Ahora sin dolor de cabeza he leído esta entrada de ADLO, muy antigua, pero la acabo de descubrir gracias a un comentarista de ZN:
El Decompressive Storytelling y la madre que lo trajo al mundillo (parte 5 de 5)
Y me acabo de dar cuenta de que hay varias más.
"Me he leído este recopilatorio en cinco minutos y me he quedado igual"
"Es que no está hecho para leerse en recopilatorios sueltos, sino la serie completa"Magnífico.
De todas formas, creo que la argumentación tiene trampa.
No digo que todas las historias adolezcan de los mismo, pero si nos vamos a los años 40, 50 o 60, las historias de presentación que allí se narraban eran una soberana tontería. Narrar el origen de un personaje, sus motivaciones, su catarsis y su metamorfosis, en una decena de páginas, con diálogos de chichinabo, es a todas luces superficial y "acartonado".
Vaya por delante, que quitando el factor nostalgia, historias como las de Bob Kane en su Batman primigenio, son , leídas hoy día, poco menos que "arcaicas", cuando no risibles y ridículas, al desgranar la simplicidad del argumento. Como cualquier otra cosa, son "hijas de su tiempo" y no creo que nadie pretenda, que los guionistas de cómics retomen estas estructuras totalmente desfasadas de hace 60 años. Habría que ver lo bien que venderían...
No digo que lo de Bendis, u otros autores, no pueda tener tela, o que con otras décadas y otros autores, no se "alimentara" más al lector con un número, como en la época de Claremont o Stern, por ejemplo, pero tampoco hay que exagerar, y si valorar el marco temporal de cada historia.
También tenemos por ahí, el caso de los bocadillos de apoyo de Stan Lee, que en ocasiones asfixiaba por completo la historia y al lector.
A cada cosa su tiempo; la narración, la acción y la evolución de los personajes necesitan "mimo", para que resulte creíble, sea en 10 páginas (Poco) o en 100 (Mucho), la cosa es que haya intención de contar una historia y de que esta sea "asumible" por el lector.
Mucho he oído hablar de este fenómeno, pero sigo creyéndolo una exageración, con gran parte de razón, pero alarmista en exceso.