Los Vengadores Vol. 3 (6ª Parte)
Los Vengadores Vol. 3 Forum Nº 23 - 30
Tras la magnífica saga de Ultrón, Busiek continúa su etapa basándose en el rico pasado de los Héroes más Poderosos de la Tierra, pero levanta ligeramente el pie del acelerador. Hasta el momento, la serie ha mantenido un ritmo frenético, electrizante. Estaba cantado que esto no podía durar eternamente, pero estamos ante los números más flojos del autor hasta el momento. El cariño por los Vengadores está ahí. Las buenas ideas también, pero la ejecución pierde un poco de fuerza, dejando momentos un poco sosos. El único aspecto en el que no ha decaído es en el desarrollo y tratamiento de los personajes, aunque debo reconocer que el camino elegido por alguno de ellos no me termina de satisfacer. Si bien es cierto que tienen una cierta lógica dentro de la línea argumental, con la marcha de algunos miembros se pierde parte de la magia que destilaba esta etapa. Pero vayamos por partes.
El primer alto en el camino lo tenemos con un episodio centrado en dar un punto de inflexión al triángulo formado por la Bruja Escarlata, Visión y el Hombre Maravilla. Desde la “resurrección” de este último, la tensión se palpada en cada rincón de la mansión y pronto descubriremos que no era tanto por la nueva relación de Wanda con Simon, sino por un sentimiento de vacío que atormenta al sintezoide. La complejidad del personaje a nivel emocional y psicológico es innegable. Busiek ha sabido retratar perfectamente esa característica del exmarido de la Bruja Escarlata y ha querido ir un poco más allá, profundizando en las dudas que le generan tener las pautas cerebrales de Simon. Esa búsqueda de sí mismo le llevará a tomar una decisión que lo aleje de sus compañeros, dando por zanjado de momento la turbulenta relación entre los tres integrantes del grupo. Bajo mi punto de vista, el guionista vuelve a dar en la tecla con uno de los temas clásicos, aportando un nuevo capítulo en la compleja vida de uno de los personajes más interesantes que creó Roy Thomas durante su periodo al frente de la cabecera de los Vengadores. Un punto y final a una trama que se ha venido desarrollando en un segundo plano y que deja las puertas abiertas a quién quiera continuarla más adelante; ya sabemos que siempre habrá alguien que lo haga.
A continuación, o de forma paralela, los Vengadores deben de hacer frente a otro problema que les viene acosando desde que se cruzaran con la Comprensión Trina. La opinión pública se les echa encima por aquello de que entre sus miembros haya tantos mutantes y que no tengan representación de ninguna minoría étnica. Para complicar las cosas, tendrán que intentar salvar al mundo de los Ejemplares, cuyo poder parece ser comparable al de unos dioses. Busiek se hace eco de la saga mutante “El octavo día”, cuya figura central es el Juggernaut. Además, aprovechando la paranoia antimutante, rescata a Mercurio como vengador invitado, para explorar la relación de Wanda y Pietro, dos hermanos separados por Magneto, su presunto padre y gobernante de Genosha. Los aspectos más positivos recaen en el tratamiento de los personajes, cómo suele ser habitual. La tensión que viven los gemelos o la reacción de algunos Vengadores ante el problema que surge de la mala publicidad es lo realmente destacable. También está la manera en la que se enfrentan a los poderosos enemigos como un verdadero equipo. Sin embargo, tras presentarse en la colección una amenaza tras otra de incuestionable peligro, el recurso va perdiendo fuerza. Además, estos enemigos no parecen tener demasiado potencial y no son aprovechados debidamente. Mientras la vida privada de los personajes mantiene el interés, el apartado superheroico decae un poco; hasta límites no deseables. A pesar de todo, se agradece la aparición del siempre jovial Hércules, o los cameos de Nova y Spiderman. Desgraciadamente, la celebración del número 25 de la colección no me deja tan buen sabor de boca como el camino que he recorrido para llegar a él. Incluso diría que el tema de deidades tiene cierta reminiscencia del mismo número 25 de Thor por aquella época, en la etapa de Jurgens.
Después de superar la crisis global de los Ejemplares, retomamos el aspecto administrativo del grupo. La presión mediática continúa. Los Vengadores se encuentran en una tesitura extraña, ya que todo parece apuntar hacia la Comprensión Trina como el enemigo en las sombras. Sin embargo, no tienen pruebas de ello y se sienten indefensos. Esto provocará la marcha del Capitán América, dejando los mejores momentos del personaje en la colección hasta el momento. La figura icónica de Steve Rogers queda perfectamente reflejada: es un hombre acción que hace lo que cree mejor para los demás y el equipo. No obstante, las trabas burocráticas le impiden hacer su trabajo. Iron Man será el relevo más lógico, representando un papel que le encaja como un guante. Todo muy bien narrado y con bastante naturalidad y coherencia.
El tema de incluir miembros de raza negra en el equipo no es más que un pequeño homenaje a otra de las etapas clásicas, cuando se incorporó el Halcón. Por un momento parece que el autor se había olvidado de ese detalle, aunque diría que en algunos diálogos patina un poco al respecto. Por otro lado, aunque no queda claro del todo, el acoso público parece ser la herramienta perfecta para que Triatlón acabe formando parte de los Vengadores, llegando a una especie de tregua con la Comprensión Trina. Tengo que reconocer que en un principio el personaje parecía interesante, pero a medida que sus apariciones van ganando protagonismo, pierde carisma y resulta ser un verdadero coñazo. Hay un trasfondo social interesante, pero no acaba de encajar del todo. Su relación con Iron Man es bastante tensa, debido a unos comentarios desafortunados por la presión del enlace con el gobierno. El aura de conspiración planea por la trama, pero no llega a solidificarse y Triatlón parece ser una mera marioneta en un juego de poder que se le escapa. La subtrama de los trinitarios comienza a alargarse demasiado, provocando que la etapa pierda lustre por el camino. Una lástima, aunque esto no ha acabado aquí…
Cabe destacar un número dibujado por un Immonem algo flojo, en el que tenemos un grupo de Vengadores encubiertos que reunen a Scott Lang, como Hombre Hormiga, Silverclaw, Ms. Marvel, Genis-Vell y un Capitán América falso, que no voy a desvelar quién es. Prácticamente es un avance de los tiempos de cambios que se aproximan para el grupo, los cuales ya se vaticinaban tras la marcha del sintezoide y la Leyenda Viviente. La burocracia gana la partida, dando lugar a uno de esos momentos típicos del grupo en el que se anuncia una nueva era. Busiek recupera a Carol Danvers, que está en pleno proceso de superación del alcoholismo, gracias a la ayuda de Tony Stark. También regresan dos miembros fundadores: Avispa y Goliath (Hank Pym), con el enésimo cambio de personalidad. Finalmente, para añadir un poco de humor y fuerza bruta, se une Hulka, supliendo de alguna forma la marcha del airado Thor. Hay que destacar la mayor presencia femenina, dotando a la mansión de un tono que me ha recordado a Claremont y su Patrulla-X. Busiek no es el Patriarca Mutante en estas lides, ni siquiera creo que llegue a su altura, pero he tenido la sensación que ha querido emularlo un poco. Evitando las comparaciones, hay que reconocer que no lo hace mal, teniendo en cuenta lo que ha hecho con Wanda y como sitúa a Janet en su papel de líder nada más llegar. Además del aporte de Hulka y de cómo ha tratado a Carol tanto aquí como en la colección regular del cabeza de lata. Y es que el desarrollo de personajes es uno de los puntos fuertes de Busiek, aunque peque de pesado y repetitivo. Al menos los que tienen una larga trayectoria, los de nueva creación, deberían aportar algo de frescura, pero no es así. Quizá la excepción sea Justicia y Estrella de Fuego, que tras conseguir adaptarse al grupo se marchan a pasar una temporada lúdica. Esto me ha dejado totalmente descolocado. No sé si es que el autor ya no sabía que hacer con ellos, por lo que me parece una buena opción dejarlos fuera, o simplemente habían cumplido su función dentro del grupo. Sea como sea, en cierta forma dan lugar a que entren Silverclaw y Triathlon que, en mi opinión, aportan mucho menos y desprenden menos carisma que la pareja.
Precisamente, la siguiente saga, con la que finalizamos este bloque, está destinada a Silverclaw, ya que debe de regresar a su hogar tras recibir un mensaje. El grupo la acompaña y se topan con Kulan Gath (otra vez reutilizando ideas de Claremont), que ha convertido Costa Verde, mediante la magia, en un lugar de otra época. El destino de la joven apadrinada de Jarvis, que debe salvar a su madre de las garras del hechicero, se convierte en la primera misión de un grupo que debe estar más unido que nunca, pese a sus problemas personales. La magia vuelve a ser un elemento importante en una historia del grupo, incluso me ha parecido ver una repetición de conceptos con respecto al enfrentamiento con Morgana, dando lugar a una especie de lucha entre la ciencia y lo sobrenatural, aunque sea de forma muy liviana.
Pero cómo ya he dicho una y otra vez, lo importante son los personajes, por lo que en el horizonte tenemos el regreso de otro clásico problema psicológico; una pequeña reminiscencia de la saga de Ultrón. Atentos porque parece que ha regresado: Chaqueta Amarilla.
Continuará…