He leído
Crónicas de Roncesvalles 1. La leyenda de RoldánTodos conocemos o al menos hemos oído hablar de
la batalla de Roncesvalles (acontecida en el año 778 como nos recuerdan en la contraportada) o del
Cantar de Roldán (un poema épico escrito en el siglo XI), así que ya sabemos lo que nos espera, épica medieval con vascones, musulmanes y el ejército de los francos adentrándose en territorio hispánico.
Juan Luis Landa, autor completo de esta maravilla, no sé por qué se habrá decantado, si por ceñirse a la historia o a la leyenda que se nos narra en el Cantar, ya que este primer tomo se centra en la batalla de
Zaragoza y lo acontecido en
Pamplona y queda todo el tema de
Roncesvalles para su culminación en un segundo tomo que ya ha salido en Francia y que a ver si nos trae
Yermo pronto. Yo particularmente, preferiría que se centrara en lo que aconteció realmente porque me encanta el rigor histórico, pero si utiliza la leyenda y lo que nos narra la Canción de Roldán, el tomo ganará en espectacularidad sin duda.
De momento lo he visto bastante próximo a la historia real, ya que
Roldán no aparece como sobrino del
Rey Carlos, que es tal y como aparece en el Cantar, ya que realmente no era parte de la familia real sino un "marqués" de La Marca de Bretaña. Por cierto, el
rey Carlos al que nombro no es otro que
Carlomagno, nombre que le llegaría 20 años después cuando fue coronado como emperador. Por otro lado, toma algún detalle del cantar, ya que bicheando un poco en su biografía llego a la conclusión de que en el momento en el que se desarrolla el comic, El
rey Carlos tiene una edad cercana a la treintena, pero aun así
Landa lo dibuja bastante más mayor, tal y como es descrito en el
Cantar de Roldán, con “barba florida" que dicen en la Wikipedia. Otro detallazo histórico, si no me he equivocado en las cuentas, es que hay una viñeta cuando
Carlomagno se despide de su mujer y sus hijos, en la que ésta aparece notoriamente embarazada. Por fechas el niño que traerá al mundo será
Ludovico, que heredará todo el imperio carolingio (no tiene ninguna repercusión en el tomo, pero ahí lo dejo).
Centrándonos en el comic, la historia está súper bien narrada, y a pesar de ser un álbum de presentación en el que aparecen muchos personajes no te pierdes en ningún momento. Tenemos por un lado a
Roldán, al
rey Carlos y su ejército con todos los aliados y eso, luego a
Suleimán, que es el valí (gobernador) de Barcelona, a
Husain, valí de Zaragoza, o
Abd al-Rahman (Abderramán I, emir de Córdoba) así como todo el tema de
Al-Ándalus,
sarracenos y demás. También aparecen los
Vascones,
Pamplona y su jefe militar
Ximeno "el fuerte", pero como digo, todos estos nombres, alianzas y facciones, no impiden que todo sea fluido, claro y sin posibilidad de liarse.
Me mola mucho que
Landa al presentar a los gobernantes musulmanes lo haga con todo el nombre, sin recortes; me encanta leer
Suleimán Ibn Yakzan Ibn Al Arabi con todo ese jardín de musicalidad sonora. No recuerdo dónde lo leí o escuché, pero el podcaster o redactor en cuestión comentaba que en el número del
"Ramadán" de
Sandman le flipaba cuando decía
"Soy Harum Ibn Hashid..." y así seguía durante dos líneas de bocadillo declamando su nombre completo. A mí me pasa igual en este comic. Te hace adentrarte un poco más en ese universo islamita aparte de estilizar y dar brillo a una obra ya bella de por sí.
Narrativamente, el autor está que se sale, con un estilo realista y minuciosamente detallado.
Landa retrata a cada personaje con rasgos definitorios y fácilmente reconocibles en todo momento. Pero es que este hombre dibuja que es una verdadera delicia. De hecho, si he tardado en acabarme el tomo algo más de tiempo del habitual no ha sido por la trama, sino porque te quedas como tonto maravillado por las viñetas de primeros planos, con la expresividad saliendo a borbotones de rostros que denotan furia, orgullo, miedo, temor o cualquier otra sensación que quiera transmitir
Juan Luis Landa en ese momento.
Mención aparte para los caballos. ¡Qué bien dibujados están! Algunas escenas como las de las justas están logradísimas, con posturas imposibles de pezuñas derrapando tras el frenazo de la embestida. Incluso me he fijado, o al menos me da la impresión de que puedes diferenciar claramente entre los caballos árabes, más esbeltos y estilizados que los del ejército franco, más robustos para llevar al caballero con su pesada armadura o la propia armadura del caballo. Esta diferencia es aún más notoria si los comparamos con las monturas de los
vascones, mas corpulentas y fornidas y con más pelaje. Vamos, el caballo de monte de toda la vida
Yendo al grano, que si os gusta la mitología y la historia (ambas cosas no tienen por qué estar reñidas) el comic europeo y las historias bien contadas, este comic es para vosotros y lo vais a disfrutar a conciencia. Comentar también que con el siguiente número terminaría este arco dedicado a Roldán, pero no la serie propiamente dicha.
Juan Luis Landa comentó que tras este arco quería continuar con más cositas de
Carlomagno, pero también de los
visigodos, del
emirato de Córdoba, de las
montañas y mitos vascones e incluso del lejano
imperio bizantino. Vamos, que aventuras no nos van a faltar.
También me gustaría que en los siguientes tomos se explorara el tema de la mitología vasca, y creo que así será porque, aunque sólo lo veamos de soslayo en este tomo, se puede adivinar (espero no equivocarme) que la mano que recoge el collar que pierde
Suleiman en territorio vascón es la de un
jentilAh, se me olvidaba, en las guardas del tomo viene un espectacular mapa político del siglo VIII que ayuda (y mucho) a ponerte en escena. Nos marca en rojo los territorios donde se desarrolla la acción, en este caso todo el
territorio vascón (sur de la actual Francia y norte de España) pero también todas las regiones del reino de los francos (
Aquitania, Lombardía...) el imperio bizantino, los reinos anglosajones etc. etc. Muy útil, la verdad.
El tomo editado por Yermo en robusta tapa dura con 64 páginas y un precio de 17 pavazos rezuma calidad por los cuatro costados. Caro, sí, pero
Juan Luis Landa merece el esfuerzo.