En el comentario anterior se me han pasado un par de cosas que creo que son interesantes de comentar.
La primera es que se descubre porqué Habaki quería encontrar la inmortalidad:
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Esto puede parecer una tontería, pero explica de alguna forma la obsesión del Bakufu por castigar su fracaso de una forma tan severa, más allá del honor del samurai y todo eso. Aunque no explica porqué se lo toma de una forma tan personal, sí realmente era para conseguir prestigio o si por el contrario era para aplicar ese descubrimiento a alguien querido. Todo parece indicar que es por la primera razón, ya que parece un hombre ambicioso, pero teniendo en cuenta como se va desarrollando todo entre este tomo y el anterior parece haber algo más.
De todas formas, es cierto que el Ittô Ryû es un estilo de esgrima no aceptado y en cierta manera choca con lo preestablecido, algo que no parece encajar muy bien la sociedad japonesa de la época.
El otro dato interesante, es que la espada de Rin se rompe en el jaleo del castillo, por lo que Dôa le proporciona la suya, mucho más corta, tanto como un presente como con un regalo por su ayuda. Después sabremos por Anotsu como de especial es este gesto en la joven teniendo en cuenta sus relaciones con los miembros del Ittô Ryû. A parte, en el tomo que voy a comentar a continuación, Manji le prestará una de sus arma, una que él lleva muy bien, pero que a ella le cuesta un poco más mantenerla escondida.
Con esta es la segunda arma que presta, Giichi tiene otra, algo que no parece afectar al arsenal que guarda en ese kimono sin demasiados problemas.
Y ahora continuamos con
La Espada del Inmortal Nº 22.
La primera sensación que he tenido tras tener este tomo es la de lamentar no tener otro para continuar, porque si el anterior era un punto de inflexión, este es el principio de algo gordo; algo que va a afectar a diferentes grupos en una jungla de espadas. Poca veces me ha parecido un título tan apropiado.
Pero lo primero es la conversación entre Rin y Anotsu, que desgraciadamente irá por vericuetos muy diferentes de lo esperado. El líder del Ittô Ryû mostrará su asombro y respeto por Rin y su participación en el ataque del castillo de Edo. Gracias a ello, le dirá por donde pueden seguirlo en lo que prevé puede ser el final de estilo de lucha, que como hemos visto es más bien un estilo de vida unido a la espada. Sea cual sea el destino, Anotsu piensa que Manji y Rin deben presenciarlo, se han ganado ese derecho, aunque le advierte de que si elige ese camino, no va a ser nada fácil, ni exento de peligros.
También le revela que del grupo que mataron a sus padres solo quedan dos, Magatsu y él. Precisamente los que han demostrado no ser unos villanos al uso, incluso pienso que todo el tema de la venganza ha quedado muy diluido y la muerte de ambos, si es que se produce, no tendrá nada que ver con Manji. La cuestión es que esta conversación solo sirve para dirigir la serie hacia un lado concreto, mientras que Rin tiene la determinación de seguirles, pero ya no veo tan claras sus intenciones de matarlos. Me da la sensación que sin esta búsqueda su vida perdería sentido y además se vería separada de Manji, algo que no solo no parece desear, sino que además intenta retrasarlo todo lo posible. Por eso, tras la conversación con Anotsu, ambos se marchan de Edo dejando la casa del maestro Sôri, una casa donde se producirán cambios tras su marcha, ya que también se van sus alumnas que pertenecen al Bakufu, aunque van con Habaki. No se como no me había dado cuenta de ese detalle antes.
De forma paralela, los hombre de Habaki van recabando información de los parientes o amigos cercanos de los hombre de Anotsu. Intentan cercar el cerco sobre ellos y descubrir cual es su destino, algo que realmente no parece saber nadie. Esta búsqueda les llevará al dojo del Ittô Ryû que estaba escondido bajo los escombros del anterior. Ya se vió en el tomo anterior, aunque aquí podemos ver su extensión real en el subsuelo.
Todo un escondrijo en el que los cazadores acaban siendo cazados.
Creo que es uno de los mejores momentos del tomo.
El dojo subterráneo es inundado y los supervivientes son atrapados bajo un cercado muy alto y aceitado. Magatsu lidera a los arquero, aunque solo merman sus filas para después huir.
Es curioso porqué hubiese sido el momento de eliminar a un enemigo que les va a costar bastante eliminarlo, sí es que lo consiguen. Pero imagino que el honor de la espada y todo eso influye en este asunto bastante.
De todas formas, Ryô sale en busca de ellos y consigue alcanzarlos. esta chica se está convirtiendo en un personaje tremendamente interesante.
Derrota a uno del grupo, pero Magatsu decide enfrentarse a ella
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Esto empieza a mosquear un poco, aunque entiendo que van con prisas, porque aquí los enemigos no gastan demasiadas bromas.
El siguiente paso es la resolución del rapto de la familia de Habaki. Me parece uno de lo mejores ejemplo para conocer que clase de sociedad vivía en el Japón feudal, dejándonos una escena tan dramática como cargada de emoción.
Hanabusa, el sustituto de Habaki llega a un acuerdo con su predecesor. Libera a su familia, mujer e hijo, y él queda desterrado de Edo. Sin embargo, en el momento del intercambio Hanabusa le exige que entregue a los Rokki.
En esos momentos, madre e hijo presentan su decisión a Habaki:
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La escena es brutal, a estas alturas la narrativa de la serie parece que no te puede sorprender, pero lo sigue haciendo. ¡Y de que manera!.
Tras lo sucedido Habaki establece que va a seguir a Anotsu hasta el infierno si es necesario, pero en 20 días volverá para hacerse el seppuku, lo haya conseguido o no.
Tengo que reconocer que el tipo este me cae fatal, pero como la mayoría de los personajes es muy honorable.
Por cierto, yo tenía razón y
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A partir de aquí, el resto del tomo adquiere un tono entre prólogo y epílogo que nos parecen dirigir a la siguiente saga.
Todo comienza con el éxodo de los diferentes grupos: Anotsu, Mackie y sus lugartenientes por un lado, el resto del grupo por otro, aunque todos se dirigen a un punto en común. Habaki y los Rokki, también divididos en dos grupos. Manji y Rin, que parecen los más tranquilos y van pidiendo indicaciones a los viejos e los caminos.
Y por último, un grupo de los Bakufu, liderado por varias mujeres, Sí es que no son todas mujeres, que no tengo claro sí pretenden entorpecer a Habaki o adelantarse a él, sobre todo tras atacar a las dos mujeres que vivían con el maestro Sôri.
Finalmente, Giichi y Hyakurin pretenden ayudar a Habaki, ya que Giichi se siente en deuda con él. Preveo un triste final para ambos, sobre todo porque
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Se prepara una batalla con muchos frentes, veremos en que queda todo esto...
Para terminar hay que destacar algo realmente importante y es el respeto que se sienten los unos a los otros. Nadie parece estar dispuesto a subestimar al adversario. Esto promete ser una amalgama de peleas de lo más interesante.
Continuará...