He leído
X-O Manowar Nº 18: Bárbaros.
Retomo la lectura de la serie tras mi
anterior comentario.
Continúo con la propuesta de Matt Kindt, en lo que parece ser el cierre de este arco argumental que nos ha llevado a través del pasado, rememorando una experiencia vivida por Aric durante su época como visigodo. Un episodio entretenido, con bastantes dosis de acción y muy trepidante, pero me ha parecido algo excesiva y larga esta saga para llegar a la conclusión de que el protagonista se siente en su regreso a la Tierra como hace tantos siglo, es decir, un extraño en su propia tierra. Me da la sensación que el guionista ha perdido un poco el rumbo, la colección divaga entre géneros, sin centrarse demasiado en uno en concreto, quizá para mantenerse alejado de la actualidad del Universo Valiant, lo que nos beneficia a los lectores puntuales de esta serie que no siguen el escenario de ficción compartido. No obstante, se ha perdido la frescura y la fuerza de las sagas iniciales y cada vez mi interés es menor por esta cabecera. Sigo pensando en bajarme, pero estoy en la duda de si debo hacerlo ya, o me espero a la fase final de Kindt, por si culminase su etapa con el personaje mejor que la evolución que se ha visto en los últimos números. Ya veré que hago.
La parte del coliseo se lleva buena parte de este número, con una trepidante escena de lucha y
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El nuevo compañero de Aric parece leer el futuro, haciendo notar otro de sus misteriosos dones,
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Parece que el autor quiere mostrar así un paralelismo entre la sociedad del pasado en un momento de cambio cultural y la sociedad actual, ensimismada con la tecnología. Yo no lo acabo de compartir, ni realmente me parece comparable el despertar de la pasión de alguien por los libros o la cultura del Imperio romano, con los móviles, Internet o la televisión. Tampoco me acaba de encajar ver a Aric como un hombre fuera de su tiempo, cuando viene de planetas futuristas con cierta tecnología, además de poseer una armadura alienígena. No sé, el planteamiento de Kindt hace aguas por todos lados. Es intentar llevar el concepto del Capitán América a Aric, a través de una experiencia que vivió hace siglos. Creo que algo así ya debería estar más que superado después de tanto tiempo. No comulgo demasiado con esta idea, y es quizá lo que está provocando mi desencanto de la serie, a pesar de haber disfrutado mucho con ella casi todo este tiempo.
En las páginas finales se siembra algunas pautas para el futuro de la colección, desvelando que
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Quizá el enigmático papel de este personaje sea lo único que me impulsa a saber que planes tiene Kindt con él, ya que le protagonista ha perdido gran parte de su interés inicial, acabando un poco desdibujado. Tampoco tengo muy claro si en los siguientes números se pretende tomar un tono más propio del género de supers, con cierto tono medieval y fantástico, a tenor de la portada que nos avanza la próxima entrega. Una lástima, porque la serie ha tenido muy buenos momentos, pero parece ha ido descendiendo de calidad e interés paulatinamente.
Finalmente, destacar el trabajo del artista Trevor Hairsine, quizá uno de los aspectos más destacables, con un tono muy apropiado para la ambientación histórica que plantea Kindt. A pesar de que seguramente no sea uno de los mejores dibujantes que ha pasado pro la cabecera, se ha acabado convirtiendo en uno de los aspectos más positivos de la misma.