Una grandísima tristeza
El cómic que hizo aficionarme a este maravilloso mundo fue su Capitán Trueno.
Eso y que mi madre me lo compraba cada semana cuando tenía 6 años.
Un genio
Y un tipo, que si hubiera nacido en otro sitio, con hasta
350.000 (sí, no hay ceros de más
) números vendidos
SEMANALMENTE, tendría más pasta que Amancio Ortega
Pero este, como Ibañez, al menos quedará para siempre en la memoria histórica.
La puta ley de la vida