La distribución, no siendo del todo mala, era irregular dependiendo de muchas cosas.
En el pueblo de mi madre habia 4 kioskos y 1 librería con comics, y no llegaba todo. Y no ayudaba que el dueño del kiosko que traía más, ojo al dato, no sabía leer

Era un señor muy viejo y lúgubre, no recuerdo si exmilitar o exguardia civil mutilado durante la guerra, analfabeto, las cuentas, los pedidos y devoluciones se los hacía la hija y le tenías que pedir señalando o diciendo el color de la portada. El señor se murió y se quedó el kiosko la hija que mejoró la organización.
En el pueblo de mi padre mejor, mas kioskos y librerías con comics, y una llevaba todo. Allí mi problema fue con los kioskos de cambio, pero esa es otra historia.
Y en Castellón, la distribución rara. Habia kioskos que llevaban todo o casi, pero otros no. El problema era más conseguir tus colecciones antes que otro comprador, porque llevaban pocas copias, a veces solo una, y te podías quedar sin y tocaba buscar en otros sitios. Iba a dos kioskos, muy cerca de casa que me evitaba problemas porque en el barrio había delincuencia juvenil que iban a por los otros niños, a por dinero para meterse, pero también a por chuches, juguetes o comics para ellos o ¿revender?, algo que durante años, incluso de adulto me hizo desconfiado y ocultar las compras.
En uno de esos kioskos lo llevaban todo y además hasta un día antes, porque el marido de la dueña era el repartidor de la furgoneta de prensa

Ese acabó convirtiéndose en mi kiosko de referencia durante años, hasta que cerraron.
Otro problema de la distribución que no se si os pasaba, era que al llegar el verano, julio o agosto, cerraban todo y eran las vacaciones de los distribuidores que volvía aún más caóticos los repartos, con lo cual conseguir los números de esos meses se convertía en una odisea, recorriendo media ciudad buscando el kiosko abierto, que le llegara el comic y que no lo hubiesen vendido.