Leído
Cazadores de sueños, tanto la novela corta con ilustraciones de Amano como la adaptación al cómic de Craig Russell.
Lo primero a mencionar es el
“experimento sociológico” de Gaiman en el epílogo de la novela corta ilustrada. Y digo “experimento sociológico” por no decir tomadura de pelo, ya que bien podría serlo en toda regla.
En este epílogo, Gaiman cuenta con todo tipo de detalles que se ha basado en un cuento antiguo japonés llamado “La zorra, el monje y el mikado del sueño de toda la noche”.
En cambio en el epílogo de la adaptación al cómic de Craig Russell, publicada diez años más tarde, Gaiman se confiesa y pide disculpas a los lectores porque se lo inventó todo. El cuento antiguo japonés de la zorra, el monje y el mikado no existe, salvo en la biblioteca de Lucien.
Puedo imaginarme el cabreo de los fans e incluso los estudiosos de la literatura antigua que se pasaron diez años buscando un libro que no existe.
Por suerte para mí solamente han pasado tres semanas entre que leí el primer epílogo y el segundo, porque reconozco que tenía intención de buscar el cuento original al terminar la lectura del cómic, para poder compararlos.
Al final ha resultado que el “cuento chino” es el epílogo y no la novela en sí. No sé lo que pretendería Gaiman cuando mintió sobre el origen de la historia. Quizás quiso poner a prueba su capacidad de convencer e influenciar o quizás fue por una apuesta no confesada con algún colega de copas. Quién sabe…
Sobre la historia. Coincido con Adamvell que aporta poco a la serie y que podría ser perfectamente un capítulo de relleno. El guión en sí me ha parecido flojo, con muchas cosas sacadas de la manga y un tanto inverosímiles. Por ejemplo se me hace difícil creer que las Benévolas estén en una casa donde todo el mundo sabe que viven allí a modo de “pitonisas” pero solamente es el Onmyoji quien usa sus servicios, o que el monje se encuentre por “casualidad” justo al abandonar el templo al sabio que le da la llave para entrar en el mundo de los sueños. Cierto es que todos estos elementos fantásticos sin fundamento le dan la historia este aire de cuento tradicional japonés.
Sobre el dibujo. Las ilustraciones de Amano, si bien hay que reconocer que están muy bien hechas, no es el estilo de dibujo que a mí me fascine. Lo que sí que me ha gustado es que es de los dibujantes que mejor ha plasmado el aspecto inquietante de Morfeo.
La adaptación al cómic de Craig Russell un 10. Se nota que es lo suyo, y que lleva toda la vida haciéndolo. Es interesante ir avanzando la lectura del cómic con la novela de Gaiman al lado, ya que plasma todos los detalles del original. De esta adaptación me ha gustado sobre todo los momentos que transforma un párrafo del original en una sola viñeta muda sin necesidad de añadir rótulos y manteniendo todo el significado original o incluso ampliándolo.
Me ha llamado la atención la ampliación del concepto de la capa de Morfeo que ha hecho Craig Russell. Mientras que, en la novela, Gaiman solamente menciona que en la capa aparecen llamas y rostros sin entrar en más detalle, Craig Russell dota a la capa de vida propia con rostros agonizantes que buscan una salida del mundo de los sueños. Incluso utiliza la capa para plasmar que los hombres (el monje) y los animales (la zorra) utilizan caminos del sueño distintos.
Y para finalizar algunas anotaciones homemade.
- Cuando Morfeo Zorro le dice a la zorra que la relación entre ella y el monje no puede funcionar porque él es un hombre y ella una zorra, es un guiño a todas las relaciones “infructuosas” que ha tenido Morfeo con mujeres mortales.
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- Mientras el Onmyoji prepara el hechizo para matar al monje, se menciona que hay cinco platos, uno para punto cardinal. Puede ser Gaiman haya inventado un Japón fantástico con una geografía cuatridimensional, puede ser que se refiera al espacio tiempo “N/S/E/O + t” o puede ser que se aplique la teoría de Nicolás Maduro.
- El jardín parlante que cruza el monje a su llegada al mundo de los sueños podría ser el Campo del Violín.
- Al llegar el monje al mundo de los sueños, el cuervo de Sueño le dice que en su vida anterior fue poeta. Podría tratarse de Aristeas de Marmora y esto situaría la historia de Cazadores de Sueños en la misma época que la Roma imperial de César Augusto (The Sandman #30 Distant Mirrors: August)
- Mientras el monje espera a Sueño en la sala del trono, se imagina a Sueño con forma de anciano, de buda o de demonio. Es otra referencia a los distintos aspectos que tiene Sueño en función de quién sea el interlocutor.
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- El consejo final que da Sueño a la zorra es que la venganza puede ser un camino sin final. Que se lo digan si no a Lyta Hall, su deseo de venganza no la llevó precisamente por un camino de rosas.
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- Al final de la historia, Sueño cuenta a su cuervo que cada uno de los protagonistas ha aprendido una lección. Éstas podrían ser:
o La zorra, que la venganza no calma tu dolor.
o El Onmyoji, que acabas recogiendo lo que siembras.
o El monje, que no se puede escapar al propio destino, por lo que lo mejor es aceptarlo.
Edito para orientar bien las imágenes.