He leído
Dragon Ball Super Nº 24-26.
Me había quedado un poco retrasado con la lectura de esta serie, y la verdad es que un solo número sabe bastante a poco com parado con tres seguidos. Entramos de lleno en la siguiente saga que tiene como tema principal un nuevo torneo de artes marciales, esta vez a nivel interdimensional, con la implicación de los 12 Universos existentes. Aquí es donde entra en juego la habilidad de Toyotarô no solo para clonar el estilo de Toriyama, sino para ver que es capaz de hacer en cuanto a diseño y creación de nuevos personajes, ya que estamos ante una presentación masiva de nuevas incorporaciones. De momento, creo que lo hace bastante bien y se mantiene dentro de la estética habitual de la serie original. Algunos parecen más interesantes que otros, pero en líneas generales, creo que se defiende bastante bien. La otra cuestión importante son lo niveles d poder, ya que estamos en estos momentos hablando personajes que dominan los poderes de un dios, por lo que todo tiende a la espectacularidad. No obstante, parece que han encontrado una fórmula para que todo se mantenga dentro de unos márgenes más o menos admisibles. Ya lo vengo diciendo desde el principio, yo no me esperaba gran cosa de esta serie, pero de momento como producto de entretenimiento puro y duro, y como fan irredento de la obra original, me lo estoy pasando francamente ben. Seguramente esta serie no vaya a pasar a los anales de la historia, pero está siendo, bajo mi humilde punto de vista, una continuación bastante digna y a tenor del reflejo que tiene por ejemplo en el
spin-off de Yamcha, diría que no está siendo acogida mal del todo.
El primer capítulo es un poco el preámbulo de la saga, y sirve para ver como continúa el entrenamiento de Vegeta con Beerus,
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Si la anterior saga tenía como trasfondo los viajes temporales y el concepto de multiverso, en esta parece que los autores quieren que nuestros personajes evolucionen un paso más en sus capacidades de lucha. En este caso sería una forma de esquivar de manera automática, como si los músculos del cuerpo actuasen sin necesidad de que el cerebro le diese la orden. Esto generaría una mayor rapidez de movimientos a la hora de esquivar y golpear al contrario. En eso trabaja Vegeta, y parece que Goku también, siendo uno de los puntos fuertes que intenta transmitir Whis en los entrenamientos. No obstante, Vegeta debe dejar el entrenamiento para volver con Bulma que
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Goku, sin embargo, regresa para continuar su entrenamiento.
No obstante, Goku admite que necesita algún tipo de reto para superar sus nuevas metas, por lo que decide ir a visitar a Zen'O, un dios al que todos temen menos Goku, según parece. Curiosamente, su visita es de lo más oportuna, ya que el dios supremo y su clon parecen ser de la opinión que
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No obstante, Goku le recuerda lo del torneo entre universos, lo que apacigua un poco la catástrofe inmediata. Para trasladar la noticia del evento, se hacen llamar a los doce Dioses de la Destrucción, que vendrán acompañados de sus respectivos ángeles guía y sus kaiôshin. Como decía antes, hay una gran variedad de personajes nuevos que se presentan aquí, los cuales parten del diseño las versiones que ya conocemos, además de Champa, del inicio de la serie, por supuesto. No tengo claro si tienen pensado ampliar más el organigrama celestial de la serie, pero me da la sensación que comienzan a tocar techo en ese aspecto.
Como esto del torneo parece un poco abstracto para el con de Zen'O, se solicita que hagan una demostración. De ese modo, los Dioses de la Destrucción deberán luchar en un clásico todos contra todos. Aunque aquí tenemos la variante de que Beerus tiene cuentas pendientes con prácticamente todos sus homólogos, por lo que en un inicio tenemos un todos contra Beerus. Después se iniciarán las traiciones y todo eso, dando como resultad una pelea de lo más entretenida, en la que se van perfilando los nuevos personajes. Hay técnicas muy chulas, pero sobre todo hay un nivel de poder tan importante que la pelea cuesta seguirla por los Zen'O,
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Esto nos devuelve un poco a lo que comentaba al principio. Aunque los autores ponen como excusa el aburrimiento de Zen'O, lo que realmente se pone de manifiesto es que al final con ciertos niveles de poder todo resulta un poco caótico. Por lo tanto, para ver si realmente el torneo puede ser algo divertido, será Goku el que tenga que hacer una demostración, luchando con Toppo, un aspirante a Dios de la Destrucción del úndecimo Universo, que venía con la intención de observar.
Desde luego, su presencia no podía ser más previsible. Se veía venir a kilómetros, pero bueno, aceptamos las casualidades de la vida. De ese modo, asistimos a la pelea entre ambos, cuyo resultado es bastante sorprendente, ya que
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Si hay algo que me gusta de esta continuación es que no siempre son tan previsibles como uno se espera. Sinceramente, no me esperaba esto para nada. Y no es la primera vez que la serie me sorprende en un giro así, com ya lo hizo en le anterior torneo, por ejemplo. Pero independientemente del resultado, cabe destacar que Toppo no es precisamente uno de los mejores diseños de las nuevas incorporaciones. Me ha parecido un poco vasto y rudimentario. A parte de eso, se vuelve a incidir en la capacidad de estos luchadores para esconder su aura, ocultando su verdadero nivel de poder. Como mero espectáculo que es la demostración, Goku se ve obligado a emplear rápidamente sus diferentes transformaciones para satisfacer a Zen'O, pero no es hasta el Sayano Blue cuando realmente parece estar un poco a su nivel, y ni siquiera se acerca. Pero lo curioso de todo es que Toppo admite que hay alguien más poderoso que él en su Universo. Y aquí tiene Goku su tan deseada meta para entrenarse. Al final, se cierra el círculo y parece que tenemos encarrilada una nueva saga en la serie.
Mi conclusión es que esta serie está concebida para molar, básicamente. Y eso es algo que, en mi opinión, está consiguiendo con creces. Hay grandes dosis de entretenimiento, los personajes son perfectamente reconocibles y siguen su evolución natural. No sé hasta donde se pretende llegar, o si esto es un proyecto infinito, pero de momento cumple unos mínimos para que lo podamos disfrutar los aficionados de la serie. Aunque sí que creo que debería tener una fecha de caducidad más o menos prefijada, o al final seguramente acabe degenerando hasta límites insospechados. Supongo que el futuro dirá...