He leído
La Cosa del Pantano: La muerte no descansa.
Se trata de un tomo que recopila una miniserie de seis números publicada originalmente en 2016, obra de Len Wein y Kelley Jones. El creador del personaje se reúne con uno de los artistas oscuros del cómic
mainstream por excelencia para presentar un obra que tiene cierto regusto clásico. Ha sido una lectura entretenida, pero creo que el argumento de Wein tiene algunos agujeros, no demasiado importantes, pero sí destacables. El primero es que en un principio a mí me ha dado la sensación de que esto tenía trazas de serie regular. Y es que todo comienza con una pequeña aventura contra un zombie, que se resuelve bastante rápido, pero que tiene una subtrama que nos lleva al punto álgido de la miniserie. Me resulta curioso que al ser, presumiblemente, un proyecto cerrado, el guionista construya realmente dos historias en una.
Después de ese punto de arranque, la trama gira en torno a aquello que promete la contraportada, que no es otra cosa que los dilemas interno de Alec Holland, harto de ser la Cosa del Pantano y deseoso de recuperar su vida humana. Para ello entra en escena su viejo amigo Matt Cable, que
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Como decía al principio, es una lectura entretenida, pero entre los continuos cameos de personajes del ámbito mágico del Universo DC y la repetición de una situación que ya se ha visto en otras ocasiones, la historia pierde algo de frescura. También adquiere ese tono de aventura
team-up que sí caza más con un proyecto como esta miniserie, al contrario que en los episodios iniciales.
Sinceramente, no está mal, quizá algo añeja para ser una historia del 2016, pero dentro de lo que cabe es entretenida. En el apartado gráfico tenemos a un Kelley Jones que se encuentra en su salsa, sobre todo con ese tono propio del terror del principio, pero que va desentonando un poco más a medida que pasa del terror a lo superheroico, por mucho que tengamos de por medio temas sobrenaturales y mágicos. Jones es un artista muy peculiar, y tampoco está en su mejor momento, o al menos a mí me lo ha parecido, pero sí está en su línea habitual. Supongo que aquellos que les guste el artista pueden disfrutar mucho de sus páginas aquí. En definitiva, lectura entretenida, con sus luces y sus sombras, que sirve para reencontrar a la creación con su creador, que si bien es cierto que podía haber profundizado más en algunos aspectos puede servir perfectamente para pasar un buen rato tanto a los amantes del personaje como a los del género.