastante mayor, con sus achaques de la edad, algo taciturno, pero con su buen talante habitual. Sin embargo, su paso por prisión lo ha dejado marcado. Mantiene su integridad, pero él mismo se considera un hombre con el alma manchada, capaz de hacer ciertas cosas con tal de conseguir su objetivo, algo que quizá en otra época le hubiese resultado más complicado. A pesar de todo, sigue siendo el Ken de siempre en busca de la justicia, aunque en este caso conlleve el uso de la violencia.
No sé qué contarán los autores en los dos últimos tomos, pero la verdad es que quedan algunos cabos sueltos. El propio Ken explica que
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En la trama en flashback no se explica nada de eso, sino que tenemos otra historia muy distinta, en la que uno de los prisioneros trata de huir,
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Tampoco parece
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A mí todo esto me deja un poco raro. Es decir, una serie de tanta calidad, con unos argumentos tan cuidados, que después de muchos años viene elaborando una trama, no queda del todo bien resuelta, a mi entender. Esto no resta validez a la calidad de la colección, desde luego, pero resulta un poco extraño que Berardi no escriba algo en el que todo quede más o menos cerrado, como suele hacer en sus relatos inspirados en las novelas de misterio más clásicas. En fin, veremos como acabo esto, esperemos que tenga un buen colofón, tal y como se merece. Sea como sea, quizá este tomo sea una despedida prematura de nuestro protagonista, que tantos buenos ratos nos ha hecho pasar.