"Exiénlo ver mugieres e varones,
burgeses e burgesas por las finiestras sone"
"mas el castiello non lo quiero hermar,
ciento moros e ciento moras quiérolas quitar"
Podéis empezar por cancelar al Mio Cid por ser milennial.
Y luego si queréis seguís por esta lista de autores desde el siglo XIII (empezando por la "General Estoria") que usaron el desdoblamiento de género sin problema ninguno:
https://www.archiletras.com/actualidad/desdoblamientos-lexicos/Se ha hablado del "principio de economía lingüística", y sí, es un principio que existe, pero es que no es el único: la lengua se rige por multitud de criterios, y uno de ellos es el de innovación, que es el que hace que exista la sinonimia, por ejemplo, fenómeno que va totalmente en contra de la economía lingüística (¿por qué tener dos palabras que significan lo mismo? Pues... porque a los hablantes a veces les gusta dar riqueza a su expresión, porque se encuentran matices ligeramente diferentes... y todo esto va en contra de la economía lingüística, que es un principio rector, pero no el único existente
)
Sobre el resto, los mensajes de Essex y Malkav son totalmente razonables. La lengua no es "machista" de por sí, y no se le puede achacar la culpa de cualquier uso. Pero va cambiando con el uso. Y comienza con unos pocos, y luego, efectivamente, se extiende o no, eso está por ver.
Hasta el "Diccionario Manual" de la Academia de 1927, "alcaldesa" era únicamente "Mujer del alcalde". ¿Por qué? Porque no había mujeres que ejercieran ese cargo más que de forma excepcional. Y en 1927 se podía haber dicho "pero 'alcalde' sirve para indicar a los dos sexos, no es para nada necesario inventar una nueva palabra". Pues sí, necesario no era, efectivamente. Pero las mujeres que iban ejerciendo ese cargo querían que el lenguaje hiciera visible ese cambio social, y para ello se innovó (otra vez el principio de innovación) y se generó ese término, que hoy es totalmente habitual.
La innovación ocurre cuando la sociedad la ve necesaria, pero siempre comienza por unos innovadores, que normalmente suelen ser los más jóvenes. El femenino "-nta" hizo reír mucho cuando se aplicó a "gerenta" o "presidenta", pero nadie alzó una ceja cuando se usó para "sirvienta", ¿verdad? Normal, porque se fue aplicando según la sociedad avanzaba y las mujeres alcanzaban cargos que antes no tenían. La capacidad del lenguaje de innovar siempre estuvo allí: se podía haber llamado a las criadas "sirvientes", ¿verdad? Pero se acuñó "sirvienta", porque era un trabajo muy feminizado. Y cuando las mujeres hacen lo mismo para acuñar "presidenta", pues surge la fricción. Ok, pero es el mismo fenómeno, y nuevamente, es la sociedad la que, empezando por unas pocas personas, va haciendo que el lenguaje se adapte. Y lleva siendo así desde los indoeuropeos, como poco
Pero a ver, igual que el cambio lingüístico es natural, el conservadurismo ante dicho cambio también es natural. Toda generación considera que l que se hablaba antes de él eran simpáticos arcaísmos; lo que aprendió de joven es "la lengua tal y como debe ser"; y lo que hablan los jóvenes de ahora son perversiones del idioma y debe ser desterrado
Lo dicho, ha habido revoluciones contra la eliminación de una tilde, en "sólo", en "éste", etc. La resistencia al cambio es normal. Lo que también es verdad es que al final, en muchas ocasiones, esa resistencia desaparece, aunque sea cuando desaparecen las generaciones antiguas
Y por eso hoy "alcaldesa" no nos hace reír, "presidenta" muy poco, y, lo siento, "miembra" es muy posible que se vea normal dentro de veinte o cuarenta años. Y el plural genérico, pues quizás también, o quizás no, veremos.
Y no nos gustará, porque las mejores lentejas son las de nuestra madre, y aquello a lo que no estamos acostumbrados se nos hace feo
Pero bueno, es ley de vida.
Lo único que me gustaría es que esta resistencia conservadora al cambio no se expresara en términos ofensivos. Pero supongo que también es lo que hay
Termino