A ver, a mí más de una vez me han pedido que firme con un rombo si soy el famoso Essex de UM.
También aclarar que mi falta de empatía es fruto de ser de una generación que no vivió Tinder y estas mierdas modernas, pero que tenía el chat de Terra, que consistía la mayoría de veces en quedar con dos colegas, haceros pasar por tías para enganchar a algún pobre tipo al que intentabas mandar a la otra punta de la ciudad a no sé qué hora, vestido de no sé qué, o putadas semejantes, y que acababa muchas veces con tu perfil de "chica" hablando con otra "chica" a ver quién descubría primero que el otro tenía rabo múltiple. Partidas de ajedrez a lo KGB. El que falle pierde. Ríete tú de los replicantes de Blade Runner.
Éramos prácticamente de género fluido.
Por eso estas cosas no nos asustan.