He leído Coleccionable La Espada Salvaje de Conan Nº 88.
Nos acercamos al final de la colección, y Planeta reorganiza los contenidos originales, suponemos que para cuadrar la paginación de cada tomo, evitando partir historias como al inicio del coleccionable. Desconozco si esto es heredado de la edición de Dark Horse o una decisión patria. Hay alteraciones un poco extrañas, que realmente no afectan al a lectura, pero sí que son un poco discutibles. Pero, bueno, lo importante es que se puede leer sin problemas. Cabe destacar, que en los últimos copases de la revista se volvían a incluir más artículos, ilustraciones de diversos artistas y relatos protagonizados por Kull y Red Sonja, los cuales son omitidos en esta edición. Todo ello obedecía a un intento de dar un nuevo enfoque al magacín, más en consonancia con sus inicios, aunque no fue suficiente para vitar su cancelación poco tiempo después.
La primera parte del tomo está sustentada por la línea argumental protagonizada por Conan y Red Sonja, que continúan su viaje temporal. En primer lugar, tenemos los dos capítulos que completan la trilogía publicada en The Savage Sword of Conan #226, así como su continuación en el 229. Mientras el cimmerio ocupa el lugar de Kull en el reino de Valusia, la guerrea hyrkania irá en busca del monarca en los días en los que la ciudad de las maravillas fue destruida por el cataclismo que dio origen a la Era Hyboria. Una vez resuelta la trama pendiente de la novela gráfica Conan: The Ravagers Out of Time, la pareja protagonista viaja al pasado en Acheron, donde se ven envueltos en una rebelión contra la monarquía, que cuenta con aliados como Xaltotun. Los lápices de Mike Docherty, entintados por el filipino E.R. Cruz, dan vida a un serial muy entretenido que tiene un innegable sabor a revista pulp, profundizando en ciertos aspectos del universo de ficción creado por Robert E. Howard. Además, cabe resaltar que estos viajes en el tiempo nos ofrecen algunas reflexiones importantes sobre la importancia del vivir el presente, donde vemos a un Roy Thomas mucho más filosófico de lo habitual. Asimismo, el escritor sigue ahondando en esa comparativa entre dos de las creaciones más importantes dle escritor tejano.
La segunda parte de este volumen incluye un auténtico rosario de relatos de todo tipo en los que Thomas sigue realizando auténticos ejercicios de continuidad con resultados más o menos satisfactorios. "Mayoría de edad", por ejemplo, es una historia en la que asistimos a una de las pruebas de madurez cimmeria, cuando Conan se enfrenta a un toro para demostrar su valor y su fuerza. En apenas 8 páginas, el guionista establece una relación con lo que de ha visto en los primeros números de Conan the Adventurer, nos presenta de manera formal a los padres de Conan, y establece una relación no del todo cordial con Corin, su padre, que espera que su hijo sea un herrero en lugar de un guerrero, pese a que parece haber nacido para la batalla. El dibujo corre a cargo de Mark Pennington, entintado por Jason Minor, dos artistas muy verdes cuyo resultado es algo pobre y con un aire noventero no demasiado agradable a la vista, aunque no es lo peor que veremos en este tomo.
Por su parte, "Tesoro" es una adaptación del poema homónimo de Jim Neal, un colaborador habitual de la revista en los primeros tiempos de Thomas, que además supone una secuela de "La gema en la torre", una historia basada en el relato homónimo de L.Sprague de Camp y Lin Carter, cuya adaptación se publicó en The Savage Sword of Conan #45. Se eliminan los bocadillos para dar paso a cuadros de texto en verso, que nos llevan por una historia de piratas capitaneados por Conan en su época por las Islas Barachas. El dibujo recargado de Rey García no está mal del todo, pero también adolece d ese 2noventerismo" extremo que cusan muchos dibujantes de esa década, sobre todo en los rostros de los personajes, un poco al estilo Jim Lee, Portaccio y compañía.
Después tenemos "Un horror de color diferente", que nos devuelve al tablero de dibujo a un clásico de la revista, el artista filipino Ernie Chan, que colabora con Roy Thomas en una adaptación libre de un relato de Ambrose Bierce, el cual está más cercano al terror que a la fantasía heroica. Nuestro protagonista se las verá con un ser invisible, destacando especialmente la narrativa de Chan, un dibujante que si bien ha destacado como entintador, ha realizado buenos trabajos como dibujante en la revista, pese a sus carencias en ciertos aspectos. A continuación se incluye "El fénix en la sombra", un nuevo ejercicio de continuidad por parte de Thomas, ya que realiza una secuela del clásico relato de Howard "El fénix y la espada", dándole un último uso a la mítica arma y destapando aun más si cabe la conspiración sobre el rey Conan y el papel de Toth-Amon. No está nada mal, a pesar de que seguro que alguien puede pensar que no había necesidad de añadir nada al relato de Howard, o de que algunas explicaciones que obtenemos aquí eran totalmente innecesarias. No obstante, Thomas construye una historia muy entretenida, que profundiza en ciertos aspectos de Conan como rey. Quizá lo peor de todo es el dibujo de Fred Harper, un artista que a mí personalmente no me gusta como dibuja, ni me parece que obtenga muy buenos resultados. Se le ve cierta influencia de Richard Corben, pero es muy irregular en mi opinión.
Finalizamos con "La carretera de Shondakar", un relato que parte de una serie de ilustraciones de Pablo Marcos, a las cuales Roy Thomas le da un argumento sin diálogos y unos cuadros de texto en verso. Si no recuerdo mal, ya se hizo algo parecido hace algunos años con una serie de ilustraciones de Ernie Chan. El resultado es interesante, y las ilustraciones de Marcos son muy chulas, es un artista que se mueve muy bien en este género, que duda cabe. A mí lo que no me termina de convencer es la traducción, algo que no es la primera vez que observo en el trabajo de Isusi, ya que suele traducir "road" como carretera, incluso en el habitual Camino de los Reyes. Quizá "El camino a Shondakar" hubiese sido una traducción más adecuada a la Era Hyboria, no choca tanto al menos. La verdad es que el traductor ha ido puliendo mucho su trabajo a medida que ha avanzado el coleccionable, aunque en le hubiese venido mal una buena revisión, sobre todo en ciertos aspectos de los diálogos, principalmente en la expresiones. Sinceramente, no ha habido casos tan impactantes como en los primeros tomos, o yo ya he dejado de fijarme tanto, pero de vez en cuando sí que se cuelan expresiones que chocan mucho y que para nada son propias de este mundo ficticio como es el caso del título de esta historia, por ejemplo. Sea como sea, me pongo al día, y espero poder disfrutar pronto del final de la serie. Ha sid un arduo camino, pero ya estamos a punto de finalizar...