Eso mismo fué lo que abrió las puertas de par en par a los dibujantes filipinos en los 70: rapidez, solvencia y... precios bajos...!!
Los editores USA se frotaron las manos al comprobar la calidad del material que podían conseguir de los filipinos, pagándoles la mitad que a un Sal Buscema, por citar a otro 'estajanovista' de la mesa de dibujo...
Y todo por la paranoia de la presunta crisis del medio, que obligaba a mantener el precio de los comicbooks a toda costa... empezaron por una página doble, que pagaban como una normal, al hacerla apaisada y doblar su tamaño (algo que quedaba esteticamente horrible), después redujeron paulatinamente el número de páginas hasta el tope mínimo de 17...
En el caso de los magazines en B/N, la soluciòn fué encontrar mano de obra barata...