He leído
Ken Parker Nº 24.
Con este volumen consigo ponerme al día con esta serie, aunque teniendo en cuenta el ritmo de publicación de ECC, a saber cuanto va a durar esta situación. Por otra parte, volvemos a tener dos historias muy centradas en los personajes y las situaciones, utilizando el
western como escenario, propiciando que cada número sea más una drama humano que una historia de género. esto, lejos de restar calidad a la serie, da como resultado un fenomenal trabajo a cuatro manos de Giancarlo Berardi y Maurizio Mantero, poniendo de manifiesto una vez más que estamos ante uno de los grandes títulos del cómic europeo: una lectura tan recomendable como imprescindible, sin que el paso del tiempo haga mella en ella.
Comenzamos con el relato titulado
"La verdad", escrito por Berardi y Mantero, los cuales cuentan con el arte de Bruno Marraffa. El artista regresa a la colección con un estilo menos barroco del habitual, pero marcado por el tono realista que le caracteriza. En mi opinión, es de los mejores dibujantes que han pasado por la serie. La historia gira en torno a la muerte de unos buscadores de oro del pueblo de Bitter Creek, cuya responsabilidad recae sobre los indios navajos de la zona. Ken Parker vuelve a ejercer el papel de conciencia, pero también se mantiene en un segundo plano, prácticamente como un secundario más de su propio título. Esto es algo muy habitual, que comienza a ser una sella de identidad de la propia colección, permitiendo así fomentar el desarrollo de otros personajes, cuyas historias pasan a primer plano y son el foco de atención de la trama. En esta ocasión, tenemos al sheriff de la población que ve la muerte de los mineros desde un óptica diferente a sus conciudadanos, liderados por su suegro, que solo busca venganza por la muerte de su familia a manos de los indios. Hay que reconocer que la historia no deja de ser un reflejo de otras muchas, explorando el odio irracional hacia los indios, que se convierten en el objetivo de cualquier mal que les suceda. Sin embargo, en esta historia, el dúo de guionistas introduce otros elementos como la búsqueda de justicia, en lugar de venganza, así como el conflicto que surge en el seno de una familia, donde una mujer tiene que tomar la dificil decisión de apoyar a su padre o su marido. Desde el punto de vista del matrimonio, tenemos un perfecto reflejo de una situación cargada de tensión familiar, que podríamos decir que es como la vida misma. Una vez más, vemos como los personajes de la serie son tridimensionales, consiguiendo que el lector conecte rápidamente con ellos, lo que nos permite sentirnos casi parte de la historia.
Por otra parte, la mano de Berardi se vuelve a dejar ver en un elemento muy habitual en él: el suspense. Desde las primeras entregas, la serie ha pivotado entre el
western y el suspense ne muchas ocasiones, viéndose reflejados en los argumentos la predilección del guionista por el juego detectivesco y por el crimen que debe ser descubierto. Quizá por eso choca tanto la resolución de la trama, que deja cierta reflexión por aquello que refleja el título, la verdad, algo que deja de tener importancia, igual que la justicia, cuando el objetivo no es otro que calmar el odio a través de la venganza y de la muerte indiscriminada de los indios. De ese modo, tenemos una historia desgarradora en ese aspecto, sacando a relucir su vertiente más dramática. Si bien es cierto que en estos parámetros saber realmente lo que ocurrió es lo de menos, se echa ne falta ese desenlace típico de las historias de detectives, donde toda la verdad sale a la luz en el acto final. Aunque reconozco que veo las intenciones de los autores y todo funciona perfectamente tal y como se ha concebido, mi curiosidad personal me hace necesitar saber como sucedieron los hechos y si realmente se ha cometido una injusticia o no. Sea como sea, es una gran historia, y posíblemente la situaría como la mejor de las dos recogidas en este volumen.
En la segunda parte del recopilatorio tenemos
"Raza salvaje", escrita por Giancarlo Berardi en solitario y dibujada por Renato Polese. Si no me falla la memoria, este sería le primer trabajo de Polese en la serie, y la verdad es que está bastante bien. Tiene un estilo de corte clásico que mantiene la estética de Milazzo, que me ha gustado bastante. Últimamente, creo que la serie está a un buen nivel gráfico, aunque no se puede decir que haya sido nunca realmente malo. La historia nos vuelve a introducir en la cultura india, no solo en sus costumbres, sino también profundizando en sus creencias, lo que añade cierto toque sobrenatural en algunos momentos, que no desentona en absoluto, ya que Berardi lo utiliza con coherencia y sensatez.
Ken Parker y unos compañeros se trasladan al territorio de la tribu de los Yankton para dedicarse a la caza de caballos para su posterior doma y venta. Como viene siendo habitual, esto no es más que un escenario que sirve de trasfondo, ya que la trama gira principalmente sobre dos parejas de enamorados. Una de ellos es de los Yankton, con un joven enamorado que en tiempos de paz le resulta complicado conseguir la pluma que le otorgue la posibilidad de solicitar a una esposa. Mientras, uno de los acompañantes de Parker, verá como la chica de la que está enamorado aparece en el campamento,
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De ese modo, volvemos a desligarnos del género para introducirnos en el drama humano, recuperando una vez más la historia de amor como punto focal, ahora por partida doble. Aunque Parker tiene algo más de protagonismo, queda relegado a ese papel e secundario en su propia serie que tan bien domina después de tantos episodios, mientras su visita a Boston se posterga una y otra vez. Cabe destacar la manera en la que Berardi concluye la historia, fundamentada en la transmisión de unos valores tan importantes como el respeto, la honradez y la responsabilidad. Un final feliz en toda regla, pero también con un importante componente emotivos, así como con ese contrapunto hacia lo religioso según la óptica india. Otra gran historia con el sello particular de Giancarlo Berardi.
No me gustaría terminar sin llamar la atención sobre el interesante debate que protagoniza Parker sobre los indios y sus derechos, ejerciendo el papel de un hombre que combina muy bien su experiencia en la vida con la cultura obtenida en la lectura de diversos libros. El conocimiento es poder, qué duda cabe, y aquí podemos ver un reflejo de ello. El conflicto indio es el principal problema de esta época y Berardi intenta por todos los medios que veamos las diferentes posturas, algunas fruto del desconocimiento y del rechazo. Si bien es cierto que nuestro protagonista muestra un discurso a favor de los nativos, no por ello podemos ver diferentes posturas, aunque siempre enconadas y marcadas por otros aspectos como el simple odio. A pesar de que se suele decir que la historia la escriben siempre los vencedores, cada pequeño relato del género realiza un pequeño favor hacia el crimen que cometió toda una nación en contra de una raza, que además se la quiso convertir en la villana de la historia. Un mundo en el que la ambición y la conquista prevalecen sobre el sentido común. De ese modo, vuelve a relucir la naturalidad y autenticidad de esta serie que es como la vida misma, por lo que posíblemente sea bajo esa pátina de realidad donde se encuentra el secreto de su calidad.