Spiderman: Omnigold tomo 1: Poder y Responsabilidad (1962-1964) Pocas presentaciones hacen falta.
Spiderman nació en el número 15 de Amazing Fantasy y al cabo de unos meses obtuvo su colección propia.
No vale la pena enumerar mil detalles conocidos por media humanidad. La idea, como siempre, es escribir sobre mis impresiones, así que allá voy.
El número de origen, de sobras conocido, es, desde mi punto de vista, uno de los mejores orígenes de la historia de Marvel.
El uniforme, diseñado por Steve Ditko, uno de los más atractivos y aclamados de la historia de Marvel.
Y el personaje en sí, uno de los mejores de la historia de Marvel, sin duda el más exitoso y emblemático de la casa de las ideas.
Son tebeos bastante inocentes, sí, pero en el particular caso de Spiderman más maduros de lo que parece, al menos teniendo en cuenta la época.
Los guiones, aún sencillos, están perfectamente pautados. La proporción entre acción y vivencias personales no puede ser más apropiada, y los diálogos se notan más trabajados que en el resto de colecciones de la época. El resultado son unos tebeos de lectura fácilmente entretenida y nada repetitivos. Creo que Stan Lee se encontraba muy a gusto con el arácnido y su mundo, y le dedicó mayor esfuerzo a su colección.
Todo está muy bien construido, desde la personalidad de todos los secundarios, muy bien definida, hasta las aventuras de nuestro protagonista, entre el heroísmo con el que el lector se siente cautivado y la cotidianidad con la que se identifica.
Los problemas del día a día de Peter Parker son de cualquier naturaleza: problemas financieros, problemas de aceptación por parte de sus compañeros de clase, problemas con las chicas, problemas con los estudios, la salud delicada de Tía May… Fácilmente trasladables a la realidad de cualquier lector.
Y por el lado de Spiderman tenemos los problemas de mala prensa instigados por Jameson, los problemas para mantener su identidad en secreto y, obviamente, el peligro para su integridad que suponen los supervillanos.
Porque otro de los puntos fuertes es, desde luego, una galería de villanos sobresaliente pensados e imaginados por Lee y diseñados con maestría por Ditko. El dibujante también se nos muestra como un estupendo narrador de historias y unos diseños anatómicos que son todo movimiento y agilidad.
Uno de los aspectos más destacables de su dibujo son las facciones de los personajes. Casi todos son perfectamente reconocibles sin necesidad de fijarse en el peinado o la ropa, cosa que no se cumplía en muchos otros historietistas de la época. Creo que Ditko tenía también un buen punto de caricaturista.
Uno tras otro van pasando villanos que pasarían a ser clásicos imperecederos. Por orden de aparición: Buitre, Doctor Octopus, Hombre de Arena, Lagarto, Electro, Mysterio, Duende Verde y Kraven. Casi nada.
Los orígenes de algunos de estos supervillanos, caso del Doctor Octopus, el Lagarto o el Hombre de Arena, evidencian ideas tan irrebatibles como brillantes.
Ya en estos primeros números, Stan Lee va vertiendo un entramado de ideas que va desarrollando durante varios números, produciendo un efecto de continuidad seguramente como ninguna otra colección de Marvel de la época.
El contraste con otras colecciones de la época se puede vislumbrar en éste mismo tomo. Se incluye el Strange Tales Annual 2, protagonizado por la Antorcha y Spiderman, y parece un manchurrón en una camisa. Nada que ver con los guiones con sentido y rumbo de Amazing Spiderman.
El que sí que está a la altura de los números mensuales desde luego es el primer anual de Amazing Spiderman, que també se incluye. Un cómic espectacular donde Ditko hace uno de sus mejores trabajos, en especial en las seis viñetas a toda página, una por miembro de los Seis Siniestros. No puedo evitar acordarme de las viñetas-página del álbum de Tintín, El Cangrejo de las Pinzas de Oro.
Lee también demuestra su versatilidad enriqueciendo las aventuras con diferentes tonos o géneros. No falta el humor, habitualmente por parte de J.J.J. o de la ya característica socarronería de Spiderman en sus enfrentamientos a villanos.
Tampoco la incursión en el género de gángsters, ya presente en estas primeras historias en las líneas argumentales con participación del Gran Hombre y el Duende Verde, y que acabaría siendo recurrente en el futuro de la serie.
Me puedo imaginar fácilmente a los chavales de aquella época devorando cada número de Amazing Spiderman con los ojos llenos de emoción.
Tomo imprescindible. Y no sólo porque estas historias representen los cimientos de uno de los personajes más importantes del cómic americano.