Ese tomo es el culmen de la tendencia de los últimos años que trata el comic de superhéroes como un artículo de decoración para viviendas frikis más que como un objeto para ser leído y disfrutado.
Cada vez productos más inmanejables, de lectura más incómoda, caros, pesados, con slipcases absurdos, hasta llegar a esto, que es un "coffee table book" en toda regla, un libro que podría poner mi abuela en la mesa "para hacer bonito" junto con uno de recetas de Arzak que no hay dios que replique en una cocina normal y cualquier libro de fotografías de Taschen. 7 de cada 10 de esos libros no van a ser leídos al completo jamás.
Yo creo que hemos tocado fondo, pero aún podemos esperar alguna sorpresa.