He leído
Batman: Condenado.
Esta vez la "oferta gatuna" ha conllevado un despiste por mi parte, ya que pensaba que era el recopilatorio en color, sin embargo se trata de una edición limitada en blanco y negro. Errores que comete uno por no estar al tanto de las novedades que van saliendo. La verdad es que no soy un particular fan de versiones de este tipo, ni tampoco tengo una especial aversión hacia el blanco y negro. El trabajo de Lee Bermejo luce bien de ambas formas, aunque admito que quizá en color hay una mayor atmósfera, teniendo en cuenta la idea que quiere transmitir Brian Azzarello. Sea como sea, creo que se puede disfrutar de ambas formas del cómic. También hay una pequeña diferencia de dos euros entre ambas ediciones, de forma que cada uno ya puede valorar que prefiere, si no es tan despistado como yo, que tengo tantas cosas pendientes que se me cuelan ediciones que no controlo demasiado. Más allá de la anécdota, lo importante es que ha sido una buena lectura, con aspectos interesantes, que intentaré compartir con vosotros más abajo.
El tándem artístico de Azzarello y Bermejo ya ha realizado otras obras antes, por lo que quizá no necesite mucha presentación. Esta obra, publicada originalmente como una miniserie de tres números, va un poco en la línea de su novela gráfica "Joker", la cual parece que sirvió un poco de punto de partida para este proyecto, pese a que se acabaría retrasando en el tiempo. Enmarcada dentro del sello
Black Label la historia parte de una premisa algo engañosa, ya que quizá el lector espere un trama un poco más detectivesca tras leer el texto de la portada. Al fin y al cabo, todo comienza con la aparición del cadáver del Joker en la orilla del río. Al parecer, Batman tuvo un encuentro esa misma noche con el villano, pero lo ha olvidado todo. A partir de ese momento, se afana en averiguar si él es el responsable de su muerte o si realmente el Joker ha muerto, y no se trata de otro de sus locos planes. Sin embargo, la trama, lejos de ser una investigación habitual se convierte más bien en un relato de terror donde las fuerzas sobrenaturales de Gotham son invitados de excepción. John Constantine es un secundario de lujo y servirá de guía al Caballero Oscuro en su viaje, aunque no será el único. También se pasean por etas páginas un demonio Etrigan convertido en rapero rimador, una Zatanna que se acerca más a una médium que a una maga, Deadman tratado como un fantasma algo pesado e inútil y la Cosa del Pantano. Todo ello nos lleva ha sumergirnos en el lado más oscuro de Gotham con un Batman atormentado por su pasado, recordando momentos previos a la muerte de sus padres, los cuales no parecían pasar por un buen momento en su relación.
La historia se aleja sin duda del canon que conocemos. Esto en un principio creo que es bastante irrelevante, porque prácticamente podemos considerar la obra una especie de Otro Mundos. Tampoco se puede decir que la continuidad en DC sea algo sagrado ni mucho menos. No obstante, es un aspecto importante para poder entrar en la propuesta de Azzarello que a través de una narrativa que funde el género de terror con el género negro, sobre todo empleando constantemente una narrativa de voz en off y llevando al protagonista a lugares atormentados de su mente, lo que le permite que Batman deambule entre la realidad y lo irreal. De ese modo, se establece una interesante metáfora que cobra mucho sentido en las páginas finales, cuando los autores nos conduce hacia un giro inesperado. El propio Azzarello lo define como un puñetazo en el estómago. Sin duda el momento cumbre de la miniserie, que de alguna forma nos define de un modo totalmente diferente lo que habíamos leído hasta el momento. Aunque yo pienso que los autores dejan la puerta abierta a distintas interpretaciones, a mí me da la sensación que lo que descubrimos es que
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Esto añade algunos aspectos muy interesantes ala historia, ya que todo el camino transcurrido hasta las páginas finales puede verse como una metáfora sobre la vida y la muerte. Una línea que algunos personajes pueden cruzar, pero que otros se niegan a hacerlo. Asimismo, el título cobra un mayor sentido, ya que la condena de Batman no está asociada al análisis psicológico que se desarrolla a lo largo de la historia, al internarnos en su mente y sus recuerdos, atormentado por una vida definida por su lucha contra sus propios miedos. Es más bien todo lo contrario, es una condena marcada por un destino que no puede evitar. Toda su vida ha intentado controlar todo lo que le rodea, así como cualquier situación que ha vivido. Alguien tan obsesionado por el control se siente impotente hacia algo que no puede controlar, un destino marcado que no puede evitar, por mucho que se resista. Sin duda es una obra bastante compleja, que nos lleva a distintas reflexiones existenciales, pero también está abierta a diversas interpretaciones.
A mí me ha gustado. Creo que Azzarello ha construido una historia muy interesante, con cierta dosis de profundidad, empleando al personaje con un poco de originalidad. Para ello es cierto que ha moldeado las cosas a su antojo, permitiendo que cada pieza del puzzle encaje, pero creo que el resultado es bastante positivo. Por otra parte, el apartado gráfico es magnífico. Una auténtica delicia para los sentidos. Lee Bermejo realiza un trabajo espectacular, donde cada página merece la pena ser admirada detenidamente. Como decía antes, quizá en color se transmita una mayor atmósfera y resalten algunos aspectos que se puedan perder con el blanco y negro. Sin embargo, yo la he disfrutado mucho así, por lo que tampoco me voy a quejar al respecto. He aquí un Batman condenado, que estoy seguro que no va a dejar indiferente a nadie y que merece mucho la pena.