Es un poco introspectivo quizás, pero es un buen guionista, intenta dejar un trasfondo en sus guiones y cierta reflexión. Nada especialmente complicado ni rebuscado, pero interesante.
Bueno, eso está bien, de hecho puede que sea de lo mejor que tiene, o lo es cuando lo hace bien, pero su tratamiento de la intriga y de la acción me parece deficiente.
La idea de una buena historia de Moench incluye siempre los siguientes elementos:
- Objeto de valor robado que nunca es lo que parece.
- Trama que lleva al héroe fuera de la ciudad. Aquí, si Moench se siente jugón, lo lleva a algún país lejano, exótico y tercermundista. Por ejemplo, Europa.
- Villano urbano experto en alguna habilidad: artes marciales, puntería.
- Si algún servicio secreto está implicado, mejor. Si son dos, mejor que mejor.
Se combinan los elementos anteriores y... Moench tiene carrete para 200 historias de Batman, Caballero Luna, Shang Chi...
En Caballero Luna tiene a Sienkiewicz, es imposible abstraerse de eso, pero incluso así, para mí solo hay media docena de números realmente buenísimos. El resto, se aguanta el tinglado por el dibujo. Ya puede ser tonto el guion, que Bill lo salva. Pero es eso, lo salva y a lo mejor sube el cómic a un 7. Cuando si el guion fuera bueno, hablaríamos de un 9,5 o 10, que es lo que ocurre con esa media docenita.
En su Batman 80's tiene básicamente a artistas de cuarta fila (llega a ser complicado distinguir un número de otro por las historias) y en Detective a un Gene Colan que había dado lo mejor con Conway, aunque sigue siendo Colan, claro. Y lo que interesa de todo esto es... Colan, de forma nada sorprendente.
En su Batman 90's, queda un poco en segundo plano por, otra vez, el dibujante, Kelley Jones, al que se adapta para brindarle historias que encajen con su estilo. Y aunque en la serie regular cumple (sin volvernos locos, pero es correcto y aceptable), los proyectos paralelos ya son otro cantar. Lo de Gotham a Medianoche es regulero a morir y su trilogía vampírica es directamente horrorosa. ¿Presa era suyo? Está bien, sin más, muy sobrevalorado. Ahí Gulacy ya no era tan excitante.
En Shang-Chi 70's con Gulacy, el guion, siendo más o menos lo de siempre, cuadra mejor, ahí me gusta más, reconozco. Quitando los mejores números de Caballero Luna, es lo que más me gusta de lo que le he leído. De todas formas, tampoco creo que sea de lo mejor de Marvel como suelo leer por aquí. Yo creo que prefiero fácil unas 25 etapas Marvel a esta etapa. Etapa que me gusta, eh.
El problema es que ambos son muy densos y no consiguen calar en un público generalista. De ahí, precisamente, que sus obras sean minoritarias o de culto. Y también pienso que han sido injustamente valorados por ello. Independientemente estaría que te pueda gustar más o menos su estilo, claro, incluso las temáticas que aborden o los personajes que desarrollan.
Con todo respeto, a mí esto me recuerda a cuando un grupo de música, que hace un estilo accesible, comercial, y tal y cual, no se come una rosca y se dice que es que no llegan al público por tal y por cual... en lugar de pensar que, oye, a lo mejor es que no venden mucho, entre otras cosas, porqué son malísimos (que no es el caso de Moench, aclaro). Lo que quiero decir es que no veo a Moench ni complicado, ni arriesgado, ni complejo, ni especialmente autoral. Lo veo pesado y repetitivo.
La etapa de O'Neill en Green Lantern, además de añadirle a Green Arrow, supuso todo un soplo de aire fresco a la colección de Hal Jordan, trasladando a sus aventuras el rollo road movie y tratando temas como el de las drogas, quizá el más recordado. Para mí una etapa muy chula y recomendable.
Aparte del tema de las drogas, el resto de temas sociales, el rollo road trip y la relación entre ambos héroes están muy conseguidos. Si a esto le añadimos a un O'Neil que sabe plantear y no aburrir al personal (apenas hay cajetillas de texto y las que hay tienen sentido no reiterativo) y un Neal Adams que es Dios... pues etapón al canto. A mí me sorprende que esto sea de principios de los 70's en DC, en comparación a otras lecturas mías de la editorial de esa época, porqué se siente modernísimo, fresco, dinámico y universal. Vamos, que no es solo un etapón para ser de la gris DC de esos años, es que le pasa la mano por la cara a un montón de cómics Marvel de esa época.
Lo que es acojonante es que los números de las drogas sean casi ¡paralelos! a la Trilogía de las Drogas de Spider-Man (incluso llegaron a coincidir algún mes). O sea, respect para Stan Lee y el resto del Bullpen por tratar el tema de la drogaína en Spidey (en el resto de elementos de esos números arácnidos no entro ni comparo, pero son excelentes, un diez sin fisuras), pero vamos... son una broma al lado de esto. Frente a unas pastillas de colores (magnífica viñeta de Gil Kane) que se supone que son ¿LSD?... tenemos a gente con un extremo del cinturón atado en el antebrazo y el otro entre dientes, inyectándose en plano, sin ambigüedades ni sombras, heroína en vena, rodeados de cucharas ardiendo y jeringuillas por todas partes. Bufff... Stan Lee pegó primero, pero no más fuerte, desde luego.