He leído Wonder Woman: La verdadera amazona.
Se trata de una novela gráfica, o cómic especial, realizado íntegramente por la artista Jill Thompson. El tomo está bastante bien en líneas generales. A mí, por lo menos, me ha gustado mucho, destacando especialmente el arte pictórico de la dibujante, que tiene un acabado muy bueno. Thompson demuestra una vez más su buen hacer, el cual le ha granjeado varios Eisner en su carrera, y no me extraña en absoluto. Como decía, he disfrutado mucho con la lectura de este tomo, que además me parece una obra muy recomendable para conocer un poco al personaje, aunque sea una versión ligeramente diferente. De todas formas, neófitos o aficionados, el cómic se puede disfrutar por todos igualmente.
La historia gira en torno a los orígenes de Wonder Woman, pero con algunos añadidos interesantes, ya que la artistas ahonda más en el aspecto humano de la protagonista, que emplea para darnos una pequeña lección moral de de ciertos valores. En realidad, podríamos decir que estamos ante una obra que utiliza de forma muy acertada herramientas similares a los cuentos populares, incluyendo también la esencia natural de la mitología griega y los superhéroes. Es una mezcolanza que encaja muy bien en las manos de Jill Thompson, la cual consigue narrar el origen de Wonder Woman a partir de muchos aspectos similares al relanzamiento de la amazona por parte de George Pérez. No solo en la niña nacida del barro, sino también del importante componente mitológico que la relaciona directamente con los dioses, que también tendrán su papel en la historia. A partir de ahí. Thompson se distancia ligeramente, añadiendo unos nuevos orígenes a Themyscira, así como distintas razones al conflicto bélico con Heracles. Además, pese a estar ante un heroína de corte feminista, la autora deja de lado el odio a los hombres o aspectos que siempre han estado ligado a las amazonas, par centrarse en Diana, una niña extraordinaria con grandes poderes que se convierte en la hija mimada de toda una isla. De ese modo, la semidiosa perfecta pasa por un importante filtro humano, convirtiéndose ne una niña malcriada que solo pretende atraer la atención de la única hermana que no es capaz de consentir su comportamiento egoista y egocentrista. Así llegaremos a los famosos juegos que convertirán a Diana en una superheroína, pero no de la forma tradicional, sino más bien por el camino amargo de la vida, donde los errores y las actuaciones arrogantes se pagan, con la vida incluso, aprendiendo que para ser respetada y adorada debe primer cambiar y convertirse en una persona radicalmente diferente. Una promesa sellada con el exilio.
Sinceramente, dudo mucho que esta historia entre ne continuidad, ni tampoco creo que lo necesite, ya que tiene suficiente valor por sí misma. No he visto el sello de Otros Mundos, pero supongo que entraría dentro de esa línea. Sea como sea, me parece un gran trabajo de Jill Thompson, con algunos aspectos muy destacables. Uno de ellos es la humanidad con la que reviste al personaje, en contraposición con los aspectos mitológicos de los que bebe directamente. Prácticamente podemos hablar de dioses y hombres en una importante aventura donde predomina la transmisión de ciertos valores. Por otra parte, cabe destacar el feminismo imperante, pero como un arma arrojadiza contra el hombre, sino más bien como una forma sana de apostar por las cualidades de las féminas, sin tener que competir con el otro sexo. No hay odio a los hombres, ni restricciones obsoletas, ni ningún elemento en ese sentido. Bajo mi punto de vista, hay aquí un mayor mensaje de igualdad que el de aquellos escritores que apuestan por los otros recursos narrativos. Además, no se pierde de vista la sensibilidad de una mujer y algunas escenas están cargadas de emotividad. Quizá a los ojos de los lectores de DC habituales esta no sea la verdadera amazona, pero sin duda Jill Thompson ha conseguido presentarnos una versión que desearíamos que lo fuera.