He leído
Essentials Liga de la Justicia de América: La senda del Tornado.
Con este tomo doy por concluida mi lectura de material pendiente de la JLA y tengo que reconocer que ha sido un buen colofón. Aunque no tenía las expectativas muy altas con respecto al tomo, que llegó a mis manos por una de esas carambolas extrañas del mercado de segunda mano, me ha parecido una buena lectura. Creo que no he leído ningún guión de Brad Meltzer que pueda considerarse malo, o al menos ahora no me viene a la mente ninguno, además de ser el autor que consiguió sorprenderme con esa pequeña joya que es Crisis de Identidad. En este inicio del nuevo relanzamiento del grupo repite un poco aquella fórmula, con esa narrativa orientada al suspense del argumento, con villanos en la sombra que que se van perfilando como una coalición conspiranoica de lo más interesante, consiguiendo que el lector acabe atrapado en la trama. A nivel de enganche está muy bien, la verdad. Pero como digo, se le ven ciertos tics y repeticiones de la miniserie citada, al igual que en ciertos momentos me da la sensación que se alarga la trama un poco. Esto leído mes a mes quizá se notará algo más, pero en la edición en tomo apenas se aprecia. Pero realmente son nimiedades que no interfieren en el disfrute de la lectura que me ha parecido sumamente ameno y divertidos.
Uno de los aspectos destacables del contenido de este recopilatorio es como el guionista construye su Liga sin olvidar en ningún momento la interesante trayectoria del grupo. Esto se refleja perfectamente en ese número cero con el que se inicia el tomo y donde desfilan varios dibujantes de todo tipo, en el que podemos ver el recuerdo de como afectó al equipo y sus relaciones momentos importantes no solo de la JLA, sino del Universo DC en general. Siempre desde la atenta mirada de la Trinidad deceita y los que prácticamente son los pedos pesados de la formación y de la editorial: Wonder Woman, Batman y Superman. De hecho, una de las diferentes subtramas muestra como son ellos los encargados de ir eligiendo cada miembro de esta nueva encarnación, aunque al final, el destino tiene otros planes, lo cual me parece un punto a favor de Meltzer, que obviamente lo tenía todo planificado desde el principio, pero transmite la sensación de causalidad con los personajes de manera muy conseguida. Bajo mi punto de vista, estamos ante un escritor con oficio que respeta el pasado, pero que construye su propio presente, de manera que nos encontramos con esa combinación tan interesante del concepto clásico del cómics de superhéroes grupal con la forma más actual de realizar tebeos. me ha parecido, en líneas generales, una trama muy bien elaborada, con diferentes giros que consiguen sorprender al lector, pero que en el fondo no deja de utilizar los mismos elementos de siempre bajo una nueva pátina más moderna y renovada. Los clásicos antagonistas de la JLA están ahí y los iconos habituales también, pero todo está muy bien planteado para transmitir esa sensación de novedad refrescante que no solo atraiga al lector novel, sino que sirva para que el más veterano también pueda disfrutar del grupo más importante de DC.
Más allá de la obligada Trinidad o de viejos conocidos como Hal, Oliver Queen y Dinah Lance, tenemos nuevas incorporaciones como Red Arrow, que ejemplifica perfectamente lo que supone le relevo generacional en DC, ahí como el regreso de antiguos miembros como Vibe, cuyo escueto papel me ha parecido muy interesante. Me parece un personaje con mucho potencial, y no tiene nada que ver con la exuberancia con la que lo muestra Ed Benes.
Pero si hay un protagonista principal en este tomo ese es Tornado Rojo, un personaje semiolvidado, con el que el guionista consigue captar nuestra atención convirtiéndole en alguien mucho más interesante de lo que cabría esperar. Aquello de que no hay personaje malo, sino guionistas que no saben que hacer con él creo que es algo que se ajusta muy bien a lo que podemos presenciar a lo largo de esta saga. Si bien es cierto que todo se fundamenta en algo tan trillado como el androide que quería ser humano, y que posiblemente muchos lo vean como una versión deceita de la Visión, el miembro de los Vengadores, hay que reconocer que Meltzer consigue construir un argumento lo suficientemente atractivo como para mantenerte pegado al sillón para ver cual será el destino final de la creación del Dr. Morrow. Original no podemos decir que sea, pero sí me parece interesante el enfoque de la trama. el tratamiento de los personajes y, sobre todo, el trasfondo humano que transmite, algo que al fin y al cabo es uno de los elementos más importantes de una historia de estas características: conseguir transmitir emociones al lector; y en eso, creo que el guionista da en clavo.
Argumentalmente creo que es una buena historia, además del inicio de una colección con bastante fuerza, no sé si toda la etapa del autor mantuvo este nivel, si fue a mejor o a peor, pero desde luego no se puede negar que deja con ganas de ver que hace después de esto. Desgraciadamente parece que no tuvo que vender bien este tomo, porque ni ha habido continuación, ni se la espera. Una pena, porque hay alguna subtrama que queda pendiente, algo que me parece interesante, ya que el autor planta semillas que parece querer desarrollar más tarde. Otro de esos conceptos más clásicos del cómic de superhéroes que pocos guionistas cultivan, pero que no está totalmente en desuso.
Finalmente, comentar que el apartado gráfico corre a cargo de Ed Benes, un autor de corte noventero y con un estilo que recuerda mucho a Jim Lee, pero sin abusar tanto de la espectacularidad y de la sensualidad de las féminas, aunque siempre algo queda, claro. A mí es un autor que siempre me ha gustado, a pesar de sus carencias, creo que mantiene cierto equilibrio entre la narrativa y la espectacularidad, pero sin pasarse. Incluso diría que ha pulido mucho su estilo en los últimos años, mostrándose más correcto anatómicamente y con una mayor profusión por el detalle. Desde luego no es Neal Adams, y algunas perspectivas no son precisamente muy adecuadas, así como su estilo facial es casi repetitivo en ocasiones, pero a pesar de todo, creo que no lo hace nada mal y ayuda en cierta forma a disfrutar de una historia que no es solo pura acción, sino que también es una historia de pasión, humanidad y drama; un tornado de sensaciones que sirvió para dar comienzo a una nueva etapa de la JLA hace ya una década. Como pasa el tiempo...