Los Cuatro Fantásticos: Omnigold tomo 3: ¡La Edad Dorada! (1965-1967) De todos los tomos recopilatorios cronológicos que está editando Panini, si hay uno que muestre un fragmento del Universo Marvel más amplio y trascendente quizás sea el tercer Omnigold de los 4 Fantásticos.
Y lo sería especialmente por la cantidad de acontecimientos y presentaciones que ramificarán más allá de esta colección. Como si los autores hicieran uso de su más exitosa serie como banco de pruebas para nuevos héroes.
Si en Amazing Spider-Man el grueso de personajes secundarios y villanos se creó en los primeros años, en Fantastic four el vendaval creativo respecto a nuevos personajes se alargó unos años más durante la segunda mitad de los 60.
Así, en este tomo se nos presenta a los Inhumanos, Galactus, Estela Plateada, la Pantera Negra y Wakanda y la Zona Negativa. Casi nada.
Pero antes, el tomo empieza con la inclusión del Annual 3, donde se celebra la boda entre Reed y Sue. Un número con clara intención de que resultara muy especial para los lectores, no en vano aparecen gran parte de los héroes y villanos del Universo Marvel hasta ese momento. Un tebeo simpático, que tiene la gracia de ver aparecer a tanto personaje junto, pero que no pasa de correcto.
De los Inhumanos a Galactus.Es el momento de la primera gran saga de la colección, la llegada de los Inhumanos. En el segundo tomo ya nos dieron pistas de que el personaje llamado Medusa era más que una simple villana. La explicación está en que estaban preparando el terreno para presentarnos a un nuevo grupo de personajes, los Inhumanos.
Una antigua especie con superpoderes que forma parte de los buenos, como bien descubrimos según se desarrolla la historia, y que además vienen provistos de su propio villano particular, Máximus. Desde luego un grupo con claro potencial para emanciparse de la colección del cuarteto y vivir sus propias aventuras.
De hecho, algo parecido ya ocurre en este mismo arco argumental. Los Inhumanos se llevan el protagonismo hasta el punto de que, en buena parte, Reed y los suyos parecen los personajes secundarios.
La aventura es épica, espectacular, sobretodo gracias al arte de Jack Kirby, ya contando con la ayuda de su mejor entintador, Joe Sinnott.
Los diálogos de Stan Lee siguen la línea ascendente de las historias anteriores a ésta, todavía provistos de cierto tono inocente. De hecho, la historia en sí no es especialmente profunda, pero el despliegue imaginativo es de órdago.
La aventura tiene alguna laguna. En especial, creo que no queda claro por qué al inicio Gorgón quiere dar caza a Medusa. Se entiende que la razón está en qué los Inhumanos tienen prohibido desplazarse al mundo de los humanos, pero hay un cambio de tercio sin más explicación, cuando dicha persecución apuntaba a premisa de la historia.
Sin tiempo a recuperarnos, la segunda gran saga entra en nuestras vidas. La llegada de Galactus.
Para mí, sin duda mejor que la presentación de los Inhumanos. Creo que estamos ante un arco colosal, tanto a nivel de guión como de dibujo. Kirby y Sinnott creo que alcanzan ya su máximo grado de perfección, mientras que los diálogos de Stan Lee dan el salto definitivo hacia su madurez, ya equiparables a los de Amazing Spiderman, aunque de un estilo diferente. En el caso que nos ocupa, un diálogo más centrado en lo fantástico y no tanto en lo terrenal.
La historia va de humanidad, de compasión, de comprensión. Galactus no es realmente un ser despiadado, sino que actúa por necesidad propia e incluso es capaz de recapacitar.
Pero el personaje al que se dota de una mayor complejidad es a su heraldo, Estela Plateada. Un ser venido del espacio, frío y consagrado a sus objetivos, que de repente descubre su lado sentimental, su humanidad. Curiosamente es el surfista, junto al Vigilante, los que realmente convencen a Galactus para que renuncie a devorar el planeta, viéndose el cuarteto protagonista impotente para hacer frente al todopoderoso ser.
Otro movimiento curioso de Stan Lee consiste en llevar a Johnny Storm a la Universidad con todo lo que conlleva. Más que nada porque ese terreno parece reservado para la colección del lanzarredes.
El hecho es que la Antorcha amplia su núcleo de conocidos y amistades, de los que de momento se queda Wyatt Wingfoot, un descendiente indio muy corpulento.
De Wakanda a Latveria.Tras un número unitario será el turno de otra de las grandes creaciones de este tomo, el reino de Wakanda. El citado número podemos considerarlo menor al lado de tan grandes sagas pero se trata de un gran tebeo, emotivo, de los que te quedan grabados, en que un chiflado suplanta a La Cosa y acaba muriendo como un héroe.
Pantera Negra y su país ficticio en el corazón de África, Wakanda, también se traen su propio villano, Klaw. Y de nuevo nos encontramos con que el protagonismo y la batalla central recaen en el nuevo superhéroe y su antagonista.
Estamos ante otro arco maravilloso. Tanto la historia de origen como la batalla final son un prodigio de pura aventura, con un un Kirby espectacular.
El lado aventurero de la colección no puede más que intensificarse en el siguiente arco, en el que la Antorcha, acompañado de su amigo Wyatt Wingfoot, inicia un fascinante viaje hacia la cúpula donde viven los Inhumanos, en busca de su amada Crystal.
El despliegue imaginativo, en una combinación de personajes legendarios, ciencia ficción y monstruos, es apabullante.
Entramos en una serie de números en que los autores nos dan una lección de cómo se deben narrar tres líneas argumentales en tres escenarios diferentes de forma simultánea.
Por un lado, tenemos a Johnny y Wingfoot en su alucinante viaje, por otro a los Inhumanos tratando de romper la barrera que les impide salir de su refugio, y finalmente al trío fantástico restante haciendo frente a Estela Plateada primero y a Klaw posteriormente.
La lucha contra Estela es en realidad asunto de una celosa Cosa en modo matón de barrio, mientras que la batalla contra Klaw es otro portento visual y narrativo.
El anual 4, que viene a continuación, es otro buen número, que tiene su importancia por significar el regreso de la Antorcha original, la de los 40, de la mano del Pensador Loco, pero lejos de lo que viene a continuación.
Cuando parecía que Lee y Kirby se habían olvidado de todos los villanos y demás personajes creados para Fantastic Four durante los primeros años, vuelve a llegar el momento para el archienemigo del cuarteto.
Y su vuelta no puede ser más triunfal. Ni más ni menos que una de las sagas más míticas de la Marvel de los 60, la del Dr. Muerte cósmico, en que el supervillano se las arregla para robarle sus poderes a Estela Plateada.
Desde la impecable narrativa, la perfección de los trazos, la espectacularidad de viñetas a página completa… hasta la historia en sí, apasionante como pocas. La imagen del Doctor Muerte volando en la tabla de Estela Plateada es de esas que quedan grabadas en la retina.
Al mismo tiempo y en otro lugar, ocurre otro lance importante. En las particulares andanzas de los Inhumanos al fin descubrimos el porqué de la mudez de Rayo Negro. Sin duda otro de los momentos culminantes de esta etapa, cuando el monarca hace uso de sus cuerdas vocales para provocar un cataclismo y al fin destruir la barrera que los mantenía encerrados.
Los números finales no se quedan muy atrás del resto del tomo. Se trata del arco donde aparece por primera vez la Zona Negativa, una especie de universo paralelo escalofriante, y de uno de sus habitantes, Blastaar.
Otro prodigio narrativo que se desarrolla primero en la Zona Negativa y luego en la tierra. El cuarteto protagonista cuenta con la ayuda de los Inhumanos Tritón y Crystal, mientras que Blastaar se une al Hombre de Arena, que estrena traje.
En resumidas cuentas, quizás la primera saga de los Inhumanos esté un peldaño por debajo del resto, pero eso no impide que en conjunto estemos ante, probablemente, la obra cumbre del tándem Lee-Kirby. Un tomo que en sí mismo es una obra maestra, y que recoge una de las etapas más influyentes de Marvel de siempre.