En la web:
American Carnage, de Bryan Edward Hill y Leandro FernándezAmerican Carnage, de Bryan Edward Hill y Leandro Fernández
“El cómo se define uno a sí mismo determina su destino, hijo.”
American Carnage es una serie de nueve números (
American Carnage #1-9), escrita por
Bryan Edward Hill, dibujada por
Leandro Fernández y publicada bajo el sello
Vertigo de
DC Comics entre enero y septiembre de 2019.
El sello
Vertigo supuso un antes y un después en la industria norteamericana del cómic. Un nuevo espacio donde las series adultas y de autor tenían una mayor visibilidad y alcance. Durante décadas,
Vertigo ha sido sinónimo de calidad publicando (o republicando) series míticas como
La Cosa del Pantano de Alan Moore,
Animal Man de Grant Morrison,
Sandman de Neil Gaiman,
Predicador de Garth Ennis,
Hellblazer y muchísimas más, más y menos conocidas, pero casi siempre de gran valor.
El pasar de los años, unido al nacimiento y crecimiento de otras editoriales “independientes” hizo que ya no fueran tantos los títulos míticos que editaban, aún así, todavía había espacio para obras de gran calidad como
Y, El último hombre de Brian K. Vaughan,
Transmetropolitan de Warren Ellis o
Scalped de Jason Aaron, entre otras. Pero el
boom de
Image Comics en la década de los 2010, y de todas esas editoriales que ofrecían la libertad de
Vertigo pero con mayores derechos como
Oni Press,
Dark Horse,
Vault Comics… sentenció el destino de un sello que ya había pasado a la historia, y que actualmente, no existe, dejando sus obras al amparo de la última creación editorial de
DC;
DC Black Label.
En sus últimos estertores,
Vertigo siguió publicando nuevas series, pero ahora su visibilidad había quedado reducida al mínimo en un mercado en el que
Saga o
Los Muertos Vivientes llevaban la voz cantante. Quizá, de esta última hornada, la obra más sonada sea
El Sheriff de Babilonia de Tom King, y ni siquiera este cómic logró una repercusión cercana a la que puede tener una obra cualquiera de un autor potente dentro de
Image Comics. Así que con este funesto panorama, era complicado que
American Carnage pudiera ser la excepción.
American Carnage nos traslada hasta el estado de California. Allí, un grupo de supremacistas blancos, ha linchado, asesinado y colgado a un agente del FBI en el jardín de su casa. Este agente, estaba investigando al filántropo
Wynn Morgan, una figura pública con tendencias políticas a la derecha alternativa y una gran controversia hacia su persona. Además, su intención es la de presentarse como senador.
Ante esta situación, la compañera del agente asesinado, la agente especial
Sheila Curry, recurre a
Richard Wright para infiltrarse en el entorno de
Morgan y descubrir quién está detrás del asesinato.
Richard también tiene sus propios fantasmas; anteriormente fue un agente del FBI, pero disparó por error a un joven negro en una detención, al pensar que éste estaba sacando un arma, cuando sólo trataba de alcanzar su móvil. Tras este hecho, tuvo que abandonar el cuerpo e intentar establecerse como detective privado, comenzando a abusar de las drogas en una vida con destino el abandono total. Pero esta nueva misión puede ser su posibilidad de redención, de hacer las cosas bien por una vez, y expiar sus pecados. El único problema es que no está preparado para lo que va a tener que afrontar, especialmente no está preparado para lidiar con la hija de
Wynn Morgan,
Jeniffer Morgan, una mujer rota por dentro pero reconstruida para convertirse una influencia muy peligrosa.
American Carnage es un
thriller noir que me ha sorprendido muy gratamente. Cuesta muy poco engancharse a la trama y verse inmerso en la piel de
Richard en su peligroso intento de infiltrarse en medio de un grupo de extremistas. La política e ideología mueven a los personajes en una escala de grises y negros muy interesantes, en las que
Bryan Hill no se conforma con dar los típicos argumentos y posicionamientos en torno al racismo, sino que se esfuerza por mostrar un espectro más amplio que demuestra que un tema tan complejo no puede ser tratado con levedad. La acción y los diálogos se alternan en una secuencia en la que el desarrollo de la trama por medio de tensas conversaciones acapara el peso de la historia, y pese a ello, el ritmo de lectura es fluido y feroz.
Entre muchas cosas,
Bryan Hill muestra cómo un extremista no sólo es aquel que quema cruces en un patio trasero, sino que hay otras personas que saben que ése no es el camino y hay que emplear métodos más sutiles para poder tomar el poder y manejar el odio que sienten hacia determinados grupos. Y aún así, esta gente no dudará de hacer uso de aquellos que piensan que la violencia es la solución para conseguir el “orden” que tanto buscan. Pero la otra cara de la moneda puede ser igualmente peligrosa, con ciertas personas igualmente racistas y que sólo venden una imagen progresista para alcanzar los cargos que tanto desean.
Y hablaba de tonos de grises y negros, porque aquí no hay ningún personaje de moral intechable, todos son culpables de malas acciones, a veces llevadas a cabo para alcanzar un bien mayor, pero en definitiva haciendo que los “héroes” tengan que hacer cosas despreciables, muchas veces rebajándose al nivel de los verdaderos “villanos”. Los lectores seremos partícipes de este descenso a los infiernos, en una espiral de violencia y peligro de la que no vemos escapatoria y sólo podremos seguir saboreando el regusto a tragedia que acompaña cada paso que da
Richard.
Como conclusión, me gustaría destacar el sólido trabajo tanto en el guión como en el dibujo que me ha parecido
American Carnage, mezclando temas raciales y políticos con el género negro menos elegante y más directo. Puede que los lectores más exigentes vean pequeños fallos en la historia, pero aún así, me atrevo a decir que bajo la firma de otros autores y la publicación en otra editorial, se estaría hablando bastante de esta serie, pero las circunstancias han propiciado que quede en un segundo plano y suponga toda una sorpresa a cualquier lector que se anime a su lectura. Muy recomendable.
Apartado GráficoEl dibujante de la serie es el argentino
Leandro Fernández.
Leandro tiene un estilo absolutamente reconocible y con una gran personalidad. Su trazo es perfecto para transmitir la tensión de las conversaciones y los sentimientos e intereses ocultos detrás de cada mirada. En los momentos de acción también se muestra altamente efectivo y su diseño y diferenciación de personajes es perfecta, con mucha variedad, y unos rostros alejados de lo prototípico (especialmente los que lucen las famosas narices que dibuja
Leandro). La disposición de viñetas empleada es muy clásica, recurriendo en muchas páginas a la típica distribución de nueve viñetas tan asociada a
Watchmen.
El color es obra de
Dean White, que aporta una paleta de colores principalmente planos (excepto ciertas texturas en los momentos adecuados) que recrean a la perfección la atmósfera crispada de la historia, desde los atardeceres en Los Angeles hasta la noche en los callejones iluminada por los faros de un coche.
Las portadas corren a cargo de
Ben Oliver, con conceptos bastante interesantes y un dibujo muy realista y bonito, que choca mucho con el estilo de Leandro en los interiores, pero que sin lugar a dudas es un trabajo excepcional.
EdicionesAmerican Carnage permanece inédita en España, por lo que la única opción para su lectura es recurrir a las ediciones americanas; las grapas originales o el volumen recopilatorio.
El volumen recoge la serie completa en un único tomo encuadernado en rústica (
TPB). Es un recopilatorio bonito, sólido, cómodo y manejable, que aparte de los nueve números, incluye una portada alternativa del primero y tres páginas con bocetos de diseños de personajes a cargo de
Leandro Fernández.