Ante todo, pedir disculpas por la tardanza en comentar esta tanda de cómics. Han sido unos días de curro tremendos (y eso estando de vacaciones) y solo he entrado al foro a decir gilipolleces en breves perlas
Ahora me presento tarde, como Hank Pym, para comentar algunas cosas.
Lo primero, magnífico resumen de Sergiox
Y luego, pues muy acertados todos los comentarios. Es un gusto llegar el último e ir leyendo todo lo que habéis dicho.
Coincido con Angelus en que estos números son realmente muy buenos, pese al dibujo irregular. Pero me dejan con mucha sensación contradictoria, además de ser claramente, y como bien ha dicho Gárgola, unos de los ejemplares de Los Vengadores más pensados para público adulto.
Querría llamar la atención sobre el hecho de que Shooter mete en estos cómics un trasfondo erótico, como guarrindongo, vamos
Me recuerda a Claremont cuando se pone en plan salido con la Patrulla-X. En el número de Linnea y Gorn vemos directamente a una camarera con el culo en pompa y medias de rejilla, joder
En relación con esto, está la evolución de Tigra. Tengo un amor-odio con Shooter por su tratamiento: al principio, prácticamente la trata como la típica guarrilla que solo existe en la imaginación de muchos tíos y en el porno
Pero luego, Shooter le da una dignidad impresionante al personaje, especialmente en la parte dedicada al hombre molécula. A mí ni me parece precipitado que Owen cambie tan rápido de alineamiento: en el fondo, es un pobre diablo buscando afecto. Nadie le ha hecho caso en su puta vida excepto Tigra. Y además, renunció a matarle. Cuando El Hombre Molécula es derrotado, hay una parte de elipsis narrativa en la que Tigra tiene tiempo de hablar con él largo y tendido. Teniendo en cuenta que Owen lo que quiere es atención y afecto, no me sorprende que cambie abruptamente de designio. Como le dice Tigra ¿de qué valdría comerte literalmente el mundo cuando luego no habría nadie con quien hablar? Este es el argumento definitivo para que Owen cambie de chip. A lo mejor me estoy haciendo una pirula argumental impresionante yo solo, pero lo veo muy puesto en razón: Owen no pensaba que nadie pudiera dedicarle atención, así que lo que quiere es vengarse destruyendo el mundo. Pero Tigra es la que marca la diferencia, al tratarle con el respeto que probablemente nadie más, y menos su madre, le había ofrecido.
Por cierto, yo he visto claramente una referencia a la homosexualidad del Hombre Molécula, cuando se plantea que Tigra pueda ser algo así como una "esclava sexual" del villano, y este renuncia diciendo que solo quiere una amiga y que, como decía su madre, a él no le gustan las mujeres "de esa manera". Para mí está claro el tema, vamos. Aunque tal vez en los 80 no se pudiera plantear todavía de esa manera en un cómic supuestamente infantil.
Pero volviendo a Tigra -que vaya manera de saltar de un tema a otro en estos caóticos comentarios-, Shooter consigue darle, en muy pocos números, una subida de 10 niveles de golpe. Desde la reafirmación del personaje, mostrando que el problema lo tienen los pacatos que le dicen cosas por su apariencia física y no ella, hasta esa especie de curiosa búsqueda de Tigra intentando encontrar el valor, que me ha recordado mucho al Mago de Oz, con felino incluido. Lo que pasa es que cuando tenemos a una heroína diferente, que ha llegado a un punto verdaderamente alto, el capullo de Shooter va y nos la jubila prematuramente. Es un personaje tremendamente interesante que me da coraje que Shooter se haya quitado de encima de esa manera.
En cuanto al tema central de esta tanda de cómics, que no es otro que la violencia de género, coincido en que está excelentemente tratado, y que Janet es un ejemplo inspirador, y más en aquellos primeros años 80, de mujer superviviente de malos tratos. Pero eso no ocurre sin antes mostrarnos todos los pasos que atraviesa una relación así de tóxica, y como Janet se llega a auto-degradar para justificar al zote de Hank. También me gusta mucho, y esto creo que no se ha comentado, que no se muestra al maltratador de Hank como al demonio, sino como alo que suele ser el perfil de un maltratador: una persona insegura y tremendamente infeliz. Humano, demasiado humano.
En fin, que sin duda estamos ante uno de los números más interesantes que he leído hasta ahora de la colección. Las tramas son bastante tontas en realidad, y funcionan como macguffins de los dos temas centrales: la violencia de género y el "viaje" de Tigra. Nada que objetar en ese capítulo. Shooter sale bastante reafirmado con este puñado de números y demuestra que, al menos en aquellos comienzos de los 80, era el único que podía ofrecer historias atractivas, tras los vaivenes de guionistas de quita y pon que habían deparado historias muy discretas.
Y con esto me pongo al día.