He leído
Capitán América Nº 100/1.
Tengo que reconocer que tenía ganas de ver que intenciones tiene Ta-Nehisi Coates para con esta serie. Se trata de un reputado periodista de opinión que su interés por los cómics le ha llevado a meterse en el mundillo, aunque aún tengo pendiente de leer la serie de Pantera Negra, no me parece una mala opción a priori. Creo que estamos ante un autor a caballo entre Waid y Spencer, más cerca del segundo que del primero y que pretende aprovechar lo sucedido tras Imperio Secreto para profundizar en sus consecuencias. Si bien es cierto que Waid dejó un poco de lado ese tema, Coates parece decidido a explotarlo al máximo, presentado a un protagonista que duda de sí mismo, pero que también ve la confianza que tenían en él y lo que representa tiene muchas fisuras, no solo entre la gente, sino también entre los que ostentan el Gobierno de Estados Unidos. Además, desde Rusia, surge una organización que se perfila como anti-Hydra, pero que también considera que Estados Unidos es ahora un país vulnerable, por lo que llega le momento de resucitar una especie de Guerra Fría plagada de conspiraciones y luchas contra el símbolo y el patriotismo desde dentro. Todo ello orquestado por Alexa Lukin,
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Sinceramente, no sé muy bien que pensar. No voy a negar que algunos de los conceptos que plantea aquí Coates son interesantes. De hecho, utiliza muy bien la voz en
off de los textos de apoyo para con un estilo propio de la novela introducirnos en la mente de los dos antagonistas y así poder reflexionar sobre las dos posturas. Él mismo admite que sus obras no son para responder preguntas, sino para plantear cuestiones, y es evidente que en este primer arco argumental todo ha ido encaminado hacia esa base. De entrada, me parece interesante, y me gustaría ver un poco como evoluciona la etapa para forjarme una opinión con mayor sustancia, pero sí es cierto que aunque la idea es buena, el desarrollo es un poco plano. Falta aquí un poco de sentimiento y una mayor transmisión de los conceptos. Su antecesores tenían mucha fuerza en ese aspecto, algo que te hacía sentir emociones, aquí no hay nada de eso, es casi como si fuese un noticiario periodístico, sin demasiada alma y con mucha información que al final solo pretende dejar reflexiones, pero sin ninguna respuesta a nada, siendo el lector el que debe llegar a sus propias conclusiones. No me parece un mal enfoque tampoco, pero sigo pensando que a estos tebeos le faltan algo que supongan un verdadero enganche a lo que propone Coates, y en este arranque yo no lo veo por ningún sitio.
Por otra parte, la presencia de Leinil Francis Yu tampoco se puede decir que ayude en exceso. Yu es un buen dibujante, o por lo menos lo es en la mayoría de ocasiones, pero también es algo rígido y su trazo grueso característico nunca se ha destacado por trasmitir demasiadas emociones. Un tebeo con tantas conversaciones donde los gestos faciales son sumamente importantes, pierden mucho efecto con un dibujante que a mi modo de ver presenta una carencia precisamente en ese aspecto. Aunque narrativamente hace un buen trabajo, y a mejorado mucho en los últimos años, sigue mostrando ese defecto en su trabajo y aquí creo que es en parte responsable de que el guion de Coates se reciba como un concepto interesante, pero con un desarrollo y evolución insuficiente, y no del todo satisfactorio. No obstante, tampoco es un mal tebeo, y se lee con bastante interés, de hecho, porque le tema es interesante y creo que encaja muy bien en una serie como la del Capi, pero parece que no termina de despegar, y de hacerlo, lo hace de manera muy lenta y pausada, faltando algo de ritmo y sustancia, para un formato como el cómic mensual. Le voy a dar el beneficio del a duda, pero si sigue en esta línea es muy posible que con este estilo algo apático, acabe por dejar la serie mucho antes de la subida de los precios...