Hoy le he dado una relectura a
Mal Momento, Mal Lugar.
"Mal momento" es buenísimo, como todo lo de Criminal, pero es que lo de "Mal Lugar" es superlativo
Ojito al remedo de reseña que viene a continuación de "Mal Lugar", que va con spoilers.
Ella se llama Gabby, tiene un año más que él. Es pura energía y vitalidad. Alegre como un día de verano. Quiere descubrirlo todo. Vivirlo todo. Romper las reglas. Es guapa, muy guapa. Dos coletas a los lados hacen que le brillen los ojos.
Él se hace llamar Mike. Su verdadero nombre es Tracy. No quiere llamar la atención. Le gusta pasar desapercibido. Mantener el perfil bajo. Su mirada es triste, sus manos fuertes, su voz serena. Sus ojos azules enamoran.
Ella ríe a carcajadas. Sonoramente. Él esbozará una sonrisilla cuando a Gabby le resbale el helado de fresa por la mano. Ojalá no se manche el vestido.
No olvidarán esos momentos en el Twistee Treat, ni la hamburguesa con patatas y Coca-Cola en las mesas de madera del Truck Stop. Ella comentará feliz algo trivial y le hará un regalo. El la mirará con sus ojos azules y le romperá el corazón. Es lo mejor. Ahora, antes de que sea demasiado tarde.
Ella se llama Gabby y es un año mayor que él. Tracy, que se hace llamar Mike, aún no ha cumplido los trece.
Ojo, que si ya he avisado antes de spoilers, a partir de aquí vienen pegando fuerte. A partir de ese regalo de Gabby, los Brullips se dedicarán a romper el corazón del lector. No una ni dos ni tres veces. Serán cuatro.
Una con la foto de Gabby, Otra con la dedicatoria, una tercera con la foto destrozada y una cuarta con la frase que cierra el cómic. Porque aunque Teeg, su padre, no se acuerde de nada al día siguiente, Tracy será incapaz de olvidar, o al menos, así me gusta pensarlo a mí.
Y todo impregnado con ese aroma ocre y viciado de niñez destrozada, maltrato físico y dolor emocional.