He leído
Ken Parker Nº 12.
Retomo la lectura de la serie tras mi
anterior comentario.
Me ha gustado este tomo, pero al contrario que en volúmenes anteriores, debo admitir que no me ha satisfecho del todo. Las historias están bien, sobre todo en el planteamiento inicial, pero encuentro que no es un desarrollo sólido del todo. Aunque ahora intentaré comentar más al respecto, sobre todo los desenlaces o la forma de rematar las historias no me termina de convencer. Después está el dibujo del primer capítulo, quizá de los peores de la colección, haciendo descender mucho la calidad en esa faceta de la serie, aunque se recupera en el segundo capítulo. No obstante, seguimos ante un título muy disfrutable. No puedo decir que su lectura no sea amena y agradable, pero quizá estamos acostumbrados a un nivel un poco más alto, por lo que se tiende a pedir un poco más de lo que ha dado este volumen.
"La reina del Misuri" lo tiene todo para ser una gran historia, con momentos francamente interesantes, además de tocar diversos temas de corte social. Giancarlo Berardi vuelve a erigirse como guionista en solitario introduciéndonos en una trama que bebe directamente de las novelas clásicas de misterio y suspense, donde se teje un argumento en base a una serie de personajes con intereses personales. Parker se perfila como el héroe del relato, un papel en el que cada vez se encuentra más cómodo el personaje, a pesar de que podríamos decir que es una oveja en un corral de lobos. Hay una cita bíblica bastante acertada que sirve para ponernos sobre aviso de que el Salvaje Oeste es un lugar complicado para alguien como nuestro protagonista, un hombre honesto y de buen corazón, dispuesto a ayudar a los demás sin pedir nada a cambio, lo que supone algo totalmente inusual en ese mundo de las oportunidades. Todo este aura de misterio y conspiración se une a un viaje en el Misuri Queen, un barco a vapor que debe llevar a Parker a su nuevo destino, el Fort Benton. Antes de embarcar conocerá a una pareja que le pide su protección durante el viaje, ya que están siendo acosados por un hombre que quiere hacerse con los papeles de propiedad de una mina. De ese modo, sin poder evitarlo, Parker se ve envuelto en una intriga que convertirá la travesía en una nueva aventura. Sin embargo, nadie contaba con que e barco sería abordado por unos atracadores.
Como decía antes, la historia no está nada mal en su planteamiento, pero en su ejecución y desarrollo va perdiendo un poco de solidez. Aunque la pareja que pide la ayuda de Parker es obvio que esconde algo, no se termina de desvelar del todo. Asimismo, todo el tema del atraco al barco irrumpe en la trama central, desviando la atención y dejando cosas sin explicar del todo. Las tramas confluyen en un punto, y el desenlace es algo abrupto. Utiliza para ello el tema del racismo, las injusticias con los negros y el sur, un lugar que tuvo que abolir la esclavitud, pero al final la igualdad está muy lejos de materializarse. En ese cóctel de elementos tenemos una ensalada de tiros, una tímida posibilidad de relación para Parker y poco más. Diría que el argumento está algo deslavazado. Pero lo peor de todo con diferencia es el dibujo de Giovanni Cianti, demasiado sucio y confuso, sobre todo en la narrativa. Es mu complicado distinguir entre los forajidos y los que se defienden de ellos. Precisamente esa narrativa fallida deja la sensación de no saber quién muere o quién vive, ni siquiera quién va ganando en la pelea. No puedo decir que sea totalmente horrible, pero es evidente que ni el formato en blanco y negro le favorece, ni tiene un estilo especialmente destacable. Los rostros tienen un corte feista, no se aprecia la supuesta belleza de la joven ni otros elementos de la historia. A pesar de todo, el dibujante puede colar con éxito los rostros de una serie de actores muy famosos por sus westerns como son Le Van Cliff, Kirk Douglas o Robert Mitchum, así como Charles Bronson, con una efigie que me recuerda a uno de mis westerns favoritos
"Hasta que llegó su hora", el film de Sergio Leone. Es una auténtica pena, porque estoy seguro que con un dibujante mucho más capaz y eficaz, esta historia tendría un resultado mejor gráficamente, y quizá supliría de alguna forma sus carencia o sus agujeros en la trama.
Afortunadamente, la segunda parte del tomo es mucho mejor en todos los aspectos. Cabe destacar que se está perdiendo uno de los puntos fuertes de la serie: el diálogo mordaz de Parker, así como una falta de desarrollo de los personajes. Precisamente en el primer relato del cómic es una de las cosas que se echan en falta. Generalmente, los personajes a los que nuestro scout ayuda suelen transmitirnos algo, ganándose incluso el corazón del lector. Puede que sea intencionado, buscando ese reflejo de una sociedad hipócrita y deshonesta, pero también me ha parecido que es una de esas historias que no están tan bien trabajadas como otras de la serie.
"En las tierras de Montana" volvemos a ese patrón del desarrollo de los personajes, presentando a un entrañable Tubb, que recuerda un poco a ese viejo compañero de Blueberry, aunque menos humorístico. Sin embargo, del Parker que todos conocemos solo queda su buen corazón y su inteligencia y sagacidad, su lengua viperina y esos diálogos tan ingeniosos y mordaces, por desgracia, son cada vez menos habituales, perdiendo parte de la seña de identidad del personaje, y lo que de alguna forma lo hacía especial, diferenciándolos de otros héroes clásicos dle Viejo Oeste.
La historia trata sobre el acosos que sufre un rancho ante uno de los hombres de poder de la ciudad, al borde de la bancarrota; una injusticia que Parker no puede evitar solucionar. Es prácticamente imposible no sensibilizarse con los personajes damnificado, introduciéndonos en un ambiente típico y tópico del género, pero no por ello menos disfrutable. También hay que decir que los lápices de Bruno Marraffa y Vicenzo Monti influyen muchísimo, con una calidad secuencial y con una importante profusión de los detalles. Marraffa ya ha pasado por esta colección y es una alegría verlo de nuevo. Para mí uno de los mejores artistas del título, que ojalá se estableciera su presencia con una mayor asiduidad. Para mí el único fallo de esta historia es el desenlace. Pero en esta ocasión Berardi no es el único culpable, ya que el guion está escrito a cuatro manos en colaboración con Maurizio Mantero. La cuestión es que ya hemos visto en varias ocasiones como la trama se resuelve bien en una página, o en varias viñetas de la misma. Desde luego, en esta serie hemos visto buenos ejemplos de aprovechamiento de espacio en ese aspecto. Sin embargo, aquí no termina del todo de dejarme satisfecho. Casi parece que la historia tenga una continuación. El final casi se intuye más que leerlo. Diferentes cuestiones importantes quedan en el aire, pero que se dan por solucionadas detrás de las escenas. Yo soy un firme defensor del relato corto con final abierto, sobre todo si está bien hecho y tiene algún sentido, ya sea reflexivo o de carácter narrativo. No obstante, aquí la sensación es que los autores se quedaron sin espacio y todo se cierra de forma apresurada. De nuevo me deja esto un mal sabor de boca, porque realmente me lo estoy pasando bien con la lectura de la serie, pero en este volumen en concreto ha parecido un quiero y no puedo en ciertos aspectos. Aunque el dibujo es algo que también ha afectado, principalmente en la primera historia de esta entrega, que los guionistas no rematen bien las historias es incluso peor. De todas formas, es normal que una colección tan larga como esta tenga sus altibajos, seguramente en el próximo tomo las tornas vuelvan a cambiar nuevamente. A pesar de todo, sigue siendo una lectura de calidad, pero también cuando se alcanza cierto nivel, se le exige más; y Ken Parker ha demostrado estar a la altura de las exigencias.