Recuerdo que en los primeros capítulos se atisbaba en él una cierta personalidad de joven alocado que a veces hacia alguna gracieta o tontería (lo típicos de los protagonistas de los shonen vamos) pero el autor se olvidó pronto de ella, para limitarle a ser un action man cuya vida giraba siempre en salvar a Atenea (en serio, una y otra vez, que pereza de tía) luchar contra caballeros, sangrar mucho y ganar al final.
Haciendo balance, creo que es el que menos me gustaba de los cinco protagonistas. Ya se sabe, los secundarios solo tienen que preocuparse por molar, el protagonista tiene que preocuparse de que mole la trama.