52ª Etapa: Avengers vol. 1 #273-277. Agosto de 1986-Marzo de 1987
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Formación:
-Avispa (Presidenta)
-Hércules
-Capitana Marvel
-Caballero Negro
-Capitán América
Personajes invitados:
-Hombre Hormiga (Scott Lang)
-Jarvis
-Paladín
-Doctor Druida
-Thor
-Mortaja
Enemigos:
-Los (Nuevos) Amos del Mal:
+Barón Zemo (hijo, Helmut Zemo)
+Mr. Hyde
+Apagón
+Arreglador (Norbert Ebersol)
+Hombre Absorbente
+Piedra Lunar
+Titania
+Chaqueta Amarilla (Rita de Mara)
+Goliath (Erik Josten)
+Tiburón Tigre
+Mamba Negra
+La Brigada de Demolición:
*Destructor
*Bola de Trueno
*Bulldozer
*Martinete
Comparezco aquí, puntual a mi cita con el club de este fin de semana, con la responsabilidad de reseñar uno de los arcos argumentales más brillantes que se recuerdan de Los Vengadores, y aun diría de Marvel: El Asalto a la Mansión,
La premisa es tan clara como aterradora: los héroes siempre salen con bien de sus enfrentamientos con los villanos, pero ¿qué ocurriría si los malos decidieran unirse, en número suficiente como para derrotar a los héroes? Hay muchos más villanos que héroes, después de todo. Solo tendrían que unirse bajo un liderazgo tan eficiente como el de Zemo para que el mal saliera victorioso. Y esto es lo que sucede, en su mayor parte, a lo largo de estos apasionantes y emocionantísimos cinco números de la colección regular de Los Vengadores.
Esta idea sería tomada posteriormente por otros autores para fabricar sus propios mundos crepusculares, como por ejemplo hizo Mark Millar con El Viejo Logan. Pero eso ocurriría mucho después.
Lo que, muy sucintamente, plantean estos números, es el intento de los remozados Amos del Mal de hacerse con el corazón de la Marvel heroica, atacando por sorpresa, y con una serie de poderes concertados y coordinados, la célebre Mansión de la Quinta Avenida de Los Vengadores, haciéndose con ella, mancillando y destruyendo por completo su legado. Todo ello, como digo, dirigido por Helmut Zemo, curiosamente el único humano corriente sin superpoderes, pero con el suficiente odio por el Capitán América como para tomar el mando de los villanos y atacar el cuartel general de Los Héroes más poderosos de la Tierra.
En estos cinco episodios ocurren cosas que nunca nadie se atrevió a hacer con Los Vengadores. Vemos a Jarvis torturado por Mr. Hyde hasta casi la muerte, a Hércules a punto de ser llevado por la parca, agonizando en un hospital, al Capitán América yaciendo en un charco de sangre que sale de su boca...
Pero lo peor es casi lo que sucede luego, cuando vemos al Capitán llorando como resultado de la maldad de los lacayos de Zemo, que destruyen con saña el pasado de Steve Rogers, rompiendo sus fotos más queridas, como la de su amado Bucky Barnes y la de su propia madre. La Brigada de Demolición se ensaña con la Mansión, destruyendo no solo todos los muebles de Tony Stark, sino, lo que es más importante, el Legado de un grupo tan importante como Los Vengadores.
En este ataque, Roger Stern se atreve a pisotear lo más sagrado para el grupo, y a humillar a un mismo semidios, casi mandándolo al tanatorio. Se atreve a poner de rodillas al Capitán América, que tiene que asistir impotente a como Mr. Hyde destroza a Jarvis, escuchando sus agónicos gritos. Con una lectura actual, no puedo evitar rememorar esas imágenes del asalto de grupos vinculados al nazismo (como aquí ocurre también) tanto al Capitolio de los EE. UU. como a la Plaza de los Tres Poderes de Brasil.
Solo con esta operación de iconoclasia puede llegar a transmitir Roger Stern su mensaje: nos hemos acostumbrado a vivir seguros y confiados, pero no hay que dar nada por sentado. Los que parecen villanos de opereta y fácilmente ostiables por los buenos, que siempre ganan, pueden ser muy peligrosos si se organizan, y se nos pueden colar hasta la cocina. Y entonces es cuando dejan de ser villanos cutres y la cosa toma un cariz mucho más serio. El resultado es una historia que deja un poso de angustia, pero también de épica agónica, viendo como Los Vengadores van, poco a poco, casi a cuentagotas al principio, ganando pequeñas batallas, hasta que al final, no sin gran esfuerzo, someten a los malos. Pero no es una victoria fácil. Es una victoria bastante amarga. Pero aun así, el cómic acaba con un mensaje más o menos optimista: después de todo, el bien se ha impuesto, y sobre las proverbiales cenizas del templo (aquí Mansión), se podrá reconstruir piedra a piedra el legado de Los Vengadores. El bien siempre gana, vale, pero esta vez el Mal ha estado realmente cerca.Bravo por Stern.
Más que hacer un resumen número a número, me apetecía dejar mis impresiones sobre lo que me han transmitido estas lecturas. En definitiva, Roger Stern y Johnn Buscema firman el que para mí es el mejor arco de Los vengadores hasta la fecha.
Y dicho eso, lo podría dejar aquí, porque la trama todo el mundo que esté interesado en estos cómics la habrá leído. Pero me apetece decir algunas cosas sueltas:
-Es interesante cómo Roger Stern deja caer el mensaje de que es necesario estar unidos. Cuando Los Vengadores caen, lo hacen uno por uno. Frecuentemente, es el mal el que está separado y distanciado por egos, envidias y avaricias. Y aunque aquí hay algo de eso, al final no se puede negar que Helmut Zemo tiene una capacidad de liderazgo formidable. Esto produce el contraste de que, mientras los villanos están muy unidos, Los Vengadores están separados. Y así, poco a poco, primero con Jarvis, luego con el Caballero Negro, después con la Capitana Marvel y, en tercer lugar, con un Hércules que decide actuar solo, renegando del liderazgo de la Avispa, todos van cayendo, uno a uno. La impresión que dejan estos cómics es que, cuando son pillados, Los Vengadores van cada uno a su bola. Jan tonteando con el Paladín, y el Caballero Negro como tercero en discordia del triángulo amoroso. Hércules bravuconeando y cazando faldas, cayendo como un idiota en la trampa de Mamba Negra, quien le droga, y haciendo la guerra por su cuenta. Esto casi le cuesta la vida. Mientras tanto, la Capitana Marvel se dedica a viajar de ciudad en ciudad. Aunque no tenga la culpa de lo que sucede, también estaba pensando en otras cosas cuando es sorprendida por los Amos del Mal.
-Hablando precisamente de la Capitana Marvel, me ha gustado mucho cómo Apagón se deshace de ella, mandándola a la dimensión oscura. Y más chulo me parece lo lograda que está la desesperación de Monica, buscando una luz entre tanta oscuridad y, cuando llega a ella, ya se ha ido. Hasta que, finalmente sale a la Tierra gracias a Mortaja, quien estaba usando sus poderes para atrapar a un villano del tres al cuarto. Me ha encantado eso de que a la dimensión oscura se pueda entrar y salir por varios puntos, y de que sea una fuerza con la coquetean tanto el mal como el bien. Chúpate esa, Stranger Things.
Naturalmente que hay muchas más cosas dignas de mención (tal vez, de las que mejo casi en el tintero, haya que resaltar la ayuda clave del Dr. Druida, conociendo bien Roger Stern el legado de Los Vengadores, recordando la deuda que este ha contraído con el Caballero Negro), pero creo que lo importante está dicho y más vale que la reseña sea breve, porque así sea menos enojosa de leer y deje también la puerta abierta a otros comentarios e impresiones.
En definitiva. un grato descubrimiento. Tal vez a los cómics de Los Vengadores les faltaba algún tebeo realmente definitivo, que tuviera cierta capacidad de trascender el género de la nocilla pijamera. Algo que los tebeos de la Patrulla-X habían ya logrado. Creo que, con El Asalto a la Mansión, Roger Stern logra hacer el que probablemente sea el arco argumental más trascendente de los Vengadores.
Y si no se quiere ver así, siempre queda un thriller de puta madre, repleto de acción. Ni más ni menos.