He leído Edición Coleccionista Mortadelo y Filemón Nº 2.
Hace un tiempo me hice con algunos tomos de esta colección a buen precio y a ver si puedo ir comentándolos poco a poco. Principalmente la idea era recuperar algunas de las historias de los personajes un poco más modernas y ver como ha evolucionado el trabajo de Ibañez en la serie. Cada tomo incluye tres historias y siguen un orden más o menos cronológico, aunque cada entrega es diferente en ese aspecto. La verdad es que sigue siendo una lectura de lo más entretenida, con algunos momentos que te hacer soltar una carcajada, aunque también es cierto que el autor repite esquemas en ocasiones y a veces situaciones o chistes nos pueden sonar de otros álbumes. Con todo, y después de tantos años de aventuras, el ingenio de Ibañez sigue estando muy presente. Lo mejor sin duda es su evolución como dibujante, con viñetas muy detalladas o esos chistes de fondo, donde se aprecian situaciones en segundo plano que buscan el humor desde lo absurdo y con su habitual seña de identidad.
Comenzamos con "¡Rapto tremendo!" (2004), una historia en la que los dos agentes de la TIA deberán investigar el secuestro del propio Ibañez, siguiendo las pistas de un testigo ocular del delito: Rompetechos. Cabe destacar como el autor utiliza de manera constante la actualidad, con cameos del papa y de Aznar, así como menciones a Zapatero. De hecho, me ha llamado la atención que una de las constantes de estas historias sea ver al expresidente del Gobierno con cierta asiduidad, al igual que el propio Ibañez, que siempre está presente en mayor o menor medida. Esta aventura sigue un poco el esquema habitual, con nuestros protagonistas siguiendo pistas que podrían ser importantes, pero que se revelan como indicaciones algo desviadas de la realidad gracias al cegato personaje. Me he reído mucho con "Charon", el perro de la TIA, cuyo olfato los llevará a los lugares más insospechados, así como con el intento de mostrarse como agentes duros infiltrándose en un bar lleno de delincuentes. Un viaje en coche con Rompetechos o la visita paródica a las oficinas de Ediciones B serán algunas de las paradas de Mortadelo y Filemón en un caso que pone de manifiesto cuanto quieren y admiran al autor en la editorial española.
"Mortadelo de la Mancha" (2005) es posiblemente la mejor historia de este volumen, no solo por su originalidad, sino por la capacidad de Ibañez de trasladar a la parodia un clásico de la literatura española. Volvemos a presenciar uno de esos prólogos tan divertidos en los que se analiza el arte de la escritura en sus múltiples facetas, para pasar a la prueba de un nuevo invento del profesor Bacterio, que ha inventado una máquina capaz de asimilar conceptos y habilidades de los libros. La idea era transmitirle a los agentes de la TIA las habilidades de James Bond, pero debido a un pequeño accidente asumirán el papel de los personajes de la novela de Cervantes, convirtiendo a Mortadelo en el hidalgo de la triste figura y a Filemón en su fiel escudero Filemoncho. A parte de las posibilidades que ofrece la propia premisa, sobre todo por ver como encajan las antiguas normas de la caballería en un mundo moderno, Ibañez intenta también adaptar algunos capítulos del Quijote en forma de parodia. No deja de ser curioso como la lucha contra los odres de vino es transformada en una lucha contra globos en los que viajan el equipo del gobierno del PP, o los molinos de viento son en realidad la fachada de un teatro de variedades. No obstante, lo que más me ha gustado es la capacidad de Ibañez de trasladar el castellano antiguo a sus personajes, consiguiendo transmitir las propiedades de un lenguaje arcaico en un mundo moderno, consiguiendo que encaje bien con el papel de los protagonistas y manteniendo las dosis de humor. También me ha parecido gracioso que Ofelia sea la amada Dulcinea, con momentos muy divertidos.
Cerramos el tomo con "¡... Y van 50 tacos!" (2007), un álbum que sirvió para celebrar el 50 aniversario de la creación de los personajes, donde Ibañez pone de manifiesto que a pesar de los achaques de la edad Mortadelo y Filemón tiene cuerda para rato. En el prólogo presentación volvemos a tener a Rompetechos, que se convierte casi en un secundario habitual de la serie, así como la presencia de varios importantes superhéroes que no llevan muy bien la senectud. Nuestros protagonistas tendrán que luchar contra las diferentes enfermedades que poseen, como la incontinencia, el lumbago y la artritis, por mencionar alguna, mientras se hacen cargo de un caso de corrupción. Asimismo, son investigados para ver si los agentes de la TIA tienen el vigor suficiente o debido al a edad deberán ser retirados del servicio, siendo enviados al paro. Es curioso, porque en esta historia he visto a Ibañez con bastante frescura, siendo un tema quizá fácil y recurrente como son los ancianos y sus enfermedades. El autor ha demostrado sacar mucho partido de este tipo de situaciones, al igual que con los niños o las discapacidades. Tampoco he visto ese esquema habitual, provocando que la lectura se resienta un poco, sin embargo sí que me ha parecido ver situaciones muy similares a otras aventuras de Mortadelo y Filemón, como esa escena en la que llevan a Súper al hospital, que me ha recordado a la iniciativa de la agencia en la que los agentes debían de cuidar uno de otros. El caso se soluciona de forma interesante, introduciendo una crítica a la corrupción política, mostrando de nuevo esa faceta de conexión con la realidad que a Ibañez tanto le gusta.
No ha estado mal este primer contacto con la época más reciente de la serie, a ver que deparan otros tomos de la colección.