Pues sacando ratitos de donde podía me he leído Nameless, obra del escoces Grant Morrison al guión y Chris Burnham al dibujo. Me he plantado ante esta obra sin saber ni de que va, pero siendo una obra de Morrison y con la portada tan chula que tiene no había mucha necesidad de convencerme de aventurarme en este viaje.
Una vez terminado el tomo no se si tengo muy claro de que va la historia y espero sacar mañana un rato para releerlo porque creo que me va a merecer la pena y voy a disfutarlo bastante. A primera vista (o lectura) Nameless me ha parecido una obra de terror cósmico que va jugando con la desorientación, la ciencia ficción, el gore, lo onirico e incluso la religión y que pese a que no logres captar todo el puzzle que te presenta Morrison te ofrece un espectaculo digno de agradar a cualquiera por lo entretenido e interesante que resulta.
La trama que presenta Morrison incluye viajes espaciales, incursiones en el mundo de los sueños, viejos dioses, historia antigua y todo ello es hilado con un filo hilo invisible que a veces es complicado seguir y saber que es real. Y ahí es donde esta la mayor gracia de la obra, en intentar poner algo de orden en las diferentes tramas e intentar tener una visión de conjunto. Mientras, Morrison filtra un discurso segun el cual el ser humano pudo ser corrompido hace mucho y todos en nuestro interior tendriamos un "mal" que responde a un poder ancestral y que nos hace hacer las cosas que hacemos y que luchar contra el es tan inutil como intentar contener al oceano. ¿Somos culpables de nuestros crimenes? ¿Dios es el demonio? ¿Qué somos?
En la parte gráfica el trabajo de Chirs Burnham es sensacional, con un estilo muy saturado y lleno de agresividad nos ofrece un espectaculo visual espectacular. Lo cierto es que me ha recordado nada mas verlo a Daniel Warren Johnson, el autor de Extremity. El color de Nathan Fairbairn con una paleta bastante oscura aumenta la intensidad visual de la obra y le queda de maravilla.
Personalmente he disfrutado bastante de esta lectura, aunque aun necesite posarla y creo que merece bastante la pena su lectura, sobre todo para los fans de Morrison, ya que en esta obra tenemos al autor escoces en plena forma.