El caso de los supers es realmente singular. Creo que tiene que ver con algo de lo que dijo Moore y lectores que no dejan que sus personajes crezcan.
Ese comentario me pareció de sinvergüenza en su momento y me lo parece más aún ahora. Ojo, en boca de Moore, no en la tuya.
Aviso que posiblemente me salga un rollazo, ¿eh?
1. El mayor activo de las editoriales que publican cómic de superhéroes son sus personajes.Si Marvel y DC siguen manteniéndose, es gracias a que sus personajes son tremendamente populares.
¿Puedes dejar crecer a esos personajes? Pues sí, claro, pero si pasan cosas (algo bastante recomendable si no quieres que la gente deje de comprar el tebeo en cero coma tres) tarde o temprano vas a llegar a un punto de no retorno para dicho personaje. Ahí tienes dos opciones: o finiquitas al personaje o lo devuelves a un estatus en el que se puedan subir nuevos lectores.
Y durante décadas, el cómic de supers fue así.
El problema llega cuando las cifras de ventas son una mierda en comparación con las de décadas pasadas. Hay quien dirá que es porque los personajes no crecen, y yo diré que mis cojones en remojo, que es porque los hábitos de los nuevos lectores potenciales han cambiado y ya no hay un "nuevo mercado" tan grande como el que había antes.
Así, ante esa circunstancia, el estatus al que debes devolver a tus personajes para que sigan vendiendo no debería ser un nuevo "punto cero", porque corres el riesgo de perder al lector veterano y que el nuevo lector no sea tan abundante como para asegurar las ventas.
Y por eso, cada vez es más abundante en Marvel el "micro-reinicio" que devuelve a los personajes a mitad de camino en lugar de llevarlos de nuevo al "punto cero".
En DC no, en DC van a lo loco y luego pasa lo que pasa, que los lectores nuevos no saben por dónde les sopla el aire, los veteranos se cabrean y al final tienen que estar sacando unas Crisis cada veinte minutos que les asegure un poco de pan para hoy con el que afrontar el hambre de mañana hasta un nuevo punto de suministro de pan.
2. Para que los personajes crezcan, es necesaria una renovación de personajes.Tal cual. Si llevas a Spiderman a un punto en el que ya no tienes más que contar sobre él, ¿por qué no dejar de contar sobre él y buscar nuevos personajes que cubran ese hueco?
La respuesta más directa es porque es muy complicado cubrir el hueco de los personajes que más venden. Y si matas a tu gallina de los huevos de oro, lo mismo acabas llevándote la editorial por delante. Si Marvel o DC quieren seguir asegurándose un futuro, no le queda otra que no dejar que "crezcan demasiado" sus valores fijos como Superman, Batman, Spiderman, Lobezno, etc.
Hay personajes que han calado hondo fuera de Marvel y DC, obviamente. Pero con las circunstancias de mercado actuales, bien que se cuidan sus autores de que ese "crecimiento" sea lo más largo posible con los personajes que pueden dar de comer a unos niveles como los de los superhéroes de las
majors (véanse casos como los de Hellboy, Los Muertos Vivientes, Invencible, Spawn, etc). Nadie quiere matar a la gallina. Nadie.
3. ¿Matemos la continuidad?.Reiterando que el mercado ya ni de coña llega a las cifras que se manejaban hasta los 90s y que el elemento del chaval que gastaba (gastábamos) la paga en tebeos se ha convertido en el chaval que gasta la paga en formas de ocio que requieran un menor esfuerzo de concentración y tiempo, se me antoja imprescindible no perder a los lectores veteranos que siguen sustentando la industra del cómic.
Así, voy a ponerme en una situación ficticia: ¿Y si Marvel reiniciara totalmente su universo de ficción para poder dar entrada a nuevos lectores?
Se podría dar el caso de que fuese un exitazo, por supuesto. Se perderían algunos lectores veteranos (pongamos Adamvell, por ejemplo), que aprovecharían para dar carpetazo a su historia de amor-odio con Marvel gracias a una clara puerta de entrada que también sirve para salir.
Pero se corre un riesgo, el de que haya más lectores veteranos saliendo que nuevos lectores entrando
y quedándose a medio/largo plazo. Y si esto se diese, Marvel se iría a pique a medida que esos nuevos lectores fuesen perdiendo el intererés, algo nada descabellado si tenemos en cuenta que su recién descubierta afición por los cómics puede ser una moda pasajera, lo que no te ocurría con el lector consolidado.
Por poner un par de ejemplos de "puertas de entrada" para nuevos lectores, tenemos un Universo Ultimate en Marvel en el que la gente se fue escapando paulatinamente a medida que "pasaban cosas" y los personajes "crecían", y el reciente reinicio de una DC a la que cada vez se le notan más
tics desesperados de querer recuperar a un público veterano.
4. Conclusiones.Los hábitos del mercado han cambiado, pero no así el lector, que en muchos casos sigue siendo el mismo que se enganchó en la época de "las vacas gordas" en las que las grandes editoriales que publican cómics de supers se podían permitir que pasaran cosas o incluso pegar un reseteo a sabiendas de que las cifras de ventas seguirían siendo buenas.
Ahora el lector, por lo general, ya no sigue colecciones concretas, sino etapas concretas. Etapas con principio, nudo y desenlace. A eso es a lo que se ha dirigido el cómic de supers y eso es lo que le mantiene a flote. Y eso, aunque no lo parezca, es lo que sigue abriendo la puerta a nuevos lectores sin arriesgarse a perder los antiguos de forma masiva.
Me gusta pensar que ni las editoriales ni los lectores quieren que Marvel y DC acaben como... Wildstorm, por ejemplo.
5. El curioso caso de Alan Moore.Alan Moore es una persona muy inteligente, de eso no me cabe duda. Pero también es un listo.
Pide que los supers crezcan, algo que requeriría riesgos y renovación. Y oye, eso está muy bien, a mí también me gustaría, porque cuando más he disfrutado de los supers era cuando crecían (y yo con ellos). Pero él nunca hizo nada para que crecieran.
Coges sus obras y sí, ves como intenta (y consigue) hacer crecer el género. Pero lees sus aportaciones a los personajes de Marvel y DC, que son a los que reprocha que no crezcan, y te das cuenta de que su mayor aportación a ese crecimiento de los personajes ha sido dejar paralítica (y por tanto fuera de juego) a Bárbara Gordon.
Buscas sus aportaciones a una renovación de personajes y te quedas con la sensación de que en todas las oportunidades que ha tenido en Marvel y DC para crear nuevos iconos que permitan jubilar a los Spiderman, Batman o Superman de turno lo único que ha perdurado ha sido John Constantine, y más por el esfuerzo de otros autores que del suyo propio.
Revisas sus obras ajenas a Marvel y DC en busca de esa imaginación tan productiva como para crear nuevos mitos que sustituyan a los ya existentes (sí, a esos a los que no dejamos crecer), y te encuentras con Supreme (inspirado en Superman), con los personajes de Watchmen (inspirados en los personajes recién comprados a Charlton Comics por parte de DC), con Miracleman (que es una renovación -y más allá- del Capitán Marvel), con esa Liga de la Justicia que utiliza en Top Ten, con su, ejem, Liga de los Hombres Extraordinarios,...
Que nadie me malinterprete: yo creo que Alan Moore tiene razón, aunque por los motivos que he expuesto antes no creo que sea tanto que los lectores no dejamos crecer a los personajes como que no queremos arriesgarnos a perderlos para siempre. Y creo que Alan Moore, por su talento y su mente preclara, es el mejor escritor de tebeos de superhéroes que ha existido y probablemente existirá. Pero también creo que en este caso ha perdido una ocasión extraordinaria para quedarse callado, porque posiblemente sea de los menos indicados para criticar la paja en el ojo ajeno.
Y sí, al final me ha salido un rollazo
Pd: sobre lo que está tramando Marvel, que al fin y al cabo es lo que nos ocupa, lo que preveo es una nueva puerta de entrada que no sirva claramente como puerta de salida. Y con eso, con la ilusión de que se abra un nuevo escenario en el que contar nuevas y buenas historias sin invalidar las viejas y buenas historias, ya me doy con un canto en los dientes.