He leído
Batman Nº 114/1.
Retomo la lectura de la serie tras mi
comentario.
Antes de nada, comentar que parece que ECC vuelve a renumerar la serie, con motivo de Frontera Infinita, ese nuevo
land scape de DC en el que parece que todo vale, en términos de continuidad. Ni siquiera me voy a parar a comentar lo absurdo que me parece la idea, ni lo cansado que estoy de la estupideces que se marcan los editores de esta compañía, que poco a poco han expulsado a los lectores más veteranos y que maltratan el Universo DC en aras de un éxito que yo no estoy muy seguro de que estén consiguiendo. Desde luego, no parecen buscar fidelizar lectores, ni mostrar una coherencia con la rica historia de este universo de ficción, sino más bien destruirlo todo, construir algo sobre escombros y así de manera indefinida. Un auténtico sinsentido al que se une ECC con una nueva renumeración que no pinta absolutamente nada aquí, al estar en mitad de la etapa de un guionista concreto, aunque al menos mantiene la numeración original de este volumen actual. Con todo, no tiene demasiado sentido, ya que tendría que tener triple numeración, pero claro, eso sería una auténtica sandez más que sumar a todo este tipo de decisiones editoriales tan poco acertadas tanto a un lado como otro del Atlántico.
En lo que a la historia se refiere, James Tynion IV continúa con su etapa al frente de la serie. Si en la anterior entrega parecía que esto podía remontar algo, tenemos el arranque de un nuevo arco argumental bastante insípido. Está claro que esta etapa está llena de altibajos y cuando parece que va a remontar el vuelo vuelve a caer en picado. No estoy llegando a los niveles de hastío de los guiones de King, pero sí es cierto que este guionista está defraudando mucho, y que se esperaba algo más de él que tebeos meramente entretenidos y tan olvidables. A esto hay que sumarle el horrible dibujo de Jorge Jiménez, con un estilo muy propio de los noventa, donde priman las grandes poses, el efectismo y la espectacularidad, pese a ser un artista muy justito, que quizá se le den mejor los
pin-ups que las páginas de una historia.
Para colmo, este primer capítulo de la nueva línea temporal tiene una narración muy deslavazada. Tyninon quiere contar muchas cosas en muy poco espacio, y es obvio que no da con la forma acertada de hacerlo. Por un lado, nos quiere presentar al que posiblemente sea el villano protagonista de la historia, el Espantapájaros que presenta una nueva estética oscura y aterradora, que a mí me recuerda en cierta forma al Puercoespín de la Marvel clásica. Mucha tensión inicial, pero muy mal resuelta, es la impresión que yo he tenido. Después, el escritor pretende ponernos en situación con respecto al nuevo estatus de Batman, sin fortuna que lo respalde, sin mayordomo, y con nuevos aliados. Barbara vuelve a su papel de Oráculo, para que Bruce tenga con quien hablar en las misiones, y Ghostmaker se convierte en una especie de nuevo Robin, compartiendo incluso el piso con Bruce. Sinceramente, no sé que es peor, que Tynion intente profundizar en todo esto, o que intente desarrollarlo. Además, también tenemos nueva estética para Harley Quinn, horrible a mi modo de ver, que se refuerza en su papel de heroína. Este regreso a los noventa nos va a pasar factura, estoy convencido de ello...
La escena de acción está destinada a presentar a Master Wyze y su colectivo D-Mente, que parece defender un futuro mejor para Gotham. Lo más curioso de todo es que esta ciudad siempre ha sido oscura y con mucha delincuencia, pero desde que ha llegado Tyninion está mucho peor, añadiendo gente cada vez más chalada. Que la galería de villanos de Batman no es que haya estado muy cuerda nunca, todo hay que decirlo, pero siempre ha habido cierto orden dentro del caos. Yo aquí solo veo caos sobre caos, y elementos que no tienen demasiado sentido. Parece que el autor pretende mostrar algún tipo de crítica social, pero a mi modo de ver le sale un auténtico esperpento y una jauría de chiflados que solo sirven para cumplir la cuota de acción de un tebeo de superhéroes, poco más. También veremos al nuevo alcalde, y a otro futuro villano en potencia, un empresario asiático que ha desarrollado el programa magistrado y que se ofrece a implantarlo en la ciudad. Una mezcla de Robocop y Juez Dredd, para que nos hagamos una idea del reciclaje conceptual que emplea Tynion aquí.
En definitiva, una grapa floja. Se deja leer, pero inconscientemente uno sabe que esto es un cúmulo de despropósitos muy mal contados. Esperemos que en la próxima entrega mejore un poco, o al menos se encarrile la trama, no creo que se le pueda pedir más....