Día 199: Classic X-Men vol. 1 #1, 2ª historia. Septiembre de 1986
Banda sonora: no hemos empezado casi y ya asoma la patita la atracción entre Logan y Jean. Escuchemos la versión de "Always on My Mind" de Brenda Lee -otrora conertida en éxito por Elvis Presley-, que Pet Shop Boys popularizó en plenos años 80:
https://www.youtube.com/watch?v=wDe60CbIagg
Créditos: Chris Claremont (guion); John Bolton (dibujo, entintado); Tom Orzechowski (rotulación); Glynis Oliver (color).
Portada de John Romita y Arthur Adams.
En los años 80, los mutantes se habían hecho con el trono del cómic americano, gracias a Chris Claremont, ya convertido en demiurgo mutante. Para celebrar la primera singladura de la Segunda Génesis, en Marvel decidieron que sería buena idea reimprimir desde el GSXM en adelante. Así que se sacó al mercado la colección de Classic X-Men. Pero, esta vez, no se harían simples reimpresiones, no señor. Se decidió que se meterían "escenas extendidas" de aquellos cómics. Más que escenas extendidas, que también, podríamos decir, escenas entre bambalinas.
En su mayor parte, estas escenas añadían momentos de pausa y profundización en las caracterizaciones, reflejando momentos íntimos de los personajes. En esta suerte de "director's cut" retrospectivo, Claremont contó con Joh Bolton, un dibujante poco habitual en los superhéroes. El resultado son unos cómics de rechupete
.
No soy el único al que le atraen los mutantes más por las historias cotidianas de los personajes, o por cómo te podías ver reflejadas en ellas siendo un poco bicho raro (o sintiéndote así, que al final es lo mismo), que por la epopeya. Tampoco ocultaré que, en otros casos, lo que me atraía de los mutantes era el salseo puro y duro
Poca novedad aquí. Esto lo sabe cualquier aficionado a la parroquia mutante. Pues estas pequeñas historias tienen mucho de todo eso. Y me parecen unos cómics deliciosos.
Yendo al CXM #1 en cuestión, Claremont apuesta por añadir cuatro páginas antes de la Segunda Génesis, y algunas más tras la primera de las aventuras en, y contra, Krakoa. Muchas imágenes son recreaciones por Bolton del GSXM#1, pero en otros casos, se añaden detalles nuevos. Por ejemplo, cuando Scott recupera repentinamente el poder de sus rayos ópticos, vemos al Profesor logrando vendarle los ojos a Scott. Y luego, meditar sobre el hecho de que, cuando reclute a sus nuevos mutantes, nada volverá a ser lo mismo.
Estas escenas nos presentan a un Charles Xavier que funciona como una figura paternal para Scott. El mayor de los Summers se encuentra desolado sin sus compañeros. Ha sido un huérfano toda su vida. Por primera vez ha disfrutado de lo más parecido a una familia (y a una novia). ¿Qué será de él si pierde lo único que tiene? Y estos nuevos mutantes que Charles planea traer... ¿qué pasará con ellos? ¿van a desplazarle acaso? Es curioso que afloren estos temores, cuando justo antes estaba deseando perder sus poderes. Porque al final es el tener poderes mutantes lo que le permite seguir conectado con su familia de acogida. Xavier tiene algunas palabras de consuelo para Scott, diciéndole que a él le gustaría andar y tampoco puede. La vida es así de jodida.
Lo curioso aquí es que Xavier confiesa que ya había barruntado desde hace tiempo traer a una segunda hornada de mutantes a la Mansión. Así que esto no es nada nuevo. Y no dejaremos de señalar lo reprochable que parece este diálogo si tenemos en cuenta lo que hizo Burbaker luego
. Pero no queremos retrospoilers. Dejemos a Scott recuperándose en la Sala de Peligro. Pasando por las páginas añadidas, presenciamos, condensada en unas viñetas, la batalla contra Krakoa, y nada llama mucho mi atención aquí, salvo la caracterización de Krakoa como ente "malévolo".
Lo bueno viene luego, cuando los nuevos y los viejos mutantes han vuelto a la Mansión. Nadie duerme esta noche aquí ¿Qué estarán haciendo? Le preguntaremos a Xavier, que es bastante entrometido. Aquí, por ejemplo, averigua que Lorna y Alex quieren abandonar la Patrulla-X.
Ante la tórrida secuencia del morreo, al menos tiene la decencia de cambiar el objetivo de su escaneo mental, dirigiéndolo nuevamente a su pupilo predilecto, Scott Summers. Este se encuentra rellenando el informe de la misisón krakoana, y se niega a desconectar un rato.
Es ese Scott hierático, evitativo, traumatizado, -"con la autoestima por la tarima", que diría Krahe
- y que ya conocemos de sobra, retratado a la perfección por un Claremont que ya ha tenido tiempo de explorar su personalidad en estos años, a partir de una semblanza cuyos orígenes fundamentales ya estaban en los primeros tebeos mutantes de Stan Lee y Jack Kirby.
Y es que vamos.... ¿a quién se le ocurriría ponerse a redactar un informe nada más llegar? Solo a Scott Summers. Jean sabe que él la quiere, pero concluye que se lo tendrá que currrar mucho más. Jean se va a dar una vuelta por los bosques de la Mansión, donde encontrará a Logan.
Seguimos disfrutando de estas páginas extra, viendo otra escena bastante acogedora, con Banshee tocando el piano en una salita de la Mansión, mientras Peter Rasputin practica su dibujo, una faceta artística que, en los cómics regulares, iría despertando poco a poco. A la fiesta no tardará en unirse Rondador Nocturno. Más tarde, asoma la nariz por allí otro acomplejado cum laude, Bobby Drake. Este agua la fiesta, al ponerse muy borde con los recién llegados Sean, Piotr y Kurt. Les reprocha que les "quieren quitar el puesto" a los originales. En definitiva, que no "tienen derecho" a estar allí. ¡Ah, el viejo temor a ser reemplazado! La verdad es que se comprende la reacción de Bobby. Lo que no quita que se porte como un verdadero gilipollas. Se va por donde vino, dando un portazo.
Todo ello después de que Bobby se niegue a estrechar la mano de Kurt. Piotr se siente rechazado y planea abandonar la Patrulla. Pero Kurt, magistralmente, como siempre, viene a decirle que no se puede estar huyendo siempre de quien te odia y teme. Lo sabe por experiencia, porque él no puede cambiar de aspecto, como Coloso. Y luego nos preguntamos por qué Rondador está en las semifinales del torneo
Mientras, Bobby Drake seguirá quemando puentes con otros recién llegados. Entre otros, con Ave de Trueno, al que veremos aquí en una pose más amigable y calmada. Probablemente al haber bajado la guardia un poco, al ser aceptado como miembro del equipo. Solo quería que Bobby le enseñara un poco el lugar, un poco como excusa para socializar, y este acaba atacándole. Bobby, en su línea, un verdadero niño chico. Habla en favor de John Proudstar cómo afronta civilizadamente el suceso, probablemente porque sabe algo de pataletas.
Y llegamos a otro de los puntos altos del número, con el encuentro en los terrenos de la Mansión entre Logan y Jean. Mucho, pero que mucho morbo aquí. Porque Logan detecta desde el primer momento que Jean se siente atraída por él. Sí, su noviete es Scott, pero Logan es otra cosa. Es más animal, más "magnético".
Lobezno, en su faceta más Varón Dandy, intenta llevarse al huerto -o al bosque- a Jean, quien no puede evitar que se le acelere el corazón ante lo seductor que le resulta este contradictorio macarra: enano, con pelos en la espalda, hortera, con un puro apestoso en la boca y un par de latas de cerveza. Contra el hombre blandengue. Y a Jean le va la marcha. Hay que decir que, oficialmente, todavía no podemos saber nada de los años que tiene Lobezno. Pero es algo sobradamente conocido que es más viejo que Matusalén, metiendo cuello a una joven estudiante de universidad. Con esto tenemos el típico tropo de la relación entre joven gacela y una momia con aspecto joven. En el fondo, parecido o muy parecido al amor entre jovencita y vampiro con 200 palos. Aunque, repito, todo esto no lo sabemos aún. Pero os contamos el secreto.
Mientras tanto, up in the sky, está teniendo lugar otra escena de ligoteo: dos personajes voladores, Ángel y Tormenta, surcan el cielo como dos pajarillos, en una danza aérea sincronizada. Qué bonico. En realidad, Ángel es más bien buitre en este caso
Pero ¿qué pasa con Candy?
Vaya sinvergüenza está hecho el amigo. Y encima machito, también. En cuanto ve a Logan hacer con Jean justo lo que él está haciendo con Tormenta (de hecho, le estaba proponiendo un besito y todo) se lanza en picado para defender a Jean, cuál caballero blanco alado. Uuuhhh, temita
.
Vaya gilipollas Warren. Entre Bobby y él, nos están dando ganas de que hagan ya las maletas
Usando sus poderes, las chicas intentan separar a la testosterona, pero la cosa llega al punto de que Logan, descontrolado, saca sus garras e intenta rajar a Warren, que se queda de piedra. ¿Cómo ha podido Xavier alistar a un tipo así para el equipo?
Y la página que viene es una joyaza. Pasado el momento berserker, Logan se viene abajo. Su coraza de macho-man da paso a la autocompasión. Jean acaba de ver la peor cara de él. Ha matado gente y ahora ha estado a punto de hacerlo. ¿Cómo podría siquiera aspirar a su corazón, a no ser que hablemos de trinchar aurículas y ventrículas? Jean le toma de la mano y le dice que no le tiene miedo, y que va a ayudarle. Soberbia.
Cuando lo fácil es considerarle un monstruo -algo en lo que el mismo Logan aprece querer refugiarse- Jean viene a decir, de forma muy madura, algo así como "seguro que tu historia no es tan impresionante, y yo creo en que puedes enmendarte".
De nada vale que Warren esté rezongando por detrás. Porque tiene a Tormenta, a su vez, reprochándole que él empezó todo. El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. La escenita de la lluvia, Logan como perrillo apaleado y mojado... ¿quién puede pedir más, parfavar?
Pero Jean ha tomado una resolución: ni Scott ni Logan. Quiere solo una vida normal. La Mansión-X se ha vuelto como una prisión para ella. Quiere dejar de oler a rancio y que ventile con los placeres de una vida ordinaria. Salir a la luz. Xavier la comprende. Y con esta tierna escena de despedida, se nos rompe el curaçao y nos vamos nosotros también a hacer puñetas. Estos cómics son un verdadero lujazo y si no los leíste en su momento, ahora estás a tiempo de deshacer tamaña herejía. Qué grandísimo es Claremont
.
Y en fin... ¿qué puedo decir,a modo de conclusión? Pues que esta es mi mierda, damas y caballeros. El 95% de la esencia de la Patrulla-X y de por qué me gusta tanto, está concentrada y exprimida en este puñado de páginas magistrales. Por otra parte, se añade una profundidad y riqueza elevadas para contextualizar el siguiente número de la colección regular. Allí veremos -y creo que eso a estas alturas no es ni spoiler- que la Patrulla-X original abandona la mansión, con la excepción de Cíclope. Pero aquí exploramos con todo lujo de detalles de dónde viene eso. Una absoluta radiografía.
Mañana por cierto seguiremos con más historias añadidas. Está bien, porque se leen pronto y así da tiempo a los más retrasados a ir poniéndose al día. Recordad que se puede y se debe comentar cualquier cómic anterior, incluido, y muy especialmente, el Giant Size X-Men